Evangelización | Amigo del Hogar
El diálogo: urgente y
necesario
Dialogar es una práctica necesaria en todas las
esferas de la vida. Por esta razón, ante cualquier obstáculo en la vida
interpersonal o social, se propone a las partes entablar un diálogo.
Reconocemos la urgencia de entablar espacios de diálogo a todos los niveles de
la sociedad. Pero también necesitamos entrenarnos, para participar en el
diálogo con actitud positiva, calma, capacidad de escucha y la comprensión que
requiere.
Expertos en la temática de las religiones, nos han
dado herramientas para sentarnos a la mesa a dialogar. En su libro Para
conocer las Sectas, de Juan Bosch, él nos ofrece algunas recomendaciones
para el diálogo:
- El dialogo de la «vida diaria» debe preceder a
cualquier intento de diálogo formal. Por ello la necesidad de crear a niveles
locales el acercamiento a los miembros de las sectas y Nuevos Movimientos
Religiosos allí donde estos se hayan integrado en la «comunidad» del contexto
vecinal.
- Todos los participantes de estos diálogos deben ser
y sentirse libres para «definirse a sí mismos» y no ser definidos por las
imágenes estereotipadas impuestas por los “otros”.
- El diálogo debe hacerse con las personas, no con
sistemas o etiquetas, y nunca debería hacerse la comparación de los “ideales”
de la propia Iglesia con los “excesos o fallos” de las otras agrupaciones
religiosas.
- Los participantes en el diálogo con los Nuevos
Movimientos Religiosos deben ser conscientes de la necesidad de conocer con
realismo si el terreno está preparado para un dialogo fructífero. De ahí que
los grupos locales de Iglesia deban debatir entre si acerca de los posibles
problemas que puedan suscitarse a raíz del diálogo con miembros de estos grupos
sectarios y preguntarse si el haber establecido tales diálogos puede significar
la confirmación de un grupo determinado o de sus actividades, y si el mismo diálogo acaso no es tara proporcionando una fácil plataforma beneficiosa a los
objetivos de estos Nuevos Movimientos Religiosos.
- La naturaleza del diálogo, e incluso su posibilidad,
dada la gran variedad de sectas y Nuevos Movimientos Religiosos, dependerá en
gran medida de la situación y del contexto locales ".
Una dificultad dentro del mundo cristiano es la
constatación, que debe quedar clara: las sectas de origen
cristiano no participan en absoluto en el llamado diálogo ecuménico no sólo
porque ellas mismas rechazan su necesidad o conveniencia, lo cual cierra la
posibilidad.
La otra razón es que ellas carecen de ese núcleo
fundamental de la fe trinitaria y cristológica expresada en los credos y grandes
concilios de la Iglesia Indivisa sin los cuales no cabe comunión en la fe
cristiana. Pero al mismo tiempo habrá que entender que la exclusión en el
llamado diálogo ecuménico no equivale al rechazo de cualquier otro tipo de
diálogo.
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