Vida Religiosa | Maricruz Howley/ADH
Fallece
Monseñor Luis Bambarén Gastelamundi, obispo de Chimbote, Perú
El pasado
viernes 19 de marzo falleció Mons. Luis Bambarén Gastelamundi a la edad
de 93 años, por COVID-19 en la ciudad de Lima, Perú.
Mons.
Bambarén nació el 14 de enero de 1928 en Yungay (Áncash), en una familia
católica compuesta de ochos hermanos, entre ellos dos religiosas más. En 1944
empezó su noviciado con los jesuitas, luego pasó a estudiar en Granada, España
y luego en Madrid donde fue ordenado sacerdote el 14 de julio de 1958. Fue
consagrado obispo auxiliar de Lima 10 años después el 1 de enero de 1968 por el
cardenal Juan Landázuri Ricketts y desde ese momento se dedicó a
evangelizar en los barrios de la capital entre la gente de menos recursos lo
que le ganó los nombre de “obispo de los pobres” y “obispo de los
pueblos jóvenes”.
El 8 de
junio de 1978 es nombrado residencial en Chimbote por el Papa Pablo VI.
Desde donde tuvo que enfrentar el terror del grupo Sendero Luminoso, que en
tres ocasiones fallidas intentó acabar con su vida, pues encontraron en Mons.
Bambarén un enemigo que los encaró ofreciendo su compañía y apoyo a los pobres
sin miedo de ellos.
De igual
forma se vio enfrentado en 1971 a la policía en aquel momento en manos del
general Armando Artola ministro del Interior y luego al régimen del
presidente Alberto Fujimori, quien fue encarcelado por la guerra sucia
contra el terrorismo y en la actualidad sigue enfrentando la justicia.
Mons.
Carlos Castillo Mattasoglio al referirse a Mons. Bambarén en su funeral
dijo el “obispo de los pueblos jóvenes” asumió en carne propia la opción
por los pobres y deja “una huella imperecedera” como testigo de Dios silencioso
que ha dado su vida, afirmando que en Mons. Bambarén “en Perú tenemos, en
cierto modo, a nuestro Óscar Romero peruano, que supo decir la palabra a tiempo
y destiempo, porque era la voluntad de Dios y no se miraba a sí mismo, sino a
la misión que el Señor le dio”.
Como “un
icono de la Iglesia peruana al servicio de los pobres y marginados” ha calificado
el presidente de la Conferencia Episcopal (CEP), Héctor Cabrejos al obispo
Bambarén en su mensaje de pésame. Lo recordaremos siempre como firme defensor
de los derechos humanos y acompañando con su presencia, amistad e ideas al
Acuerdo Nacional y el impulso de Transparencia la verdadera responsabilidad de
todo ciudadano.
“Que no
vayan a mi funeral, que no se contagien, que ya lleven mis cenizas a Chimbote” fue su
último pedido pensando en los demás aún en sus últimos días, sabiendo sobre el
contagio y su enfermedad no quiso que se juntara la gente comunicó el P.
Carlos Cardó de los jesuitas, sabía lo que tenía y pidió que la gente no
fuera a su funeral.
“Lucho, como
llamaban a Mons. Bambarén tenía una enorme capacidad de acercarse a todos los
sectores, ricos, pobres, clase media, mujeres, hombres, sectores despreciados y
maltratados, pero sobre todo los niños”, con estas palabras Mons.
Castillo Mattasoglio recordó y puso de ejemplo a Mons. Bambarén en el
camino que deben seguir los pastores al estar siempre al servicio de la gente y
morir como la gente.
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