La
Iglesia Hoy | Rubén Cruz/VN
El Vaticano estrena nueva ley anticorrupción
El
Vaticano estrena nueva ley anticorrupción. El papa Francisco ha hecho público
hoy un ‘motu proprio’ sobre transparencia en la gestión de las finanzas en el
que exige a cardenales, directivos y personal administrativo de la Santa Sede
que declaren que no tienen condenas ni investigaciones por corrupción, fraude,
terrorismo, blanqueo de capitales, explotación de menores, trata de seres
humanos o evasión fiscal.
Asimismo,
no podrán tener activos en paraísos fiscales –ni siquiera a través de terceros,
salvo que familiares residan en esos países– ni invertir en empresas que operen
en contra de la Doctrina Social de la Iglesia. Además, queda terminantemente
prohibido que acepten regalos por valor de más de 40 euros –una novedad que
afecta a todos los empleados independientemente de su cargo–.
El
Pontífice recuerda también que tendrán que firmar una declaración en el momento
de su contratación y después cada dos años. Así, la Secretaría de Economía
podrá investigar su veracidad y, en caso de declaraciones falsas, los empleados
podrán ser despedidos y se les reclamará daños y perjuicios.
Concretar
el Evangelio actuando con transparencia
La
Santa Sede se adhiere de esta manera a la Convención de la ONU contra la
Corrupción y se ajusta ya “a las mejores prácticas para prevenir y combatir la
corrupción en sus diversas formas”.
El
‘motu proprio’ agrega que todos “deberán garantizar, según su conocimiento, que
todos los bienes, muebles e inmuebles, de su propiedad o que solo tengan en
posesión, así como las remuneraciones de cualquier tipo que reciban, proceden
de actividades lícitas”.
Y
es que, según Jorge Mario Bergoglio, “quienes prestan su servicio en el
Vaticano tienen la responsabilidad particular de concretar la fidelidad de lo
que se habla en el Evangelio, actuando según el principio de transparencia”.
Contra
los contratos a dedo
Esta
medida sigue a la promulgada el año pasado, cuando el Vaticano lanzó una única
ley marco para todos los contratos y licitaciones vinculadas a cualquier
departamento vaticano. Bajo el nombre ‘Reglas sobre transparencia, control y
competencia de los contratos públicos de la Santa Sede y la Ciudad del
Vaticano’, viene a responder a la petición de Francisco para “promover la
transparencia, el control y la concurrencia en los procedimientos de los
contratos públicos firmados” por la Santa Sede y el Estado Vaticano.
De
esta manera, el Vaticano buscaba borrar toda sombra de duda en torno a los
claroscuros en sus finanzas y las adjudicaciones a dedo, que a lo largo de
estos años ha generado unos cuantos escándalos. El más reciente, las
operaciones inmobiliarias realizadas con unos pisos en Londres (en la imagen).
En
la introducción de esta normativa, el Papa subrayaba cómo “en la gestión de los
bienes públicos se hace necesaria ahora más que nunca la exigencia cuidada y
urgente de un administración fiel y honesta”.
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