Buenas Noticias | José Antonio Pagola/RD
Amar al estilo de Jesús
"Quien ama como Jesús
aprende a mirar los rostros de las personas con compasión"
Jesús se está
despidiendo de sus discípulos. Los ha querido apasionadamente. Los ha amado con
el mismo amor con que lo ha amado el Padre. Ahora los tiene que dejar. Conoce
su egoísmo. No saben quererse. Los ve discutiendo entre sí por obtener
los primeros puestos. ¿Qué será de ellos?
Las palabras
de Jesús adquieren un tono solemne. Han de quedar bien grabadas en todos: «Este
es mi mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado». Jesús no
quiere que su estilo de amar se pierda entre los suyos. Si un día lo olvidan,
nadie los podrá reconocer como discípulos suyos.
De Jesús quedó
un recuerdo imborrable. Las
primeras generaciones resumían así su vida: «Pasó por todas partes
haciendo el bien». Era bueno encontrarse con él. Buscaba siempre el bien de
las personas. Ayudaba a vivir. Su vida fue una Buena Noticia. Se podía
descubrir en él la cercanía buena de Dios.
Jesús tiene un
estilo de amar inconfundible. Es muy sensible al sufrimiento de la gente. No puede pasar de largo ante quien
está sufriendo. Al entrar un día en la pequeña aldea de Naín se encuentra con
un entierro: una viuda se dirige a dar tierra a su hijo único. A Jesús le sale
de dentro su amor hacia aquella desconocida: «Mujer, no llores». Quien ama como
Jesús vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas.
Los evangelios
recuerdan en diversas ocasiones cómo Jesús captaba con su mirada el sufrimiento
de la gente. Los miraba y se conmovía: los veía sufriendo o abatidos, como
ovejas sin pastor. Rápidamente se ponía a curar a los más enfermos o a
alimentarlos con sus palabras. Quien ama como Jesús aprende a mirar los
rostros de las personas con compasión.
Es admirable
la disponibilidad de Jesús para hacer el bien. No piensa en sí mismo.
Está atento a cualquier llamada, dispuesto siempre a hacer lo que pueda. A un
mendigo ciego que le pide compasión mientras va de camino lo acoge con estas
palabras: «¿Qué quieres que haga por ti?». Con esta actitud anda por la vida
quien ama como Jesús.
Jesús sabe
estar junto a los más desvalidos. No hace falta que se lo pidan. Hace lo
que puede por curar sus dolencias, liberar sus conciencias o contagiar su
confianza en Dios. Pero no puede resolver todos los problemas de
aquellas gentes.
Entonces se
dedica a hacer gestos de bondad: abraza a los niños de la calle: no quiere que
nadie se sienta huérfano; bendice a los enfermos: no quiere que se sientan
olvidados por Dios; acaricia la piel de los leprosos: no quiere que se vean
excluidos. Así son los gestos de quien ama como Jesús.
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