La Familia | Yanet Féliz/ED
La
violencia en el núcleo familiar
vulnera los derechos de la niñez en el país
El padre salesiano Enrique Castillo, director de Muchachos y Muchachas con Don Bosco, defiende la vida y rechaza cualquier intervención que atente contra la niñez.
El maltrato físico y psicológico, la baja autoestima, la inseguridad, la
explotación sexual y las relaciones incestuosas son los factores de riesgos que
predominan o afectan más a los niños que llegan al Proyecto ‘Muchachos y
Muchachas con Don Bosco’.
Ese fenómeno se da fruto de los círculos de violencia que reinan en las
familias, y algunas de esas intervenciones de la entidad tienen que ser
llevadas a la Procuraduría u orientar para que se hagan las denuncias contra
los abusos.
La revelación la hizo el padre salesiano Enrique Castillo, director de
esa institución, a propósito del Mes de la Prevención del Maltrato a la Niñez,
ocasión que aprovecha para sensibilizar a la población y entidades que brindan
protección a ese segmento, especialmente a los que están en condiciones de
vulnerabilidad.
Durante este mes, Muchachos y Muchachas con Don Bosco desarrolla debates
y foros sobre las víctimas de abuso, acompañamiento familiar y políticas de
instituciones a cargo de la infancia.
“San Juan Bosco decía: En todo ser humano en su corazón hay un aspecto
que lo hace y lo dispone a hacer el bien. Por eso cuando llega un muchacho allá
tenemos cero estigmatizaciones, lo acogemos con su familia y empezamos hacer
relaciones y brindarles el acompañamiento necesario para su reinserción”,
comentó.
Sostiene que trabajan el tema de la disfuncionalidad cuando al interior
del núcleo familiar no se da la solidaridad y comunión para favorecer que los
menores vivan patrones de relación que se sostengan en la ternura y la
solidaridad, comprometiéndose unos y otros en esa tarea.
El religioso afirma que están siempre dispuestos y abiertos para generar
modelos de crianza a favor de los más de 425 infantes y adolescentes, entre 8 y
16 años, que apoyan a través de sus 21 programas misionales definidos por
etapas, y de donde se desprende la red que conforman.
Esa dinámica es en función de garantizarles los derechos a los
participantes, tarea en la que involucran a las familias.
Proceso
Dentro de su misión cuentan con el sistema de detección de factores de riesgo
en que hacen intervenciones específicas para generar condiciones para el
crecimiento sano de los muchachos.
“Ese proceso está definido en cuatro etapas, la primera es la búsqueda,
un equipo que sale a las calles a ver y detectar casos; otros llegan y se
acogen, se les aplica una especie de diagnóstico, luego viene la socialización
para ver las situaciones en las que viven y así determinar el tipo de
acompañamiento que se les puede brindar”, detalló Enrique Castillo.
El apoyo busca que el infante se inserte dentro del hogar e ir dando
respuesta a un modelo sostenido en violencia y maltrato por otro basado en
garantías de sus derechos. Igual impulsan el programa EPA (Espacio Para
Aprender) de reforzamiento escolar, ya que en ocasiones encuentran niños que
abandonan el sistema escolar.
Los programas tienen objetivos de acuerdo a la edad del infante. “Cuando
entran en una etapa laboral, buscamos que se vayan formando para cuando
adquieran la mayoría de edad tenga las condiciones de introducirse al mundo del
trabajo”, cuenta Castillo.
Esta formación especialmente técnica a través de una alianza con el
INFOTEP es tanto para los adolescentes como para las jefas de hogares en aras
de mejorarles las condiciones socioeconómicas.
Como parte de su labor, tienen tres grandes áreas en las que aglutinan
los programas: la pedagógica, trabajo social y laboral, como es la Agencia de
Padres con lo que buscan que estos asuman responsabilidad en la crianza, y den
seguimiento y formación de sus hijos.
Dicha acción la realizan con visitas a los hogares y apoyo del Estado
vía los espacios de ayuda, que ofrecen facilidades como las Tarjetas de
Solidaridad.
Las capacitaciones u orientación sobre los talentos y habilidades para
la inserción laboral, lo hacen a través de empresas de acuerdo a sus demandas,
sostenido en el acampamiento en las familias o el barrio.
Desarrollan alianzas con juntas de vecinos para darles seguimiento a los
infantes, impidir el bulling en sectores o demarcaciones donde tienen presencia
como Cristo Rey, Hainamosa, la Independencia, el Café de Herrera y Casa Pinar
en San Carlos y La Vega.
Cultura de Paz - Proyecto Madres
Se aprestan a través del proyecto “Madres” a formar cabezas de hogares
por tres años en temas de emprendurismo para que asuman la responsabilidad de
cuidar a sus vástagos, promuevan una cultura de paz y eco amigables.
Proyecto surgió a partir de orfanato Era Trujillo
Origen. La entidad inició en 1954 cuando el tirano Rafael Leónidas
Trujillo le entregó a los salesianos el Hogar Escuela Domingo Savio, que era un
orfanato, donde atendían niños internos, según Enrique Castillo.
En 1985 la obra se fue abriendo a partir de que el padre Juan Linares
creó el proyecto Canillitas con Don Bosco, una modalidad de atención diurna
ambulatoria, donde se recogían niños que se ganaban la vida con las piernas, es
decir caminando las calles de arriba abajo vendiendo periódicos o limpiando
zapatos.
Así empezaron a crear programas para dar una mayor oportunidad a esos
menores como Chiriperos con Don Bosco en Cristo Rey, y Mano a Mano en el Cibao
Central.
Hoy cuentan con 12 centros, cinco de estos hogares de niñas y tres para
niños) junto con Casa Pinar y Quédate con nosotros, que constituye una red en
favor de la población infantil en el país.
Publicado por Periódico El Día:
https://eldia.com.do/la-violencia-en-el-nucleo-familiar-vulnera-los-derechos-de-la-ninez-en-el-pais/
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