Entrevista | Amigo del Hogar
“Una buena familia es la garantía de una buena sociedad.
Creo en la familia como la gran formadora en valores”
“La pastoral universitaria da seguimiento a la vida de fe y busca ser ese espacio de fe en el campus”
Entrevista al P. Dr. Ramón Alfredo de la Cruz Baldera (II)
Esta es la segunda parte de la entrevista con el Rector de
la PUCMM, el padre de la Cruz Baldera. Él comparte momentos de su proceso vocacional y ministerial, su enfoque de la
familia, su visión de los jóvenes y de la pastoral universitaria.
¿En su
itinerario vocacional, ¿nos puede mencionar algunas de sus motivaciones para
escoger este camino, quiénes influyeron, dónde y cuándo fue ordenado y su
primer destino de misión?
Considero
que el momento clave de mi llamada a la vida sacerdotal fue aquel provocado por
la lectura de la vida de San Ignacio de Loyola. Apenas estaba en quinto grado
de primaria, cuando leía el manual de historia universal, el cual tomé a
escondidas de mi hermana. Me coloqué debajo de la cama para no ser molestado
por ella. Cuando concluí de leer la lección sobre la Reforma protestante y la
Contrarreforma, me dije: quiero ser como San Ignacio de Loyola, formar a
hombres y mujeres para que defiendan la Iglesia y anuncien el Evangelio por
todas partes.
Luego tomé
mayor conciencia de lo que significaba el sacerdocio a través de mi hermano
Luis Manuel y Mons. Fausto Mejía, este último fue quien me propuso ser
sacerdote diocesano, algo curioso, porque yo mismo estaba convencido que quería
ser jesuita, pero la motivación de Mons. Mejía me hizo cambiar de idea y decidí entrar en el año 1976 al
Seminario Santo Cura de Ars, en La Vega, allí cursé el bachillerato, asistiendo
a las clases en el Liceo Don Pepe Alvarez y en el Colegio Las Mercedes del
Santo Cerro.
Ese sueño
que inició en el quinto curso de primaria llega a su realización el 12 de enero
de 1991, cuando fui ordenado sacerdote en la Parroquia Santísima Trinidad de
Nagua. Celebro con gran alegría mis 30 años de vida sacerdotal. Una vez
ordenado sacerdote mi obispo me envió como vicario cooperador a la Parroquia
Santa Cruz de Cabrera-Nagua. Recuerdo que junto al P. Oscar Peña como párroco y
un equipo de jóvenes diáconos y sacerdotes hicimos un buen equipo y aprendimos
mucho el uno del otro. Mis primeros años en Cabrera nunca los olvidaré.
¿A cuáles
servicios eclesiales ha sido llamado para servir?
En el
ejercicio sacerdotal he desempeñado diversos servicios, que he alternado con
una labor académica muy intensa. Mi primera misión, como afirmo anteriormente,
fue como Vicario Parroquial en la Parroquia Santa Cruz, Cabrera, Nagua; luego
como Párroco de la Parroquia San Pablo Apóstol, Los Rieles, San Francisco de
Macorís. En el año 1995 me enviaron como Formador en el Pontificio Seminario
Mayor Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo. En el año 1996 regreso de nuevo a
Alemania a terminar mi doctorado al mismo tiempo que serví como Vicario en dos
parroquias de la Arquidiócesis de Colonia: Santa Walburga y San Gervasio y
Protasio. A mi regreso de Alemania en el año 2000 de nuevo recibo la misión de
ser formador en el Seminario Mayor Santo Tomás de Aquino. Fue sólo por un año,
porque en el 2001 asumo la recién erigida Parroquia Universitaria Santa Teresa
de Jesús, ubicada en el Campus de la UCNE, al mismo tiempo que alternaba el
horario como Director del Santuario y Casa de Formación Getsemaní, San
Francisco de Macorís. Del 2006 al 2008 me toca trabajar en la PUCMM de Santiago
y Mons. Ramón Benito de la Rosa y Carpio me asigna como Vicario Auxiliar de la
Parroquia San Bartolomé en Gurabo. Cuando retorno a San Francisco de Macorís a
inicio de enero 2009 asumo la misión como Rector de la Regio Getsemani, para
Centroamérica, México y el Caribe del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de
Schoenstatt, y de nuevo Párroco de la Parroquia Universitaria Santa Teresa de
Jesús. Al ser nombrado rector de la PUCMM en enero del 2015 fui nombrado
Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Anunciación, Santiago de los Caballeros,
y de la Parroquia Universitaria Santísima Trinidad en Santo Domingo hasta la
fecha. Es curioso, pero soy párroco en dos parroquias en dos arquidiócesis
diferentes.
¿Cuáles
experiencias ha tenido, previas a su nombramiento como Rector en la PUCMM, en
ella y en otras entidades académicas?
En mi vida
académica, que nunca la desligo de mi vida pastoral y sacerdotal la iglesia me
ha dado la oportunidad de servir en varios centros académicos. Sin darle el
sentido cronológico señalo algunos. En la Universidad Católica Nordestana
(UCNE), San Francisco de Macorís, fui Asistente del Rector, Vicerrector
Ejecutivo, Vicerrector Académico y Rector. Nunca dejo de resaltar que este
primer momento, junto a Monseñor Jesús María de Jesús Moya, fue un aprendizaje que
hasta ahora sigo implementando. De él aprendí el respeto a las decisiones de mi
equipo, la escucha atenta y sobre todo ver lo positivo en cada persona, no
juzgar sino escuchar.
Serví de
Decano de Filosofía del Pontificio Seminario Santo Tomás de Aquino, Santo
Domingo y Director del Departamento de Educación de la Pontificia Universidad
Católica Madre y Maestra.
En mi
trayectoria como rector he ocupado en dos ocasiones la presidencia de la
Asociación Dominicana de Rectores (ADRU), función que ocupo por segunda vez en
la actualidad.
Disfruto
estar en las aulas, porque considero que cada aula es un espacio de vida y
conocimiento. Formar parte de la historia de vida de muchos profesionales es
algo que no tiene precio. Fui profesor de Antropología Cristiana y Didáctica,
en el Pontificio Seminario Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo, profesor de
Escatología, Universidad Católica de Santo Domingo.
En el
postgrado he sido profesor de Educación Superior y Humanismo Cristiano,
Filosofía de la Educación y Educación en Valores, Antropología Cristiana,
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Y la
familia: ¿Dónde nos debemos centrar para promoverlas? ¿Qué significa en
concreto abogar por una “familia cristiana”?
La familia
es el centro de la sociedad. Una buena familia es la garantía de una buena
sociedad. Creo en la familia como la gran formadora en valores. Puede fallar la
escuela, la universidad, el gobierno y encontraremos nuevas maneras de vivir o
sobrevivir, pero si falla la familia no habría solución para los otros fallos.
Se ha querido quitarle el rol educativo a la familia y dárselo a los medios de
comunicación social y a las redes sociales. Si esto llegaría a suceder,
significará la desaparición de la sociedad actual. Cuál vendrá, no lo sé, lo único
que sé es que sin familia cristiana la sociedad actual no sería sostenible.
La generación actual, nuestros jóvenes le dan mucha importancia a la familia, incluso más de lo que creemos los más mayores
¿Cómo
percibe las nuevas generaciones en lo referente a ser familia, a formar
familia? ¿Es válido reivindicar el modo de ser familia en el pasado?
La familia
de hoy no debe quedarse anclada en el pasado. Cada momento exige respuestas
diferentes. La generación actual, nuestros jóvenes le dan mucha importancia a
la familia, incluso más de lo que creemos los más mayores. En mi conversación
con estudiantes me asombra cuánto valoran el apoyo familiar. Nuestros jóvenes
no son indiferentes a la situación de la familia. Esta actitud que tienen, aún
aquellos que vienen de familias supuestamente “disfuncionales” anhelan un
futuro familiar estable, porque se han dado cuenta que una familia estable es
lo que les garantiza un futuro emocional y socialmente estable.
¿Qué le
diría un Rector situado en nuestro tiempo a los jóvenes que ingresan a la
universidad católica? ¿Se siente satisfecho, animado con las respuestas de los
que egresan de la universidad?
Mi mensaje
es: hagan de la vida universitaria el momento oportuno para formar su futuro.
Un buen estudiante tiene garantizado un buen futuro. Les digo que la
universidad les ofrece espacios de crecimiento en la fe y en la ciencia. Deben
aprovechar cada momento, cada espacio para crecer y desarrollarse como buenos
ciudadanos y cristianos.
Me siento
orgulloso de nuestros egresados. Gran número de ellos son profesionales
exitosos en el sentido amplio de la palabra: por su calidad profesional y su compromiso
con la sociedad con gran sentido ético. Tenemos muchos egresados que son
grandes líderes en los ámbitos sociales, empresariales, eclesiales entre otros
tantos. Creo que la universidad ha transformado la vida de muchas personas y
familias.
¿Cómo se
enfoca la llamada “pastoral universitaria” para que sea un espacio donde se
asegure la posibilidad de participar en la fe y dar testimonio de vida
cristiana?
La pastoral
universitaria les brinda a los estudiantes un espacio de encuentro con Dios.
Tenemos diversos grupos de crecimiento cristiano y humano. Retiros,
campamentos, celebraciones litúrgicas, momentos de oración y muchos otros. La
pastoral universitaria da seguimiento a la vida de fe y busca ser ese espacio
de fe en el campus.
Es interesante el dinamismo que vive la programación anual eclesial, porque la misma se adapta a los estudiantes y profesores
¿Cómo se
organiza esta pastoral para garantizar la relación de los programas de la
Iglesia en su plan pastoral con el ritmo institucional de la PUCMM?
La pastoral
universitaria trata de responder a la pastoral orgánica de la iglesia. La
universidad apoya todas las actividades de la pastoral, incluso ha facilitado
espacios físicos para que la pastoral pueda realizar sus actividades sin estar
limitada a la organización semestral de espacios. Tenemos varios grupos y cada
uno de ellos se organiza de acuerdo a las posibilidades de horario de clases.
Es interesante el dinamismo que vive la programación anual, porque la misma se
adapta a los estudiantes y profesores facilitando que la mayoría pueda
participar de manera viva en las actividades pastorales.
¿Cuáles son
sus deseos para este 2021? ¿Qué considera no debe faltar en el quehacer
pastoral de la Iglesia Católica? ¿Tenemos razones para la esperanza? ¿Anticipa
la PUCMM respuestas para esta situación que vivimos?
El apóstol
Pedro nos invita a dar razón de la esperanza (1 pe. 3, 15) Debemos tener
esperanza en un mundo mejor, que saldremos de esta situación difícil, siempre y
cuando actuemos de manera solidaria como nos dice el papa Francisco en su
encíclica Fratelli Tutti 137: “Necesitamos desarrollar esta consciencia de que
hoy o nos salvamos todos o no se salva nadie”.
Este
pensamiento del papa queremos ponerlo en práctica en la PUCMM, crear en
nuestros estudiantes y profesores el sentido de la solidaridad, de un proyecto
común de salvación, no individualista sino donde cada uno es responsable del
mismo. No es posible seguir educando para hacerse profesional para sólo ganar
dinero, el cual es importante, pero no es lo esencial. Insistiremos en el
proyecto común de sociedad deseado por el papa Francisco.
¿Qué
mensaje nos puede ofrecer para los lectores de la revista, que ya han tenido la
oportunidad de conocer sus reflexiones a través de ella?
Amigo del
Hogar es la revista del pueblo dominicano. Ella trae en cada número algo nuevo
que nos hace crecer. Fue una de las primeras revistas que leí y sigo leyendo y
lo hago porque en ella encuentro el pensamiento de la iglesia situado en
nuestra sociedad dominicana. A los lectores les animo a no perder la esperanza
en un mundo mejor y les exhorto a no ser simples observadores de los cambios,
sino promotores de los mismos.
Al final
quiero desearles que el Dios de la Vida, les proteja y derrame sus bendiciones
durante todo este año 2021.
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