Espiritualidad del Corazón | Equipo Cor Novum
Pasión por Jesús y pasión por su pueblo
El
punto central de la visión tanto del Papa Francisco como del Padre Chevalier es
lo que entienden como “misión” o, la
palabra a menudo utilizada por los últimos Papas, “evangelización”. Lo mismo que
el Padre Chevalier, el Papa Francisco insiste en que los cristianos han de
tomar parte en la misión de Jesús en el mundo. Para ellos dos, la “misión” o
“evangelización” ha de representar un papel vital en la Iglesia y en la vida de
todo cristiano.
El
Papa se refiere a la “misión” como “una
pasión por Jesús, pero a la vez una pasión por su pueblo” (Alegría del
Evangelio n. 268). Ya hemos hablado de la gran pasión del P. Chevalier por
Jesucristo. En todos sus escritos presentaba a Jesucristo como el modelo de
nuestra vida y misión tanto en la Iglesia como en la sociedad. Y nos invita a
contemplar con toda atención a Jesús y su vida pública, a fin de poder seguirle
en su misión. ¿Qué es lo que vemos? “Vemos
su Corazón que se vuelca en cada infortunio, en toda suerte de miseria, moral y
física”. Toda la bondad que Jesús derrama a su paso, todos sus milagros son
otras tantas efusiones de la inefable bondad de su Corazón” (El Sagrado
Corazón 1900 p. 9). En la misma obra, Chevalier se refiere al significado de
esta “inefable bondad” de Jesús, afirmando: “Bondad
es el amor gratuito”. Citando al P. Lacordaire OP, un célebre predicador de
su época, escribe: “Es bueno aquel que
ama por la sola felicidad que encuentra en amar”.
El
Papa Francisco ve esto como la más pura motivación para evangelizar. Escribe: “Sólo aquel que busca el bien del prójimo y
desea la felicidad de los demás, puede ser un misionero”. Esta apertura del
corazón es fuente de felicidad, pues “Mayor felicidad hay en dar que en
recibir” (Hechos 20:35). Y el Papa señala a las numerosas personas que son
“misioneras” justamente por cumplir con sus deberes cotidianos.
“Ahí tenemos a enfermeras con alma, a
profesores con alma, a políticos con alma; personas que han tomado la firme
decisión de estar con los demás y para los demás” (Alegría del Evangelio n.
272-273). Y podemos añadir que también vemos a padres e hijos con alma, a
sacerdotes, religiosos y a toda clase de trabajadores con alma. Esta es la
gente, dice el Papa, que vive con “un
corazón atento a los demás” (Alegría del Evangelio n. 282). Es la gente que
“se da generosamente” (Alegría del
Evangelio n.274). En el capítulo 5 de Alegría del Evangelio, el Papa los llama
varias veces “Evangelizadores llenos del
Espíritu Santo”.
Momentos de meditación
“¿No es instructivo que la formación
espiritual de los primeros discípulos tenga lugar cuando Jesús va caminando?
En efecto, los discípulos aprenden
actuando. Así crece su comprensión de este Dios de amor, este Dios de compasión,
este Dios que ama la justicia, este Dios que todas las cosas las hace nuevas, participando
como observadores activos y transmisores de compasión, justicia y novedad. Y,
claro, necesariamente, se detienen con Jesús para meditar, hacer preguntas (a
veces estúpidas) y rezar.
Pero la aventura espiritual contada en los
cuatro Evangelios no tiene lugar en el santuario; ocurre en el camino, en
compañía de mendigos, prostitutas y leprosos”.
Jack Jezreel “To love without
Exception” (Amar sin excepción)
Oneing, Vol. 4 No. 1 p. 51-52.
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