Derechos
Humanos | ONU
La OIT insta a proteger a los
teletrabajadores, a menudo “invisibles”
Al generar un aumento importante del trabajo que
se realiza desde la casa, la pandemia de COVID-19 ha evidenciado las precarias
condiciones laborales de quienes desempeñan estas labores. Según la agencia de
la ONU que vela por los trabajadores, antes de la emergencia sanitaria había en
el mundo unas 260 millones personas dedicadas a esas ocupaciones, el 90% de las
cuales se movía dentro del sector informal.
Los teletrabajadores afrontan mayores riesgos de
seguridad y salud y tienen menos acceso a las prestaciones y oportunidades que
se ofrecen a otros trabajadores, señala un informe de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) dado a conocer este miércoles.
Dadas las malas condiciones laborales que afectan
a estas personas a menudo “invisibles” en los sectores económico y laboral, la
agencia de la ONU llama a darles mayor protección formal, recordando la
importancia del trabajo que llevan a cabo.
El estudio alerta de un aumento sustancial de los
trabajadores que operan desde su domicilio en el marco de la pandemia de
COVID-19 y atribuye la falta de reconocimiento de su existencia a que las
tareas que desempeñan se insertan en la esfera privada y en el rubro informal,
como ocurre con cerca del 90% de los casos en los países de renta baja o media.
Incluso en las profesiones que requieren un mayor
grado de calificación, la remuneración es menor que la de otras personas que
realizan labores equivalentes en un sitio oficial de trabajo.
En este renglón cita los ejemplos del Reino Unido,
donde el pago a estas personas es un 13% menor; Estados Unidos, un 22%;
Sudáfrica, un 25%; y Argentina, India y México, hasta un 50%.
Sin protección social
Además de los mayores riesgos que encaran,
generalmente no cuentan con acceso a los programas de capacitación para avanzar
en su trayectoria profesional, no tienen la misma protección social que el
resto de los trabajadores y no son parte de sindicatos ni convenios colectivos.
Antes de la pandemia, la OIT cifraba en 260
millones a los teletrabajadores, es decir, representaban el 7,9% del empleo a
nivel global. De esos trabajadores, el 56%, o 147 millones, eran mujeres.
El informe detalla que en la categoría de
trabajadores que operan desde casa figuran las personas que hacen su labor a
distancia de forma ininterrumpida y los que desempeñan una tarea no
automatizada en el sector productivo, lo que abarca ocupaciones como bordado,
artesanías o montajes electrónicos. Asimismo, engloba a quienes prestan
servicios por medio de plataformas digitales, como son los gestores de
reclamos, la edición de texto o la alimentación de bases de datos.
En los primeros meses de 2020, uno de cada cinco
trabajadores hizo su labor desde la casa. Aún se están elaborando los números
precisos del año completo.
La OIT espera que la cantidad de teletrabajadores
se incremente en los próximos años, por lo que insistió en la necesidad
imperiosa de abordar las dificultades de estas personas y sus empleadores.
Contratistas autónomos
El estudio destacó la deficiencia de la
reglamentación del teletrabajo y la complejidad de cumplir con las
legislaciones vigentes. Por lo general, los trabajadores que operan desde casa
se consideran contratistas autónomos y, consecuentemente, quedan fuera del
ámbito de las leyes laborales.
La economista en jefe de la OIT y coautora del
informe, Janine Berg, especificó que muchos países cuentan con legislaciones, a
veces complementada con convenios colectivos, que permiten llenar las lagunas a
fin de fomentar el empleo decente con respecto al teletrabajo.
“Únicamente diez Estados Miembros de la OIT han
ratificado el Convenio 177, en virtud del cual se promueve la igualdad de trato
entre los teletrabajadores y otros asalariados; por otro lado, pocos países
disponen de una política integral sobre el trabajo hecho desde la casa”,
recalcó Berg.
Recomendaciones
Con el objetivo de destacar la importancia del
teletrabajo y fomentar la protección de quienes lo llevan a cabo, la agencia de
la ONU emitió varias recomendaciones:
· Para el sector
industrial:
facilitar la transición de los teletrabajadores a la economía formal mediante
la ampliación de su protección jurídica, la generalización de contratos
suscritos por escrito, el acceso a la seguridad social y el aumento de la
concienciación de esos trabajadores sobre sus derechos.
· Para los
teletrabajadores de plataformas digitales: su actividad suele
suponer dificultades específicas por abarcar varios países, por ello se insta a
usar información propia de ese tipo de trabajo para supervisar las condiciones
laborales y los instrumentos aplicados para establecer salarios justos
· Para los
trabajadores a distancia establecer medidas específicas para mitigar los
riesgos psicosociales y respetar el “derecho a desconectarse” a fin de
delimitar claramente los ámbitos profesional y personal.
Para concluir, el estudio prevé que el trabajo a
domicilio cobrará más importancia en los próximos años, por lo que aboga por
una unión de los gobiernos y las organizaciones de trabajadores y de
empleadores que garantice que todos los teletrabajadores pasen de un estado de
“invisibilidad” a una situación de trabajo decente, independientemente de la
tarea que desempeñen y del país donde lo hagan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...