"Amado sea en todas partes..."

Espiritualidad del Corazón | Hans Kwakman/CorNovum

“Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”

 

Su amor por el Sagrado Corazón de Jesús llevó al Padre Julio Chevalier a venerar el Sagrado Corazón en variedad de manifestaciones y asimismo a estudiar éstas. En su libro sobre el Sagrado Corazón describe el Corazón de Jesús como el centro del plan de Dios, no sólo en la redención sino también en la creación: “Jesucristo es el punto de partida, el centro y la cumbre de la creación entera… Todo se resume en Jesús. Y en Jesús todo lleva a su Corazón (Sagrado Corazón de Jesús 1900).

 

Sin nosotros el universo estaría mudo, pero con nosotros todo en la naturaleza mira al cielo, reza, adora

 

En cuanto a la creación de los seres humanos, Chevalier expone: “Cuando Dios creó el corazón del primer ser humano, evidentemente su atención se fijó en el Corazón de su Hijo, que el Espíritu Santo formaría después con la sangre de una Virgen” (Sagrado Corazón de Jesús 1900). En efecto, su amor por el Sagrado Corazón de Jesús y su parte en la Creación, llevó también a Chevalier a ser conciente del lugar de los seres humanos en ella. Según la visión de Chevalier, todas las cosas están hechas no solamente para Jesucristo, sino también para nosotros. “Todas las cosas están hechas para nosotros y puestas a nuestra disposición”. Semejante bondad lleva, sin embargo, a cierta responsabilidad.

 

No puede ser real un sentimiento de profunda comunión con el resto de la naturaleza si nuestros corazones carecen de ternura, compasión y preocupación por los seres humanos

 

A propósito de todas las criaturas, “es nuestro cometido entonar el himno de agradecimiento, prestarles nuestra voz, nuestro corazón, nuestras facultades para dar gloria a Dios. Sin nosotros el universo estaría mudo, pero con nosotros todo en la naturaleza mira al cielo, reza, adora”. (Retiro de ocho días según el método de San Ignacio, Issoudun 1904 p. 22; Daily Readings March 2).

 

En Laudato Si el papa Francisco proclama el mismo mensaje: “Cuando podemos ver a Dios reflejado en cuanto existe, nuestros corazones experimentan el deseo de alabar al Señor por todas sus criaturas y unidos a ellas” (Laudato Si n. 87). El Papa incluso amplía nuestra visión declarando que: “No puede ser real un sentimiento de profunda comunión con el resto de la naturaleza si nuestros corazones carecen de ternura, compasión y preocupación por los seres humanos”. (Laudato Si n. 91).

 

Por tanto, el lema de la Familia Chevalier “Amado sea en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús” expresa una invitación a amar sin límites. Se nos invita a amar al Sagrado Corazón de Jesús como el centro del universo dentro de una sagrada comunidad de criaturas. La vida de los seres humanos y la naturaleza en su gran variedad de criaturas son sagradas y merecen nuestro respeto y admiración. Porque como el papa Francisco dice: “siendo creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y formamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos inspira un respeto sagrado, cariñoso y humilde” (Laudato Si n. 89).