Forjando Vivencias | Juan Fco. Puello Herrera
El Señor llamó a los Doce
“Entonces Jesús subió al cerro y llamó a los
que el quiso y vinieron a él. Así constituyó a los Doce, para que estuvieran
con él y para enviarlos a predicar, dándoles poder para echar a los demonios”
(Marcos 3, 13-15).
Se
puede apreciar que para responder a las demandas que le hacen, Jesús elige a un
grupo de personas. La promesa de Jesús que los hará pescadores de hombres
comienza a hacerse realidad. La elección que hace Jesús siempre es solemne y
gratuita.
Es
solemne ya que la realiza en un monte, expresión de la cercanía de Dios; y es
gratuita, porque tan sólo cuenta con la voluntad de Jesús, rodeada de su
predilección y de su amor.
Pero
esta elección debe tener para nosotros una significación muy especial: el Señor
nos quiere cerca de él para enviarnos a predicar. La formación y la misión,
contemplación y actividad, escucha y proclamación tienen un mayor significado
en nuestra vida a partir del acontecimiento Jesús.
Lo
importante es estar con Jesús actuando, y actuaremos estando con él. Es
importante que tengamos en cuenta, que la elección recayó sobre los doce, número
que no es casual, ya que hace referencia a las doce tribus de Israel, pero que
pretende, eligiendo a doce, preparar el nuevo pueblo de Dios. Cada uno de
nosotros formamos parte de ese grupo que no debe ser elitista y separado sino
fiel expresión del amor de Dios.
Pidamos al Señor Jesús que
nos haga fermento de transformación y portador de salvación para todos los
demás. ADH 710
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