• Noticias

    martes, 27 de julio de 2021

    Virtudes de la sonrisa


    Las razones del corazón | Manuel Soler Palá, mssc



    Virtudes de la sonrisa

     

    ¿Ha reparado el lector en que la hilaridad más espontánea acontece cuando se presencian circunstancias tales como el traspiés de un presidente, de un obispo, de un gran profesor? Cuando estos tales caen al suelo uno diría que la fragilidad del espectador se ve compensada. Puede respirar tranquilo. No es el único que tropieza o da tumbos por la vida.


    El humor es el arma letal contra los que se creen poderosos y pretenden monopolizar la verdad. El humor puede ser tan vaporoso y sutil que elude las bofetadas y escapa de los zarandeos. Es algo de lo que carecen los enemigos de la libertad, de ahí que apenas lo reconozcan. Lo temen porque se sienten impotentes frente a él. El humor: ¡tan frágil y tan contundente a la vez!

     

    El humor de Dios

    De seguro que Dios, el que alimenta las ansias y deseos más genuinos, posee un gran sentido del humor. De igual modo que el adulto sonríe y se ríe de las ocurrencias de los pequeños que corretean por el piso, así Dios debe sonreírse de nuestros atareos y afanes.

     

    Una sonrisa generosa y tierna debe dibujársele en el rostro cuando observa las estrategias que montan los hombres para escapar del dolor, cuando percibe la incapacidad para contemplar las cosas bellas y el prurito de acaparar. Porque no nos interesa el sol, la montaña, el agua… Nos interesa que el sol broncee la piel, que la montaña deje su imagen en la fotografía y que el agua descanse en el envase donde la guardaremos. Dios debe sonreír al percibir los temblores y miedos de sus hijos ante la felicidad y el amor.

     

    Decía un cómico italiano que la capacidad intelectual de una persona se mide por la dosis de humor de la que es capaz. Los grandes santos, en particular los grandes místicos, se las ingeniaban para hacer bromas con Dios.

     

    Algunos seres humanos -demasiados, según creo- han insistido tanto en los aspectos dolorosos, en las culpas y castigos que han acabado eliminando todos los rasgos lúdicos y gozosos de la fe. Se ha llegado a afirmar que la risa era pecaminosa. Pero conozco a más de un exegeta de prestigio convencido de que Jesús fue un personaje muy inteligente y creativo, de manera que no podía carecer del sentido del humor, de la sana capacidad de la ironía.

     

    Pues resulta que los hagiógrafos no pusieron de relieve esta faceta tan humana de Jesús, no le otorgaron la importancia debida. Una de las pocas pistas que dejaron respecto del humor de Jesús es el uso frecuente que hacía de la paradoja, figura que entraña una sutil forma de ironía o de humor.

     

    Déficit de sonrisas      

    De seguro que Jesús tenía una muy notable capacidad de humor y de ironía. Sucede que en los escritos finales estilizaron su figura profética y le sustrajeron sus características más entrañables. Querían ofrecer a las primeras comunidades la figura de un hombre-Dios que había convertido su vida en ofrenda perenne a sus contemporáneos. Y callaron el resto.

     

    En cuanto a los hombres más representativos de la Iglesia habría que estudiar con detención el motivo de su mala relación con la sonrisa. Asuntos tales como el poder, el castigo, la coacción, la muerte, la norma, ciertamente no invitan a la sonrisa. Pero la ternura, la misericordia, la paradoja y el perdón sí que andan muy cercanos a ella. Y la fe cristiana está transida de estas virtudes y dinamismos.

     

    Puede que la risa suponga autocrítica, ruptura de rutinas inmutables, superación de toda crueldad. Y no todo el mundo está dispuesto a la tarea. Que se lo pregunten a quienes han debido esconderse a lo largo de muchos años porque unos señores muy serios han puesto precio a su cabeza. ¿Motivo? Tratar con humor y desparpajo unas cuestiones de carácter religioso. 

     

    Una modesta sugerencia que puede remediar la falta de sentido de humor: dejar de lado las solemnes vestimentas, relajar las facciones del rostro, relativizar la importancia del propio cargo. Quizás entonces, abandonado el lastre, vuelva a florecer la sonrisa en los labios de los ceremoniosos señores de Iglesia.  

     

    Afortunadamente en toda regla existen excepciones. Una de ellas se llamó Juan XXIII, el hombre afable que enseñó al mundo cómo se puede ser Papa sin mantener los músculos del rostro en tensión. El disipó la imagen hierática de su antecesor y no rehuyó el chiste, ni siquiera la carcajada.

     

    En múltiples ocasiones el mencionado Juan XXIII dio muestras de su buen hacer. En una de sus primeras audiencias unas jóvenes religiosas, entre temerosas y embelesadas, se arrodillaron a sus pies y le dijeron: "Santidad, somos las hermanitas de San José". El Papa les respondió: "pues se conservan ustedes maravillosamente". Que cunda el ejemplo. ADH 710 


    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares