Vocacionales | Osiris Núñez, msc
Jesús nos invita a la responsabilidad
Muchas veces nos preguntamos: cuando va acabar esta situación de
pandemia? Después de tanto tiempo la paciencia humana empieza a desesperarse y
con razón. Al principio nos arropó un miedo exagerado, llegando incluso a
actitudes antievangélicas como el egoísmo y el individualismo; luego poco a
poco, ese miedo fue diluyéndose y por las necesidades propias de la vida, pues
salimos a las calles a nuestros compromisos ordinarios. Esto último no lo
podemos catalogar como irresponsabilidad, pues las necesidades primarias de la
persona deben ser suplidas de alguna manera. Y para el que no tiene todo
asegurado en su hogar, es una obligación salir a buscársela.
Sin embargo, en ese salir a la calle también una parte de la sociedad no
lo ha asumido con responsabilidad y a aprovechado para dedicarse a realizar
acciones irresponsables (Ej. los famosos teteos) y manifestar abiertamente una
burla, un desprecio a las autoridades civiles, militares y de salud, que tratan
de ayudarnos a sobrellevar esta situación. Por lógica, la consecuencia ha sido
un aumento de los casos, llegando a saturar el sistema de salud de nuestra
nación, y también sobrecargar el trabajo de todo el personal de salud que
después de más de un año luchando contra la pandemia, pues se va agotando a
nivel físico y emocional. Y esa actitud irresponsable se ha manifestado en el
poco interés de recibir una vacuna que nos ayuda a combatir dicha enfermedad; pensaba
que el pueblo iba abarrotar los centros vacunación y que se iban agotar ante la
demanda; no ha sido así, pero ya vamos caminando con mayor conciencia en este
aspecto.
Todo empieza a cambiar cuando la pandemia toca nuestras puertas, cuando
uno de los nuestros la padece llegando al internamiento hospitalario, y
entonces ahí nos decimos: “hay que cuidarse”, “señores esto es serio” o el que
la padece dice “no le deseo esto a nadie” y también surge la profunda
preocupación de si podrá o podré superar esta enfermedad, pues no sé como se va
a evolucionar.
Es por esto que hago a ustedes queridos lectores una invitación:
primero, tomar conciencia de esta situación de pandemia del covid19 que es una
realidad que nos afecta a todos y es una situación muy seria, que solo puede
ser superada si nosotros como seres humanos, como buenos ciudadanos actuamos
con responsabilidad asumiendo nuestro compromiso de cuidado y prudencia
individual y comunitaria. Nunca antes la humanidad se había enfrentado a una
situación en la que requiriera el compromiso de todas las personas. Es un
compromiso ético y un deber moral el que seamos responsables, pues es mejor
prevenir que lamentar, o también como dice un popular dicho “no es lo mismo
llamar al diablo, que verlo llegar”
Y segundo, ante el cansancio mental, el estrés que nos va produciendo
esta situación, asumir la vida con calma y sobre todo con mucha fe en Dios
nuestro Padre que nunca nos abandona, como nos dice evangelio de San Mateo 28,
20 “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. Debemos
aprender a ver la presencia de Dios en esta situación que estamos viviendo,
pues Dios no olvida a sus hijos amados, Dios está siempre junto a nosotros
acompañándonos en cada momento. Y ante el agobio, la desesperación, el
cansancio, el estrés, la desesperación, acudir con fe a los pies de nuestro
Salvador Jesucristo que desea derramar su gracia santificadora y fortalecernos
para superar con esperanza esta situación. El mismo Jesús nos dice en Mt 11,28
“Vengan a mi los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré”. ADH
858.
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