Fe y Vida | Fran Otero/A&O
Carlos
Esteban Garcés: «Una mayoría absoluta elige Religión»
Carlos Esteban Garcés, experto en clase de Religión
y coordinador de la formación del profesorado en la archidiócesis de Madrid, es
también director del Observarorio de la Religión en la Escuela de la Fundación
SM y autor de su último informe, Panorama de la Religión en la escuela,
presentado este miércoles. Un estudio de más de 18.800 entrevistas a
profesores, alumnos y familias que pone manifiesto el valor de esta materia en
el sistema educativo. Solo un dato: más del 80 % de los alumnos que la cursan
dicen que los ayuda a ser mejores personas y más tolerantes
¿Hay algo que le haya sorprendido?
Cuando se habla con profesores, alumnos y familias,
la clase de Religión no suele dar problemas. Pero, por el contrario, en algunos
medios siempre es un problema. Por eso decidimos dar la palabra a los que están
haciendo la asignatura libremente y contrastar su opinión con la percepción
mediática. Los resultados revelan que la satisfacción es notable y que los
estereotipos que se vuelcan sobre ella no aparecen.
Los profesores se sienten muy valorados
por alumnos y familias, pero no por la sociedad.
Se explica porque los estereotipos
–adoctrinamiento, manipulación, privilegios de la Iglesia…– castigan mucho el
imaginario colectivo.
¿Qué tienen los profesores de Religión
que no tengan los demás?
Es un perfil muy comprometido y militante. Tres de
cada cuatro realizan tareas de voluntariado a través de una ONG o trabajan por
la justicia social. Esto revela una pasión por un mundo mejor. Pero también es
un profesorado muy cualificado, pues más de la mitad tienen una segunda
titulación. Esto explica que los alumnos digan que son mejores que los de otras
materias.
¿Son innovadores?
En los centros públicos son pioneros en innovación
y metodologías activas como la gamificación, los
paisajes de aprendizaje… En la concertada lo comparten con todo el claustro.
Valores, cultura, espíritu crítico… es
mucho lo que aporta, según sus protagonistas. ¿Quién puede no estar de acuerdo?
Este informe ha coincidido con el Informe PISA de
Competencia Global. Esta nueva evaluación de la OCDE quiere reequilibrar el
humanismo en la educación y, por eso, tiene en cuenta la dimensión ética, los
valores, la tolerancia, las otras culturas y el conocimiento de la religión.
Las contribuciones de la asignatura de Religión y las dimensiones con las que
se define la competencia global son muy parecidas. Por tanto, los que quieren
quitar horas a la Religión van en dirección contraria a lo que la OCDE está
proponiendo y a lo que se está haciendo en Europa. Finlandia subió las horas de
esta materia en su última reforma.
¿La clase de Religión ayudaría a obtener
mejores resultados en PISA?
Sin duda. Porque propone valores de
responsabilidad, autonomía, deber cumplido… Muchos de los alumnos no tienen
problemas de aprendizaje, sino un problema de motivación. ¿Y quién motiva?
Además de las familias, la clase de Religión, porque tiene un relato de mejora
de la sociedad y puede mover el interior de las personas. Quien tiene
competencia global, ética y moral, tiene mejores resultados en los demás
ámbitos. Nosotros lo decimos de la Religión.
No parece justificada su reducción.
La sociedad no impugna la clase de Religión. Más
bien, la elige. Una mayoría absoluta de la sociedad escoge Religión. Son
minorías cognitivas en el ámbito político y mediático las que la cuestionan. El
problema no está en los centros educativos, no está en las comunidades
educativas, está en los ámbitos de creación de pensamiento y en una lucha de
clases ideológicas por el control del relato de las cosas. Hay intereses que
quieren que desaparezca Dios y la Iglesia del relato. Sin Dios, el ser humano
es más controlable.
¿Qué le parece la propuesta de la
Conferencia Episcopal de incluir la materia en el ámbito de los valores?
Hay una tendencia a organizar el currículo de la
educación básica por grandes áreas y no por asignaturas. Y en ese contexto,
pensar que la Religión se puede mantener como una asignatura aislada es
complicado. Es muy audaz que, en un ámbito de humanidades, de competencia
emocional, de inteligencia intrapersonal, de valores, de formación moral…,
incluyamos el hecho religioso, las religiones. Si no, correríamos el riesgo de
perder el diálogo con otras áreas curriculares. Es una propuesta audaz y,
seguramente, adelantada a su tiempo.
Publicado por
Alfa & Omega:
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