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    miércoles, 8 de septiembre de 2021

    ¡Educar en la era de Cristal!


    En Familia | Zahira Fermín

     


    ¡Educar en la era de Cristal!

     

    Yo crecí en una familia, Mamá, papá y cinco hermanos, soy la antepenúltima. Recuerdo mi infancia como un cuento de hadas, cuando pienso en todo lo vivido, en esa etapa tan hermosa, mi corazón se llena de una paz espiritual y mi cuerpo entra en un estado de felicidad donde no quisiera parar de sentir todo eso.

     

    Cuando llegábamos de la escuela, tenía que hacer mis responsabilidades de la casa, siempre lo hacía rápido, porque se acercaba la hora de jugar con mis hermanos y amiguitos. Jugábamos y jugábamos hasta que llegaba la noche, solo teníamos un par de minutos para hablar de nuestros próximos encuentros al día siguiente y para dejar en claro algo muy importante: “Los juegos que no podíamos realizar, lo jugaríamos de primero al siguiente día, eso no era negociable”.

     

    Sólo llegaba a la casa, me bañaba, comer algo y a la cama.  Muchas veces me quedaba pensado, si había algo nuevo para exponerlo en el grupo, también pensaba en los juegos del momento:

     

    ·                La placa.

    ·                El quemao.

    ·                La soga.

    ·                La pelota.

    ·                Las escondidas.

    ·                Gomitas.

    ·                Belluga.

    ·                Cantar o bailar en grupo.

    ·                El pañuelito.

     

    Cuando crecí, lastimosamente me llevaron a vivir a otro país, vida diferente, educación muy diferente, amigos extremadamente diferentes.  

     

    Construí una familia (esposo y tres hijos), he tratado de hacer que ellos vivan algunas experiencias de las que disfruté en mi niñez, en un tiempo que no tiene nada en común con el de ellos. La verdad es más difícil cada día porque, a los niños de esta generación, la era de CRISTAL, hay que pensar con la cabeza bien organizada para poderles transmitir lo que queremos de ellos.  Escribiendo esta nota recordé:

     

    Cuando mis padres me daban una orden antes de ellos terminar la última palabra, había que salir corriendo y realizar la tarea.  Ahora hay que hablar, explicar con palabras muy suaves y en un tono muy bajo, para que no se vayan a Romper.

     

    Recuerdo cuando mis padres nos solían llamar porque ya era hora de ir a la casa, solo se paraban frente al grupo y nos miraban.  Con esa mirada ya sabíamos que teníamos que despedirnos en un minuto y salir a paso doble a la casa.

     

    Con mis hijos, tengo que empezar a llamarlos, a ver si entienden. Cuando veo que eso no procede tengo que ir y pararme en frente y todavía me dicen: “Espérate, mami ya estoy terminando el juego”.

     

    Recuerdo que mis padres siempre me decían: ¡Muchacha! ¿Pero es que a ti te pican los pies, tú no puedes estar dentro de tu casa?

     

    En el país donde vivo, sólo hay dos o tres meses de verano y tratamos de hacer actividades con los niños al aire libre, la mayor parte del tiempo, pero saben qué? Para yo lograr sacar a mis hijos de la casa y alejarlos del internet, tengo que empezar con el ritual de las amenazas:

     

    ·                Los voy a poner de castigo!

    ·                No les voy a dar nada de helados!

    ·                Esta semana no va a ver merienda!

    ·                Voy apagar la internet!

    ·                Cinco minutos y los espero afuera!

     

    ¡Cuando mis padres me hablaban dos veces, la tercera era un jalón de orejas, con una chancleta en mano y a correr!

     

    Cuando le hablo a mis hijos, no puedo hacerlo enojada, porque tengo que coordinar bien pero muy bien, lo que voy a decirles porque si no, ellos se pueden:

     

    ·                Traumar.

    ·                Son niños inseguros.

    ·                Entran en depresión infantil.

    ·                Son niños muy vulnerables al acoso en las calles, escuelas, en fin, por todo se “ROMPEN, “se rompe la cadena de comunicación. Se rompe la confianza. Se rompen sus esperanzas, si seguimos nombrando lo que puede pasar, no acabamos.

     

    En lo personal pienso que debe haber un equilibrio de todo.  Dejarle saber a esta generación de CRISTAL, lo importante que ellos son en nuestras vidas, enseñarles nuestra vivencia, mostrarles lo dura que puede ser la vida, si no seguimos reglas.

     

    Dejarles saber que, mami y papi no estarán con ellos toda la vida y cómo puede ser su futuro si a temprana edad empiezan a tomar decisiones equivocadas y fuera de tiempo.

     

    Nosotros los padres en este tiempo, tenemos que ser graduados con un post grado, en los siguientes campos:

     

    ·                Padres.

    ·                Profesores.

    ·                Psicólogos.

    ·                Doctores.

    ·                Consejería (espiritual, laboral y personal).

    ·                Economistas (para que puedan ahorrar).

    ·                Prestamistas (cuando crecen nunca tienen un peso), taxistas (siempre tienen que salir).

    ·                Guardaespaldas (hay que cuidarlos).

    ·                Policías (de vez en cuando revisar sus cosas), espías (ver con quienes están), investigadores, ingenieros en sistemas (se les daña la tablet y hay que arreglarla en un dos por tres).

    ·                GPS (poner aplicaciones a sus celulares para saber dónde están).

    ·                Sirvientes 24/7.

     

    Mis hijos son niños como cualquier niño:

     

    ·                Desorganizados.

    ·                Inmaduros.

    ·                Por todo se enojan.

    ·                Para todo tienen una respuesta lógica (según ellos), entre otras.

     

    Saben que:

    Son niños, hoy por hoy, en este país los puedo dejar volar. Les enseñé y todavía les estoy enseñando, la esencia de una familia con valores y respeto. Los niños no toman deducciones de adultos, y si en algún momento rompen esa regla, tendrán resultados de adultos siendo apenas unos niños.

     

    Solo espero en Dios, me los deje disfrutar el tiempo más largo de mi vida!



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