Vida Humana | David Ramos/AP
Niñas sometidas a cambio de sexo tendrían más riesgo de
Alzheimer
Un
reciente estudio apuntaría a una importante relación entre la “privación de
estrógenos”, como es el caso de mujeres sometidas tempranamente a un
procedimiento de cambio de sexo, y “consecuencias negativas en la estructura,
función y bioquímica del cerebro”, que podrían llevar a un mayor riesgo de
Alzheimer.
El
estudio lleva como título “Exposiciones a estrógenos endógenos y exógenos: cómo
la salud reproductiva de las mujeres puede impulsar el envejecimiento cerebral
e informar la prevención del Alzheimer”, y fue publicado en marzo de este año
por la revista científica Frontiers.
La
investigación señala que “el sexo femenino es el segundo factor de riesgo más
importante para la enfermedad de Alzheimer después de la edad avanzada”, y que
este mal “afecta más a mujeres que a hombres, con una proporción de casi 2:1 en
muchos países”.
Las
mujeres posmenopáusicas, añade, “representan más del 60% de todos los
afectados”.
Entrevistada
por ACI Prensa, la médico Grazie Christie, miembro Senior de The Catholic
Association en Estados Unidos, explicó que “este estudio muestra que la
exposición a lo largo de la vida al estrógeno afecta la cognición y la
probabilidad de contraer la enfermedad de Alzheimer”.
“Existe
una fuerte correlación con el cese repentino del estrógeno, como cuando a las
mujeres se les extirpan los ovarios o cuando las mujeres toman tamoxifeno para
el cáncer”, indicó.
“El
lento cese natural del estrógeno durante la menopausia natural (no inducida
quirúrgicamente o médicamente) no tiene una fuerte correlación con el deterioro
cognitivo y la enfermedad de Alzheimer”, añadió.
Christie
indicó que “la implicación es que para las niñas con disforia de género que se
someten al bloqueo de la pubertad, tendrán una ausencia de estrógeno de por
vida. Esto es preocupante por aumentar la probabilidad de enfermedad de
Alzheimer”.
“Lo
mismo ocurre con las niñas mayores y las mujeres a las que se le extirparon los
ovarios debido a la disforia de género, o que reciben hormonas que inhiben su
producción normal de estrógeno, como sucede en el ‘tratamiento’ de afirmación
transgénero”, advirtió.
Implicancias
éticas “enormes” en los tratamientos de cambio de sexo
La
médico estadounidense señaló que “las implicaciones éticas” que presenta este
estudio “son enormes”.
“El
estudio dice que no se han realizado estudios a largo plazo para evaluar los
efectos de la pérdida de estrógeno en niñas o mujeres que se han sometido a
cirugías de ‘afirmación’ o tratamientos hormonales”, continuó.
“Por
tanto, como no se han realizado estudios, se trata de ‘tratamientos’
experimentales. Eso hace que estos sean poco éticos, especialmente en niñas y
menores de edad que no pueden consentir adecuadamente”, criticó.
“También
es especialmente poco ético porque la ‘afirmación’ se está convirtiendo
rápidamente en el único ‘tratamiento’ aceptable”, dijo.
Grazie
Christie advirtió que “una niña o mujer a la que se le ha interrumpido o
reducido significativamente el estrógeno, porque sufre de disforia de género,
muy probablemente corre un mayor riesgo de deterioro cognitivo temprano y
enfermedad de Alzheimer”.
“Estos
son hallazgos científicos y, como tales, no pueden llamarse discriminatorios”,
precisó. “Yo diría que el hecho de que a las niñas y mujeres con disforia de
género simplemente se les permita correr estos riesgos como un experimento
gigante es una especie de discriminación contra ellas”, advirtió.
Christie
señaló que “difícilmente puedo pensar en otro grupo de personas a las que se
les permita correr un riesgo tan grande con tal falta de preocupación”.
“Hay
mucho dinero en los tratamientos hormonales”
Para
la médico estadounidense, “el gran escándalo aquí es que el complejo
médico-industrial está optando por la Atención de Afirmación Transgénero sin
reservas. No se permiten voces disidentes en las publicaciones. Las grandes
sociedades médicas también apuestan por esto sin reservas”.
“Esto
es muy peligroso porque las cirugías y los tratamientos hormonales tienen un
tremendo índice de complicaciones. Incluso cuando trabajan, los hombres y
mujeres con disforia de género continúan sintiéndose terriblemente consigo
mismos (o peor, ya que ahora son sexualmente disfuncionales, mutilados,
infértiles y, a menudo, incontinentes)”, dijo.
“La
tendencia al suicidio sigue siendo muy alta en esta población. Por lo tanto,
los ‘tratamientos’ en realidad no están funcionando”.
Para
Christie, a esto hay que agregar “que no se han realizado estudios a largo
plazo, y tiene un gran problema ético”.
“Los
intereses monetarios son, por supuesto, una gran parte. Hay mucho dinero en los
tratamientos hormonales (de por vida) así como en las cirugías”, señaló.
Publicado
por ACI Prensa
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