Valores | Socorro González
González
“Como un padre cariñoso con sus hijos, así es Dios” (Sal
102, 13)
Dios se manifiesta
como amor, y ha querido estar cerca de nuestra realidad, expresado en su Palabra
de diferente manera, por ejemplo, en el Salmo 102, ese Dios que quiere expresarnos
cuanto nos ama, adaptándolo a nuestra realidad, del amor más cercano que
tenemos el de un padre tierno con sus hijos, así es su amor, aunque todos
sabemos que el amor de Dios es aún mayor.
El ser padres
supone nuevos cambios, al tener ese nuevo título, cambia la vida y cada día es un nuevo
aprendizaje, nuevos conocimientos y ya nada vuelve a ser como antes. Hace que
la persona se vuelva más madura y con más responsabilidad e incluso recordar
los momentos de la infancia con añoranza y buenos recuerdos.
Vivimos nuevos tiempos y cada vez la educación es más
diferente y algunos padres y madres se han olvidado de lo que requiere este don
de la paternidad. Los valores que enseña la paternidad están claros y se van
fortaleciendo en el día a día de la vida familiar.
Muchas veces los padres y madres piensan que con mantener
económicamente a sus hijos basta y cada vez está más comprobado que la
paternidad es más que garantizar el dinero para los cuidados de sus hijos.
Nuestros niños y jóvenes, faltos de que sus padres sean
cariñosos con ellos, de contar con una familia unida, donde exista la
comunicación y el buen trato, de que estén atentos a sus necesidades y de que
seamos ejemplo en el actuar de cada día.
La paternidad, es el vínculo más necesario en este momento,
donde cada vez nuestros hogares están llenos de violencia, de separaciones de
los padres y de desacuerdos entre ellos. Se necesita una relación basada en el
cariño, en la cercanía, en la confianza… adentrarnos en la realidad actual de
nuestros niños y jóvenes y comprender que son otros tiempos, otras exigencias,
pero también sabiendo lo que es bueno y lo que es malo. Pero sobre todo educar
de una manera responsable y consciente.
Los valores se
aprenden en la familia, que es el primer ejemplo para sus hijos, los niños reproducen
lo que ven realizar a sus padres, son el ejemplo de lo que viven en el hogar,
de lo que han aprendido desde pequeños.
La forma como es
ejercida la paternidad, puede afectar la personalidad de los hijos, la manera
como esta es ejercida, puede definir su manera de ser. Es por esta razón que cada vez es más
necesario que el padre y la madre mantengan una buena comunicación con los
hijos, y así poder comprenderse mejor y adoptar una actitud flexible que motive
cambios en ciertos comportamientos, sin dañar a los demás y descubriendo sus
propias necesidades.
Dios es Amor y nos
invita a ser expresión de ello en nuestras familias y en nuestro mundo, con
tanta necesidad de ese cariño de un padre que es tierno con sus hijos.
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