Meditación | Sandy Yanilda FermÃn
Desbloquea
la historia de tu vida
Me he pasado toda mi vida, bajo una
normativa de respeto, puntualidad, responsabilidad excesiva, hasta el punto en
que mi bienestar personal se afectó y enfermé. Llega la pandemia, y mi salud,
apremia, y me veo atrapada en un lugar donde pensé que no habÃa una clave para
desbloquear esa parte de la vida mÃa.
De repente, con la ayuda de nuestro Señor
Jesús, quien me iluminó a buscar ayuda de profesionales en la salud, todo
comienza a cambiar, todo cambia y comienzo a utilizar mi peso para utilizar
otro tipo de ropas e inclusive uso la frase, “Al mal tiempo buena cara”. No ha sido fácil, he tenido que
trabajar duro en mi salud no solo fÃsica, sino la más importante, mi salud
mental y espiritual.
Me enfoqué por años en conseguir cosas
materiales que me dieran seguridad. Algo hermoso y bonito me pasó, comencé a
escribir, y un amigo a quien siempre admiraré, me dio las pautas para descubrir
ese hermoso don que Dios me regaló.
Si te pasa lo mismo, hoy te digo, que
eres muy importante para Dios, eres la niña de sus ojos, te ama más que a nadie
en el mundo, y por tal motivo, activa la clave del cielo para que los ángeles
puedan desbloquear todo el mal, que se pueda acercar a ti, a tu casa, a tu
vida, a tu trabajo, a tu bienestar.
¿No serÃa fenomenal, si cuando
creciéramos, pudiéramos acceder a puertas de nuestras vidas, donde ocurrieron
sucesos que no hemos podido descifrar los por qué? Si existiera una llave
mágica que abriera cada puerta serÃa asombroso. ImagÃnate al borde de una
montaña, tratando de cruzar esa puerta que nunca accediste. ¿Cuáles pasos
darÃas para poder llegar a ella y cuáles cosas te limitan a cruzarla?
Me imagino que sentirÃamos miedo o
rechazo al llegar a ese lugar, quizás eso fue lo que vivimos en su momento. ¿Si
cruzáramos con los ojos vendados y no percibiéramos las personas o el
comentario que nos hizo daño, qué harÃamos?
SerÃa interesante descubrir las
maravillas que podrÃa haber en nuestras vidas, por abrir esa puerta,
simplemente para ver lo que sucedió, aprender de ella y cerrarla enseguida,
dejando atrás lo sucedido, viviendo el
hoy, incluso imaginando aplastar ese miedo con una montaña gigante.
El hoy que nos regala Dios, a través de
todo lo que tenemos y todo lo que nos dará, es lo que nos permitirá no tener
miedo, y más aún por cerrar puertas construidas con dolor, a sabiendas que eso
fue lo que nos hizo más fuerte y con capacidad de afrontar las adversidades y
veremos por arte de magia, como las grandes bendiciones llegarán.
Pienso que llega un momento en nuestras
vidas en que debe parar el sufrimiento,
la perfección, ser siempre el mejor, el primero, sin descuidar lo que
aprendimos del pasado, con una visión positiva del futuro y lo más hermoso que
tenemos para continuar trabajando, estudiando, disfrutando, cantando, bailando,
o escribir como es mi caso. Que nada ni nadie, como dice mi madre, te quiten la
felicidad, y mucho menos, el vivir hoy.
La
única manera en que lograremos vivir hoy plenamente es desbloqueando esos
momentos donde están el miedo y el rechazo,
aquellas personas que nos hicieron daño. No vivir en piloto automático todo el
tiempo, tratando de solucionar los problemas económicos de tu familia, el pago
de la universidad o el colegio, o simplemente, sobreproteger a nuestros hijos.
El romper o desbloquear esa parte
inconsciente es lo que nos hará mejores cada dÃa, pero necesitamos esfuerzo y
lo más importante, la voluntad de Dios.
Me gusta hablar de sembrar plantas en
mi jardÃn y cuando era niña me encantaba jugar a hacer orquestas de baile y
hacer competencias con mis hermanos y mis primos. Eso me encantaba. Hoy dÃa mi
fascinación son las actividades de la iglesia y mi amor por servirle al Señor.
¿Cuál es el sueño que tengo que
desbloquear para que se pueda realizar? Mi
sueño, es poder caminar sin miedo y correr sin detenerme, comerme un helado en
el verano y disfrutarlo. A ti que lees, ¿Cuál es tu sueño? ¿Qué te impide desbloquearlo?
Recupera el tiempo perdido. Nunca es
tarde. Conecta con lo que te gusta, con la
naturaleza, con el viento, con el mar, con el silencio en medio de un atardecer
o el sonido de los pájaros al cantar. Eso que te gusta y te hace feliz,
hazlo siempre guiados por el poder y la misericordia de nuestro Dios y sus grandes bendiciones.
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