Diálogo
Interreligioso | Juan José Tamayo
70 aniversario
del nacimiento de la teóloga feminista musulmana
Amina Wadud:
hermenéutica feminista del Corán
Del 19 al 21
de septiembre he participado en el Congreso Dignidad humana,
Derecho y Diversidad Religiosa: Diseñando el futuro de las sociedades
interculturales, celebrado en Córdoba. La mesa redonda a la que fui
invitado por la Fundación Euroárabe lleva por título “Espiritualidad feminista
e islam”, que compartí con Asma Lamrabet, teóloga musulmana feminista marroquí,
e Inés Eléxpuru, periodista y directora de Comunicación de la Cultura Islámica,
en plena sintonía.
Dediqué parte
de mi intervención a Amina Wadud, una de las teólogas más
relevantes del islam, crítica del patriarcado islámico, del imamato masculino y
de la interpretación patriarcal del Corán, que el 25 de septiembre cumple 70
años. Desde hace más de tres décadas está llevando a cabo una creativa hermenéutica
feminista del Corán desde su compromiso con el movimiento de los derechos
civiles de los negros en Estados Unidos y con los movimientos que luchan por la
igualdad y la no discriminación de las mujeres y contra la violencia de género
en el mundo, y muy especialmente en el mundo islámico.
Creo que Amina
Wadud no es suficientemente conocida en el entorno de la teología cristiana
feminista. Sin embargo, sus investigaciones desde la perspectiva de género
en torno al Corán son comparables en rigor hermenéutico y exegético con las de
las teólogas y hermeneutas cristianas feministas como Elisabeth Cady Stanton,
Elizabeth Schüssler Fiorenza y Elizabeth Johnson, entre otras. Considero, por
ello fundamental darla a conocer como una de las pioneras en la lectura
feminista del Corán, que pretende recuperar la voz de las mujeres en el texto
sagrado del islam, silenciada por la interpretación patriarcal, y en esa voz
descubrir la palabra de Dios como liberadora de la opresión femenina.
Este artículo
quiere ser un homenaje de reconocimiento a quien tanto ha inspirado mi
Hermenéutica Feminista Interreligiosa, de la que iré dando cuenta en mi blog de
RD.
Amina Wadud es
una teóloga feminista musulmana afrodescendiente nacida en los Estados Unidos
en una familia cristiana cuyo padre era pastor metodista. Los padres y ella
participaron activamente en las marchas del Movimiento por los Derechos Civiles
liderado por Martin Luther King. Posteriormente siguió las prácticas budistas.
A comienzos de
la década de los setenta del siglo pasado se convirtió al islam
coincidiendo con la segunda ola del movimiento feminista en USA. Ella veía
dicho movimiento con una mezcla de euforia religiosa e idealismo y quiso
traducirlo en transformaciones concretas dentro del islam, teniendo como principal
fuente de inspiración el Corán, donde, a su juicio, no aparece la subordinación
de la mujer al varón. Lo que caracteriza el mensaje del Corán es la dualidad
como designio primordial de toda la creación: “Todo lo creamos por parejas”
(51,49).
Doctora en
árabe y estudios islámicos por la universidad de Michigan, vivió en varios
países musulmanes e hizo estudios de post-grado en universidades de Libia,
Egipto y Malasia, donde conoció a las Sisters in Islam, movimiento
pionero del feminismo islámico fundado en 1988 por Zainah Anwar, que ejerció
una influencia decisiva en su vida y su pensamiento. Ha sido profesora en el
Departamento de Estudios Filosóficos y Religiosos de Virginia Commonwealth
University, de Richmond (USA), investigadora adjunta en el programa de Estudios
sobre la Mujer, de la Escuela Superior de Teología de Harvard, y profesora
visitante en la Universidad Gadjah Mada (Indonesia). Pronuncia conferencias en
numerosas universidades, foros culturales y religiosos en Estados Unidos, Oriente
Medio, Sudeste, África, Europa y Australia. Actualmente vive en Indonesia.
Tanto ella como sus hijos han sido objeto de amenazas de muerte por
sectores fundamentalistas musulmanes.
Sus
investigaciones se centran en el islam y el género, ofreciendo una interpretación
alternativa del Corán. Es también una activista en la defensa de los
derechos humanos, y especialmente de las mujeres musulmanas. En 1992
publicó El Corán y la Mujer. Releyendo el Texto Sagrado desde la
perspectiva de la Mujer,uno de los libros más emblemáticos del feminismo
islámico y texto de referencia tanto para académicos como para activistas, que
causó un fuerte impacto dentro y fuera del islam al hacer una lectura feminista
del Corán y demostrar que este defiende la igualdad de hombres y mujeres.
Desafío al patriarcado islámico
La voz de
Amina Wadud es una de las más escuchadas al tiempo que más provocativas del
feminismo islámico, que desafía al patriarcado tanto político como
religioso musulmán con gestos que no dejan indiferentes a las personas
seguidoras del islam, y muy especialmente a los dirigentes religiosos que se
dividen en dos bandos: quienes critican su comportamiento desafiante y la
anatematizan –los más-, y quienes la apoyan y comparten su exégesis igualitaria
del Corán y sus reivindicaciones feministas -los menos-.
En agosto de
1994 pronunció un sermón sobre “El islam como compromiso de entrega” en la
mezquita principal de Claremond, de Ciudad de Cabo (Sudáfrica). En marzo de
2005 dirigió la plegaria en una asamblea de musulmanes y musulmanas en Nueva
York. Las mezquitas de la localidad le negaron la entrada para dicha oración,
que se celebró en un local de la catedral episcopaliana de San Juan el Divino.
Con dicha práctica estaba desafiando a la autoridad patriarcal musulmana, que
se considera con el monopolio de lo sagrado. A ella acudieron en torno a cien
musulmanes y musulmanas, bajo protección policial en el exterior del templo
para evitar incidentes causados por musulmanes integristas que protestaban por
dicho acto.
Durante la
plegaria dijo que “el tema de la igualdad de género es muy importante para
el islam. Por desgracia, los musulmanes han hecho una interpretación muy
restrictiva de la Historia y han caminado hacia atrás. Con esta plegaria, nos
estamos moviendo hacia delante. Este acto solidario es un símbolo de las
posibilidades del islam”. Ese mismo año volvió a dirigir la oración en una
asamblea mixta en Barcelona durante la celebración del I Congreso de Feminismo
Islámico.
Las reacciones
de los ulemas no se hicieron esperar. El Sheik Yusef al-Qaradawi, de Qatar,
dictó una fatwa en contra de la actuación de Wadud apelando al
cuerpo de la mujer, “cuyo físico, naturalmente, constituye una provocación a
los instintos de los hombres”. En ella condenaba a Amina por anti-islámica y
herética y a los participantes en la oración por cómplices. Sabed Tantawi, de
El Cairo, declaró inválida la plegaria mixta alegando que los hombres han de
rezar con humildad y modestia, y nunca en presencia de una mujer.
La respuesta
del feminismo islámico no se hizo esperar: ni en el Corán ni en los hadices
existe un solo texto que prohíba a las mujeres dirigir la oración en una
congregación de hombres y de mujeres. Si una mujer está capacitada para
pronunciar el sermón el viernes en la mezquita, ¿por qué no lo va a hacer? Si
una mujer es elegida por la comunidad, ¿por qué no va a poder dirigir la
oración comunitaria?
También hubo
reacciones favorables por parte de intelectuales y académicos musulmanes, como
el egipcio Gamal al-Banna, el pakistaní Javed Ahmad, que vieron en el gesto de
Wadud un cambio revolucionario en el islam que contaba con el apoyo de las
fuentes islámicas y que tendría repercusiones en todo el mundo.
La respuesta
del feminismo islámico no se hizo esperar: ni en el Corán ni en los hadices
existe un solo texto que prohíba a las mujeres dirigir la oración en una
congregación de hombres y de mujeres. Si una mujer está capacitada para
pronunciar el sermón el viernes en la mezquita, ¿por qué no lo va a hacer? Si
una mujer es elegida por la comunidad, ¿por qué no va a poder dirigir la
oración comunitaria?
El gesto
subversivo de Amina Wadud condujo a una reflexión en profundidad sobre
el tema y al ulterior reconocimiento del imamato femenino en
diferentes comunidades musulmanas de Sudáfrica, Norteamérica y Europa. El
Centro Educativo Musulmán de Oxford (Inglaterra) organiza oraciones mixtas en
las que predica una mujer imán. La red de mezquitas del Tawhid, creada en
Estados Unidos por la Asociación de Musulmanes por los Valores Progresistas
(MPV), fundada por la imán indonesia Anni Zonneveld, defiende un islam
inclusivo a favor de la igualdad de género. La mezquita de Washington está
dirigida por el imán gay Daayiee Abdullah. En noviembre de 2012 la Asociación
de Musulmanes Progresistas de Francia (MPF) creó la primera mezquita inclusiva,
vinculada a la citada red norteamericana de Musulmanes por los Valores
Progresistas, que celebran la oración del viernes sin ningún tipo de
discriminación, ni de género, ni de orientación sexual, ni de etnia.
Amina Wadud
cree que ha terminado la era del patriarcado. Tenemos que evolucionar, afirma, “hacia otro
modelo más tolerante y cooperativo, porque no solo está en juego el futuro del
islam sino el futuro mismo del planeta. Para que nuestras familias, comunidades
y naciones avancen, más y más mujeres deben llegar a las áreas del progreso”.
En defensa del nuevo modelo igualitario y cooperativo cita el Corán, ya que en
él “se sostiene que los hombres y las mujeres han sido creados en igualdad”. A
su juicio se han desvirtuado los principios del Profeta, quien no reconocería
su Ciudad de la Iluminación en ninguna comunidad musulmana de hoy. Se ha
producido un “desplazamiento funcional” del islam para ajustarlo al dominio de
los varones. ¡Justamente el movimiento contrario a lo sucedido en los orígenes
de la religión musulmana, como ella demuestra fundadamente!
Lectura feminista del Corán
Las
investigaciones de la teóloga musulmana se orientan a recuperar la voz
de las mujeres en el Corán y su palabra como comentaristas del texto,
con el doble objetivo de desafiar la tendencia intelectual del islam que
margina la voz femenina en el texto sagrado y en su interpretación, y de
ampliar las posibilidades de comprensión entre los mismos musulmanes y
musulmanas. Wadud parte de un hecho incuestionable: la voz de las mujeres ha
sido silenciada en el texto coránico por sus intérpretes y ha estado ausente
del legado intelectual del islam. Solo los varones se han considerado personas
con plenos derechos en presencia de Dios y como guías de las mujeres, mientras
que estas no son más que meras extensiones de los hombres.
Más aún, dicho
silenciamiento es entendido por los propios pensadores musulmanes como parte de
un decreto divino y de la voluntad de Dios. Las propias mujeres han
aceptación de buen grado y sin rechistar esta situación de marginalidad durante
siglos, aun cuando se hayan visto obligadas a negar la igualdad en su condición
humana y a dar por buena su exclusión del texto coránico. A este silenciamiento
cabe añadir otro elemento igualmente negativo para el islam: a excepción de los
tres o cuatro últimos decenios, apenas se ha producido ninguna exégesis
sustancial del Corán que haya sido elaborada por mujeres.
Sin embargo,
constata Wadud, la voz de las mujeres está incluida en el Corán y presta una
contribución fundamental a la hora de comentarlo e interpretarlo. Y la búsqueda
de dicha voz incluye a la persona con género, la mujer: “La voz femenina en el
Corán es la voz de Alá, y Él no es mujer, ni es femenino. Ella tampoco es un
hombre, ni siquiera es masculina. Tanto la voz masculina como la voz femenina
son la empresa divina de darse a conocer a través del texto”.
Otra cosa es
el legado patriarcal intelectual –o mejor, anti-intelectual- del islam, que
privilegia, ciertamente, la voz, las cualidades y los atributos masculinos de
Dios relacionados con el poder e incluso con la violencia, cuando son más
importantes otras cualidades y otros atributos, como se pone de manifiesto en
los 99 nombre más bellos de Dios en el Corán: el vivificador, el
misericordioso, el benéfico, el generoso, el tierno, el agradecido, el
confidente, el protector, el paciente, el indulgente, el equitativo, etc.
Amina cree
necesario enfatizar hoy la voz femenina para lograr el equilibrio. Durante los catorce siglos del islam
fueron los hombres casi en exclusiva quienes escribieron tratados de exégesis,
considerados autoritativos y definitivos.
Al silenciar
la voz femenina del texto, el ethos islámico limitó la riqueza
de este, lo que constituye, a su juicio, una injusticia contra el autor divino
del texto y contra quienes buscan orientación moral en él. Para ampliar el
horizonte moral del texto es necesario eliminar la autoridad interpretativa
única de los varones, recuperar la voz femenina dentro del Corán y fomentar el
desarrollo de comentarios feministas. “A la voz femenina no solo hay que darle
plena expresión, sino que incluso habrá que darle algunas veces la primacía”,
afirma Amina.
Otro argumento
coránico al que apela la teóloga musulmana para defender la igualdad de los
hombres y de las mujeres en el texto sagrado es la idea de dualidad de todo lo
creado. Hombres y mujeres poseen igual significación como parte de la dualidad
de la creación, y a ninguno se le puede atribuir un valor superior. Cualquiera
sea su orientación, todos los exegetas coránicos coinciden en que el Corán
establece y defiende la justicia absoluta de Dios como atributo divino, que
debe traducirse en la práctica de la justicia en las relaciones sociales y
económicas.
Cabe destacar
a este respecto la hermenéutica de la justicia social que Amina hace del Corán
articulando las categorías de etnia, clase social y género.
Sin embargo,
en la práctica el principio de equidad se incumple al reconocer derechos
absolutos a los hombres y derechos relativos a las mujeres. Amina Wadud
constata tal incumplimiento en el diferente valor que los comentaristas varones
conceden a la voz masculina y femenina de Dios. Relacionan la voz masculina con
la autonomía, la jerarquía, el dominio, la acción, la autoridad, el control, y
la voz femenina con la crianza, la reciprocidad, la síntesis y la receptividad.
En este caso, la justicia divina resulta inequitativa y discriminatoria en
perjuicio de la mujer. Para revertir tal inequidad es necesario reconocer el mismo
valor a ambas voces.
Wadud observa
con preocupación cómo en el imaginario colectivo, tanto dentro como
fuera del islam, está muy arraigada la idea estática de un islam conservador,
que no admite cambios. Para superar esta imagen cree necesario distinguir
entre cultura musulmana, textos islámicos y ley islámica, y volver al Corán
donde se encuentran los elementos para quebrar la concepción estática sobre la
religión musulmana y su confinamiento en un sistema rígido e inmutable. Y, a
partir de ahí, inicia una hermenéutica inclusiva de género que descubre
que las mujeres son sujetos morales que mantienen una relación directa con
Dios.
En esa
dirección va su obra Inside the Gender Yihad: Women’s Reform in Islam (Oneworl
Publications, 2006), donde propone una Yihad (lucha no violenta) de las mujeres
por la justicia y la inclusión de género dentro de la comunidad islámica
global. Aborda algunos de los principales problemas a los que se enfrentan las
mujeres musulmanas hoy como la sexualidad, el liderazgo, la educación y el
estatus social. Lo que se propone es cambiar el estatus de las mujeres dentro
del islam, tarea realmente revolucionaria que Amina Wadud considera urgente.
Esta idea es
desarrollada y profundizada en el libro homenaje dedicado al estudio de su vida
y su pensamiento con motivo de su sesenta cumpleaños: A Jihad for
Justice. Honoring the Work and Life of Amina Wadud, editado por Kacia Ali,
Juliana Hammer y Laura Silvers (48HrBooks, 2012), que se abre con el siguiente
texto de Amina: “Escucha nuestra canción, y cuando las palabras sean
familiares, sigue cantando; para los nuestros el silencio ha sido demasiadas
veces el que ha sustentado y alimentado nuestros principios”.
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