Vida Misionera | MSC
Misioneros del Sagrado Corazón en Loma de Cabrera
Somos una congregación religiosa eminentemente
misionera. Así se nos define en nuestras normas constitutivas y así nos ha
aprobado y animado La Iglesia. Vayan al mundo entero y prediquen el Evangelio.
No hay lugar al que no nos podamos sentir enviados a vivir la experiencia
cristiana de vida. Al decir la experiencia cristiana de vida me estoy
refiriendo a que la misión no está predeterminada más que por esa vivencia que
se comparte comunicándola, con la misma existencia, a otras personas, las cuales,
a su vez, tendrán su propio encuentro con Jesús, sus propias conversiones y
compromisos en comunidad o iglesia.
Durante mucho tiempo la misión evangelizadora se entendió
como una acción de reproducir en los lugares a donde se misionaba, las
estructuras de iglesias existentes hasta el momento. La labor de los apóstoles
y discípulos parece enseñarnos este proceder, según leemos en los Hechos de los
Apóstoles y en las cartas del Nuevo Testamento: los misioneros iban, predicaban
la Palabra, hablaban de Jesucristo y cómo había actuado en ellos, preguntaban
por los que deseaban unirse a los creyentes en Jesucristo y a estos los
bautizaban en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
La Iglesia recibe, organiza y canaliza las diversas
expresiones de respuestas al llamado de Dios por parte de los creyentes. La
riqueza de la Iglesia consiste en aglutinar tantos y diversos carismas que el
Espíritu va suscitando en el mundo y en el tiempo. De manera que la experiencia
de encuentro y conversión con Cristo y a Cristo es fundamental para los
misioneros de su amor. De lo contrario
corremos el riesgo de repetir desencarnado lo vivido por otros, cuyo testimonio
es muy importante para acercar y contagiar, pero de ningún modo exonera de la
propia experiencia de encuentro con Jesucristo.
Los Misioneros del Sagrado Corazón somos parte de la
Iglesia y queremos “ser en el mundo el corazón de Dios”. Buscamos que “sea
amado en todas partes el Sagrado Corazón de Jesús”. De manera que entendemos la
misión como una acción cargada de afectividad, de acogida, de misericordia,
compasión. Nuestra causa es la causa de la Iglesia hereda de la causa de Jesús:
el
anuncio del Reino de Dios. Nosotros “hemos conocido el amor que Dios
nos tiene y hemos creído en él”. Nuestra misión consiste en compartir esta experiencia
de fe con las personas y los pueblos. Nos sentimos especialmente enviados a los
más necesitados, a los insignificantes de nuestro mundo.
Estamos iniciando nuestra misión en el Santuario, Parroquia Nuestra Señora
de La Altagracia de Loma de Cabrera. Eulide García MSC y Jesús Mercedes
(Noelito) MSC, nos representan. Una
experiencia nueva de misión en esta Iglesia Local de Mao-Montecristi. ¿Cómo ser
significativo en un ambiente desconocido, cómo vivir una misión evangelizadora renovada
en una parroquia que ya ha sido evangelizada por muchos años y servida con
entusiasmo por religiosas y religiosos de gran testimonio y perseverancia?
Nosotros no trabajamos solos sino de mi comunidad misionera, por lo menos,
de dos en dos. Trabajamos con las otras fuerzas evangelizadoras que encontramos
en las comunidades y las demás que vayan llegando. Se trataba de ser en el
mundo el corazón de Dios. La práctica evangelizadora va de la mano con la conquista
de mejorías en las comunidades y pueblos. Regularmente la Palabra de Dios
inspira conquistas de mejores condiciones de vida, implica transformaciones de
rostros desfigurados, acompaña procesos de saneamiento de ambientes enfermizos
llenos de ruidos inhumanos y estados de ánimo cansados.
Los MSC somos invitados a asumir conscientemente un necesario cambio de
actitudes: “Ser más humildes y asumir el hecho de que la profesión religiosa y
la ordenación no nos hacen mejores que los demás. Nos ponen al servicio de
nuestros hermanos…”; La “fidelidad y la perseverancia. Con la vocación
de MSC se nos dio una misión… Se nos llama a ser fieles a esa vocación y a esa
misión. Eso es lo que Dios quiere de nosotros y nuestra obediencia consiste en
esa fidelidad. “Aquí estoy Señor, vengo a hacer tu voluntad”. Ha sido la
actitud permanente de Jesús, Palabra Encarnada, y esa quiere ser la nuestra
permanentemente. Esta fidelidad y esta perseverancia son una parte importante,
sobre todo como comunidad, de nuestro testimonio Evangélico. Sin esta fidelidad
no hay ni testimonio ni misión”.
En esa actitud hemos llegado por Loma de Cabrera, sabiendo que no somos, ni
los primero ni los últimos en servir en esta misión. Antes que nosotros han
estado misionando por aquí muchísimos laicos, religiosos, religiosas,
sacerdotes, quienes han dado todo su ser en estas tierras de Dios. En el
ejercicio de esta tarea misionera han ido surgiendo seguidores y seguidoras de Jesús
que hoy misionan por todas partes, compartiendo su experiencia de Dios. Otros
vendrán detrás para vivir en su época, la vocación a la que Dios les llame y
comprometa. Contamos con las personas, comunidades, pastorales, grupos,
movimientos eclesiales, mujeres y hombres de esta región para vivir nuestro compromiso
misionero, llenos de esperanza y confianza, en clave de sinodalidad.
Agradecemos de corazón a Monseñor Diomedes Espinal y sus colaboradores por
invitarnos a compartir su misión evangelizadora en la Diócesis de
Mao-Montecristi. Gracias por la acogida que nos ha brindado la comunidad
parroquial, las Hermanas de los Sagrados Corazones, el Patronato del Santuario,
las autoridades civiles y militares del pueblo. En fin, ahora nos toca trabajar
juntos en la amplia y apasionante tarea de la Nueva Evangelización.
ADH 870 septiembre 2022
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