Vida Religiosa | Mireia Bonilla
El Papa da los 3 consejos clave para ser
verdaderos discípulos y misioneros
El Santo Padre recibe a la comunidad del Pontificio Colegio Pío
Latinoamericano y les recuerda que significa ser discípulo y ser misionero,
para que cuando vuelvan a sus pueblos de Latinoamérica, sigan siendo “pastores
del rebaño” y no “clérigos de Estado”.
“Estos años en los que ustedes están en Roma son un tiempo de gracia que
el Señor les concede para profundizar en su formación, no sólo a nivel
intelectual, académico, sino, además, para experimentar la riqueza y la diversidad
de la Iglesia universal”. Con estas palabras el Papa Francisco ha iniciado su
discurso dirigido a los miembros del Colegio Pío Latinoamericano, a quienes ha
recibido esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano. El Papa, en primer
lugar, ha centrado su discurso en el significado de dos términos: discípulos y
misioneros. Después, ha dado tres consejos clave para convertirse en uno de
ellos.
¿Qué significa ser discípulos?
Francisco les ha explicado que, siguiendo el ejemplo del evangelio de
Juan, en el que vemos que Andrés fue uno de los primeros discípulos de Jesús,
están llamados a “renovar siempre ese encuentro con el Señor, cotidianamente,
compartamos su Palabra, permanezcamos en silencio ante Él para ver qué nos
dice, qué hace, cómo siente, cómo calla, cómo ama”.
“Dejémoslo que sea “Verbo” en nuestras vidas y, si me permiten la
imagen, dejémoslo “conjugarse” en nosotros y a través nuestro. No le impidamos
que actúe en nuestro ministerio en primera Persona. ¡Que Jesús tenga voz activa
en cada una de nuestras decisiones! Somos ministros suyos, pertenecemos a Él y
nos llamó para “estar con Él”. Esto es lo que significa ser sus discípulos”.
¿Qué significa ser misioneros?
Siguiendo con el ejemplo del evangelio de Juan, el Papa recuerda que el
encuentro de Andrés con Jesús no lo dejó tranquilo y de brazos cruzados, sino
que lo transformó, ya no era el mismo de antes, no podía más que ir a anunciar
lo que había vivido y al primero que encontró para decírselo fue a su propio
hermano, a Simón Pedro. “De este modo, Andrés se “estrenó” como misionero” dice
el Papa. Por eso, afirma: “También a nosotros nos esperan nuestros hermanos y
hermanas, especialmente los que aún no han experimentado el amor y la
misericordia del Señor, para que les anunciemos la Buena Noticia de Jesús y los
conduzcamos hacia Él. Salir, movernos, llevar la alegría del Evangelio, eso es
ser misioneros”.
Los verbos “estar” y “salir” resumen el sentido de
nuestra vida
El Papa también señala como ejemplo el evangelio de Marcos en el que
resume la llamada de Jesús a ser discípulos y misioneros: “llamó a los
apóstoles para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” dice el Papa,
centrándose en esos dos verbos: “estar” y “salir”:
“Ese es el sentido de nuestra vida. Se trata de un camino “de ida y
vuelta”, que tiene a Jesús como punto de partida y de llegada. No olvidemos que
“estar” con Jesús y “salir” a anunciarlo es también estar con los pobres, con
los migrantes, con los enfermos, con los presos, con los más pequeños y
olvidados de la sociedad, para compartir con ellos la vida y anunciarles el
amor incondicional de Dios. Porque Jesús está presente en esos hermanos y
hermanas más vulnerables, ahí Él nos espera de un modo especial” ha afirmado
Francisco.
“Y no se olviden de volver a Él, cada noche,
después de una larga jornada —pero ojo, a Él, no a la pantalla de un celular—.”
Primer consejo: No sean adictos al celular, sino al
encuentro con Jesús
El Papa Francisco ha señalado en primer lugar la importancia de
conectar, al final del día, con Jesús, y no con la pantalla del celular que
“nos atiborra de cosas”. “Por favor, no sean adictos a ese mundo de escape. No
sean adictos. Son diversos pasos que te van quitando la fuerza. Sean adictos al
encuentro con Jesús, y Él sabe lo que nos hace falta y tiene una palabra para
decirnos en cada ocasión” ha explicado.
Segundo consejo: No negocien nunca la pastoralidad
Francisco les ha dicho al principio de su discurso que cuando vuelvan a
Latinoamérica sean “pastores del Pueblo de Dios” y no “clérigos de Estado”, e
insiste una vez más: “Por favor, no negocien nunca la pastoralidad. Pastores
del Pueblo de Dios, no clérigos de Estado. No caigan en el clericalismo, que es
una de las peores perversiones. Estén muy atentos, el clericalismo es una forma
de mundanidad espiritual. El clericalismo es deformante, es corrupto, y te
lleva a una corrupción, una corrupción almidonada, con la nariz parada, que te
aparta del pueblo, te hace olvidar el pueblo de donde saliste”.
Tercer consejo: Sean pastores del pueblo, no
clérigos de Estado
El tercer consejo que da el Santo Padre es que no caigan en “la peste
del clericalismo”: “Por favor, cada vez que se hacen más “exquisitos” en el
sentido verdadero de la palabra, o sea, más alejados del pueblo, cada vez que
hacen eso, se apartan de la gracia de Dios y caen en la peste del clericalismo.
Pastores del pueblo, no clérigos de Estado”. Por tanto, antes de concluir su
discurso les ha exhortado a “pedir la gracia de saber estar siempre delante,
medio y detrás del pueblo, metidos con el pueblo del cual Jesús los sacó”.
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