Meditaciones | Sandy Yanilda Fermín
¿Soy
complemento de Amor para mi pareja?
¿A veces me he preguntado en qué momento las parejas se convierten en complemento una de la otra?
Buscaba en el diccionario de la Real Academia de la lengua, y me quedo con lo
siguiente: “Cosa que añade a otra persona para hacerla mejor”, y agrego algo
más, “hacerla feliz…”.
Conversaba con una pareja que apenas iniciaba su
noviazgo y me decían que el complemento inicia, desde el primer día que se
conocen.
El complemento de Amor implica:
Pensar como la otra persona. Estar en la misma sintonía. Hablar el mismo idioma. Es mantener la
comunicación siempre.
Es sentir en una misma dirección el camino a recorrer. Es sentir el amor
verdadero enlazado a un corazón desbordado
de anhelo, derritiéndose como un hielo.
Es buscar saciar ansias inspiradas
en olor a flores plasmadas de amores.
Es conseguir un beso
atraído del universo.
Es caminar juntos a la
orilla del mar, donde se consigue amar de una manera natural, sencilla y
esencial.
Es cruzar el puente de
la amistad, reflejado de sonrisas, verdad y paz.
Es dar y recibir
atención sin pedirla ni solicitarla. Simplemente ofrecerla.
Es tener la libertad y
la confianza de hablar con esmero de las cosas que suceden, para que el día a día sea más llevadero.
Es sentir la preocupación
de alguien que te ama, sin sentir que se
hacen sacrificios.
Es sentir su apoyo inspirado en colores que te indican olores
y sabores de amor.
Es sentir que la otra
persona te entiende, simplemente cuando ves que asiente, con un si como sol
naciente.
Es sentir un compañero o compañera, cuando trasciende su respeto,
cuando te dedica su tiempo, sin
preocupación ni descontentos.
Es cuando se interesa en tu vida, en tus cosas, en tu familia.
Es sentir su mirada llena
de ternura y con mucha hermosura.
Es ser espontáneo en dedicar
palabras bonitas, que encantan y te
cautivan.
Es regalar la luna y las estrellas, cualquier día que
amanezca.
Como dice la canción de Ramón Orlando: Es sentir que se
encontró en él o ella, la felicidad, es sentir que haces reír a la otra persona y no la haces llorar.
Es ser amigos, y lo más importante
es sentir el complemento en Dios,
cantando o dedicando una canción, que es la mayor bendición.
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