Fe y Vida | LFI
«Aumento de suicidios se debe a la caída del matrimonio y la religión»:
catedrático de Harvard
El catedrático de Harvard lidera un grupo de
investigación que recopila métricas sobre nuestro bienestar. Por primera vez,
la generación Z -y no los adultos- es la más desdichada, pero el origen del
problema no está solo en la pandemia.
El diario El Mundo entrevistó
a Tyler Vanderweele, catedrático de epidemiología de la Universidad de
Harvard y graduado en Matemáticas, Filosofía, Teología, Finanzas y
Bioestadística por las universidades de Oxford, Pennsylvania y Harvard.
Una eminencia en la materia, de visita en España,
que reconoce que la reciente oleada de suicidios en Occidente tiene uno de sus
orígenes en la falta de religiosidad del hombre actual.
Veinteañeros:
los más infelices
Vanderweele lidera un grupo de investigación que
recopila métricas sobre el bienestar de la sociedad. Unos datos que están
revelando algo inquietante. Mientras tradicionalmente fueron los adultos de
mediana edad los más infelices, ahora, por primera vez, son los actuales
veinteañeros los más infelices.
"La realización personal consiste en que todos
los aspectos de la vida de una persona sean positivos. Incluye la salud mental,
pero también la salud física, la felicidad, el sentido y el propósito vital y
unas relaciones sociales cercanas. Además, hay que tener los medios financieros
para sostener todo eso", comienza diciendo, sobre todo lo que engloba el
concepto "salud mental".
Respecto a los motivos de la infelicidad actual de
los jóvenes, el experto tiene varias razones: "Hay una parte relacionada
con la pandemia. Cuando llegaron las restricciones, los mayores ya tenían
afianzadas sus relaciones sociales y las pudieron extender virtualmente. Pero,
en el caso de los jóvenes, estaban en el momento de la vida en que se hacen
amigos. Durante dos años esto estuvo restringido".
'Cuando llegó la pandemia, los jóvenes estaban en
el momento de la vida en que se hacen amigos. Durante dos años esto estuvo
restringido'.
"Otra explicación es la cantidad de tiempo
que pasan frente a las pantallas, además de que se ha vuelto muy
evidente que la participación en las redes sociales contribuye negativamente al
bienestar. Por otro lado, los jóvenes de Estados Unidos y Europa sienten que es
difícil abrirse camino en la vida y que no tienen las mismas oportunidades que
sus padres. Se están enfrentando en una etapa muy temprana de su vida a la
pandemia, la guerra en Ucrania, el cambio climático... Los adultos vivieron
décadas más estables", añade.
"Por último, nuestra investigación indica que tanto
el matrimonio como la participación en una comunidad religiosa están
poderosamente relacionados con muchos aspectos del bienestar. Y en Estados
Unidos y Europa Occidental, las tasas de matrimonio están disminuyendo y la
participación en comunidades religiosas, también", reconoce.
Sobre este último motivo, el catedrático da un dato
muy llamativo. "Quienes participan regularmente en comunidades religiosas
tienen un 30% menos de riesgo de morir durante 15 años y de sufrir depresión,
una probabilidad cinco veces menor de suicidarse y la mitad de probabilidades
de divorciarse", asegura.
Menos
apoyo comunitario
"Es una cuestión social, porque proporciona un
foro para el compromiso de la comunidad para desarrollar relaciones de apoyo en
momentos malos. Probablemente esté también relacionada con comportamientos más
saludables. La participación en la comunidad religiosa afecta a tantos aspectos
diferentes de la vida de una persona que se obtienen grandes efectos en salud y
bienestar", comenta.
Aunque son datos de EE.UU, Vanderweele reconoce que
está recabando cifras similares en otros países. "En este momento
estamos recopilando precisamente datos similares en 22 países
diferentes que representan aproximadamente la mitad de la población
mundial. España es uno de esos países. Creo que veremos patrones bastante
similares, al menos en Europa, pero no en África, Asia o Sudamérica",
apunta.
"En Estados Unidos hemos visto un crecimiento
de la tasa de suicidios y, si proyectamos los resultados de las investigaciones
en participación religiosa y suicidios, parece que un 40% del aumento de los
suicidios se debe a la caída de la participación religiosa. Así que cuando los
suicidios están aumentando, es porque algo está ocurriendo desde un punto de
vista cultural y existencial", relata.
Sobre la idealización del sistema de bienestar
occidental, el experto lo tiene claro. "Un sistema de bienestar social es
realmente valioso, pero desde el punto de vista del bienestar en su conjunto,
no deberíamos descuidar otros aspectos como la felicidad, el significado de la
vida, el carácter o las relaciones. Los sistemas de bienestar deben diseñarse
para no desincentivar el trabajo, porque, aunque el trabajo a menudo satisface
las necesidades materiales y de ingresos, va más allá. Da un sentido a
la vida y es una forma de entablar relaciones", afirma.
Sobre qué medidas se pueden tomar, el experto
enumera algunas. "Mi sueño sería que legisladores y políticos tuviesen en
cuenta la perspectiva del bienestar y la realización en la toma de decisiones,
no solo el crecimiento económico. Las decisiones políticas se han basado
principalmente en cómo afectan a la economía o el PIB. Pero, ¿cómo impactan en
la felicidad y las relaciones humanas? Preguntarse esto sería un gran cambio
(...)", expone.
"Aunque tuviésemos un crecimiento económico
algo más bajo, la gente sería más feliz. Si miras la satisfacción con la vida,
los países más ricos son más felices que los pobres. Pero si atiendes al
sentido y el propósito, los países en vías de desarrollo presentan niveles más
altos. Estamos priorizando el crecimiento económico y dejando atrás las
cuestiones de las relaciones sociales, el carácter, el sentido de la vida.
Debemos preguntarnos cómo podemos conseguir un crecimiento económico que no
comprometa nuestro sentido de la vida", apunta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...