Evangelización | Carlos Pérez Laporta
Todos pecamos
Lunes de la 12ª semana de tiempo ordinario / Mateo
7, 1-5
Evangelio:
Mateo 7, 1-5
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discÃpulos:
«No
juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis juzgados como juzguéis
vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te
fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que
llevas en el tuyo?
¿Cómo
puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo
una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás
claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano».
Comentario
Todos
pecamos. Y si somos serios con nuestros propios pecados, si sufrimos su
poder y su peso, si luchamos contra ellos y somos derrotados, difÃcilmente
juzgaremos a otros. Nadie que tenga presente sus propias luchas contra sus
defectos serÃa capaz de juzgar. Solo cuando olvidamos nuestras caÃdas y
perdemos de vista que la medida de nuestra vida es el perdón y la misericordia
de Dios, solo entonces nos atrevemos a juzgar, a medir la caÃda del otro, a
calcular cuánto se salen de las lÃneas con las que hemos decidido lo que
deberÃan ser las cosas: «No juzguéis para que no seáis juzgados. Porque seréis
juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con
vosotros».
Jesús no
nos propone el relativismo. Jesús no quiere que demos por buenas todas las
miserias, porque cada uno tiene las suyas. Lo que Él quiere es que nos asomemos
a nuestra miseria y reconozcamos que solo la misericordia nos ha permitido
luchar contra ella, y no desfallecer tras tantas caÃdas. Es desde ahÃ, y solo
desde ahÃ, cuando podemos ayudar y corregir a nuestros hermanos: «¿Por qué te
fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que
llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano “déjame que te saque la
mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga
del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano». La
viga la tiene en el ojo quien no ve la misericordia; solo cuando vemos la
misericordia recuperan nuestros ojos su claridad.
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