Papa Francisco | Sebastián Sansón Ferrari
Francisco en Marsella
para que todos sean uno
La emoción por la presencia del
Santo Padre en la ciudad al sur de Francia es compartida por miembros de otras
religiones, como el islam, visto que alberga algunas de las mayores comunidades
musulmanas del país.
La visita del Papa Francisco a
Marsella no interesa únicamente a la comunidad católica local. En este mosaico
de religiones, etnias y culturas, también ciudadanos de otras confesiones no
cristianas esperan al Pontífice con curiosidad y alegría, pues se trata
de la primera vez que un Obispo de Roma viaja a la ciudad después de cinco
siglos. Estos sentimientos son fácilmente palpables al dialogar, por
ejemplo, con un conductor musulmán sunita al tomar un taxi en el centro de la
urbe.
Al conversar respecto a la
importancia de este viaje apostólico, comenta que "todos creemos en
Dios" y se demuestra entusiasmado de escuchar a cualquier persona que
tenga fe en Él y trabaje por la paz en el Mediterráneo. En efecto, en los "Encuentros
del Mediterráneo", evento que Francisco clausura este sábado 23 de
septiembre con una intervención en el Palacio del Faro, han participado
representantes de múltiples creencias que están preocupados por los desafíos
del Mare Nostrum y quieren responder desde sus propias
realidades y sensibilidades religiosas.
Al caminar por las calles de
Marsella se puede apreciar el influjo de la población musulmana, que ha
construido mezquitas, bazares y han introducido nuevas técnicas agrícolas.
Alberga una de las mayores comunidades judía y musulmana de Francia.
En 1990, surgió Marseille
Espérance, un organismo especial que nuclea a líderes de las
confesiones católica, armenia, protestante, ortodoxa, musulmana, judía y
budista, junto con sus delegados, en torno al Alcalde de la ciudad. El objetivo
es proponer acciones conjuntas para acercar a personas de culturas y religiones
diferentes y crear vínculos. Marsella Espérance no tiene nada que ver con la
religión o la política.
Se basa en el respeto mutuo, el
diálogo y la amistad. Todas las decisiones se toman por unanimidad y se han
puesto en marcha varios proyectos, como ciclos de conferencias y cine,
actos simbólicos, intervenciones diversas y participación en el Festival
Internacional de Documentales. Asimismo, en casos de emergencia, en torno al
Alcalde, garante de la laicidad y representante de todos los marselleses, los
miembros se encuentran para lanzar un llamamiento a la cohesión y la
responsabilidad de todos.
Con motivo de su 26º centenario,
Marsella invitó a todos los habitantes a sumarse a un mensaje de tolerancia,
acogida y compartir que representa este proyecto y simboliza Marseille
Espérance. Más de 350.000 locales adhirieron a la propuesta y sus
nombres inscriptos en piedra forman la base del Árbol de la Esperanza.
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