Actualidad Mundial | VN
ONU El papel de la fe en
el progreso de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible
Cáritas América Latina y el
Caribe junto a la triple alianza de redes interreligiosas que participa en la
Cumbre Mundial para los Objetivos de Desarrollo Sostenible se compromete a
seguir dando voz a los más vulnerables y abogar por respuestas concretas a las
necesidades de las comunidades para que puedan salir de la crisis y avanzar
hacia la recuperación y estabilización.
"Inspirar fe, esperanza y
acción transformadora para acelerar el progreso hacia los Objetivos de
Desarrollo sostenible” ha sido uno de los temas tratados en la Reunión de Alto
Nivel en la Cumbre mundial de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que
tiene lugar en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, y que concluye
este 19 de septiembre. ¿Cómo vincular la fe, la esperanza y la acción para
lograr un mundo mejor? fue la pregunta de la que partieron los participantes en
el panel, celebrado ayer, bajo el auspicio de la Cáritas América Latina y el
Caribe junto a las instituciones y organizaciones que forman parte de la triple
alianza de redes interreligiosas para los ODS.
La vulnerabilidad de América Latina
América Latina y el Caribe,
centró el interés de la mesa redonda, “siendo la región más desigual del
planeta y con una alta vulnerabilidad a la pobreza”. En efecto, según la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2022, se
registraron 201 millones de personas (equivalente al 32.1% de la población
total de la región) viviendo en condiciones de pobreza, de las cuales 82
millones (un 13.1%) se encontraban en situación de pobreza extrema. Un panorama
– se lee en la nota – es el resultado, como lo afirma el Papa Francisco, de un
"modelo de desarrollo actual y de la cultura del descarte en la vida de
las personas".
Un
compromiso no es suficiente
Para las organizaciones basadas
en la fe que trabajan con los más empodrecidos y vulnerables de la región, como
los niños y adolescentes, las mujeres, los adultos mayores, los grupos étnicos
y raciales, si bien mantienen su compromiso con los más desfavorecidos, aclaran
“que esta tarea no es suficiente”. “La complejidad de la situación – afirma la
declaración - exige una acción integral que aborde las múltiples causas de la
pobreza y garantice que nadie quede rezagado”.
En este contexto, se destaca el
desafÃo señalado por el Papa, al señalar que vivimos en un momento histórico en
el que la atención a los más pobres está en peligro, y las voces de quienes
viven en la pobreza se silencian cada vez más.
Acoger,
proteger, promover e integrar
Siguiendo las indicaciones de
Francisco, acoger, proteger, promover, integrar, la triple alianza
interreligiosa que participó aseguró que no sólo se busca brindar asistencia,
sino también fomentar la solidaridad y la subsidiariedad, comprometiéndose a influir
en polÃticas en beneficio común.
“No somos espectadores pasivos –
se lee en la declaración -. Más bien, buscamos que las personas vulnerables
sean parte activa en los procesos de cambio, asumiendo una corresponsabilidad
para construir un futuro digno”.
El rol de
la fe para el desarrollo
La fe en este contexto de
progreso y desarrollo parte de una acción que está alineada con la aspiración
de lograr un futuro sostenible para toda la familia humana, adoptando la agenda
de desarrollo sostenible con sus múltiples objetivos y metas.
“Aspiramos a contribuir al
diseño y la realización de un "plan para un mundo mejor" y, a través
de nuestras acciones de anuncio y denuncia, buscamos combatir la pobreza, la
desigualdad, la degradación ambiental, promoviendo la prosperidad, la paz y la
justicia para transformar nuestro mundo.
Dar voz es
la herramienta
“Nuestra principal herramienta
es la voz de quienes no la tienen, siendo la voz de los más vulnerables y
abogando por respuestas a las necesidades de nuestros pueblos”, afirman los
participantes en el encuentro en Nueva York.
Pero además en su actuación no
sólo ofrecen un apoyo monetario, alimentario de producción o comercialización,
sino que priorizan el desarrollo de capacidades en las comunidades para que
puedan salir de la crisis y avanzar hacia la recuperación y estabilización,
construyendo un futuro deseado en el que todas las personas puedan vivir la
vida que desean.
Al hacer un llamamiento para que
la Cumbre para el desarrollo de los ODS para que ofrezcan una respuesta
integral y coordinada, las organizaciones basadas en la fe reafirman que su
“principal aporte será organizar la esperanza”.
La Cumbre
Jefes de estado y de Gobierno,
lÃderes mundiales, miembros de organizaciones civiles, religiosas, ONG’s han
discutido sobre cómo encaminar la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) pues corren el peligro de estancarse en medio de la crisis
climática, las fluctuaciones económicas, los conflictos y las secuelas de las
pandemias.
La promesa de “no dejar a nadie
atrás” – según el secretario general de la ONU, Antonio Guterres - que está en
la base de la agenda de desarrollo se encuentra en serios problemas ya que,
pese a algunos avances, a lo largo de los años han surgido brechas en la
implementación de los 17 Objetivos, que incluyen la erradicación del hambre y
la pobreza extrema para 2030.
Guterres destacó, no obstante, que alcanzar los ODS no consiste en marcar
casillas. “Se trata de las esperanzas, los sueños, los derechos y las
expectativas de las personas y de la salud de nuestro entorno natural. Se trata
de corregir errores históricos, curar las divisiones globales y poner a nuestro
mundo en el camino hacia una paz duradera”.
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