Vida Religiosa | A&O
El obispo Raúl Berzosa vuelve a España
tras tres años de misionero en República Dominicana
En la Misa de despedida, el obispo emérito de Ciudad
Rodrigo alegó haber encontrado en el dominicano «un pueblo santo y fiel que
está produciendo nuevas realidades»
El obispo emérito de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, volverá esta semana a España
después de pasar tres años y medio como obispo misionero en República
Dominicana. El pasado domingo se despidió del país con una Eucaristía de acción
de gracias en la catedral primada de América, en Santo Domingo. Fue el mismo
Papa Francisco quien lo envió como obispo misionero al país caribeño. El agosto
pasado, tomó posesión del cargo de vicario episcopal territorial de Santo
Domingo Oeste. Sin embargo, un mes y medio después fue relevado ya que el
Vaticano comunicó que había una «nueva misión» para él. Todavía se desconoce
cuáles serán sus nuevas responsabilidades en España.
Durante su tiempo en la isla, Berzosa ha prestado un
«servicio grande, incondicional y de mucha calidad», subrayó Francisco Ozoria
Acosta, arzobispo de Santo Domingo, durante la Misa de despedida. Aunque
subrayó que más bien era «un hasta luego a nuestro querido Raúl» que, según el
arzobispo, siempre «ha estado activo siempre, moviéndose sin parar» con una gran
disponibilidad. De hecho, según recoge Religión Digital, Ozoria confesó que «un día casi le tuve que
secuestrar para que conociese Puerto Plata y aquella zona».
Al final de la Eucaristía, el mismo Berzosa describió
su experiencia como «rica y fecunda». De esta tierra a la que ha dedicado tres
años y medio afirmó que se llevaba la experiencia de conocer «un pueblo santo y
fiel que está produciendo nuevas realidades y nuevos movimientos laicales» y
«una presencia de un Cristo vivo como no había experimentado antes». También
«un amor grande a la Virgen de Altagracia, patrona del país», así como «una
mayor comunión con el Papa Francisco» y «un respeto profundo por los hermanos
más pobres».
Por su parte, la revista Vida Nueva revela que Raúl Berzosa se despidió emocionado
alegando que «vine ligero de equipaje, sin hacer mucho ruido y me voy ligero de
equipaje y me hubiera gustado no hacer mucho ruido». Y bromeó con los
feligreses añadiendo que vuelve a España «con algunos kilos de más en mi carne
por lo bien tratado que he sido».
Aparte de la despedida en la catedral, el resto de
parroquias de la capital le dedicaron otros mensajes en los que subrayaron
estar «felices de haberle tenido como pastor, mejor dicho, como un buen pastor»
y en el que le agradecieron «por su entrega y servicio a nuestra Iglesia
dominicana».
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