Actualidad | Alcedo A. RamÃrez
Anuncio, Denuncia y Paz
Durante todo el fin de semana pudimos
disponer del tiempo necesario para
estar con nuestras familias, asistir a la Iglesia, recibir las visitas de
amigos y relacionados, a la vez de reflexionar sobre algunos de los temas
sugeridos por las lecturas y liturgias
de esos dÃas, principalmente del Domingo, DÃa del Señor. También el Papa Francisco aprovechó su homilÃa
para adelantar y expresar algunas ideas fundamentales para el compromiso y la
militancia católica en estos momentos convulsos que vive la humanidad. Las
presentaciones del Blog de hoy van orientadas a completar algunos puntos
relacionados.
La idea
central obtenida de las lecturas bÃblicas del fin de semana tiene que ver
fundamentalmente con la misión de los
profetas y fieles cristianos, enviados por Dios, para influenciar en las
actitudes y comportamientos de las personas que deben ser parte del Pueblo de
Dios, pero que muchas veces viven a espaldas de esa realidad divina, dedicados
a actividades y situaciones que no se compadecen con su calidad de pueblo
elegido, que debe cumplir con las Leyes, Normas y Mandamientos del Señor.
Asimismo, el Papa Francisco nos abre los
ojos para que discurramos sobre uno de los mayores peligros que enfrentamos
los cristianos hoy dÃa, a saber, el consumismo desenfrenado, que se torna en
plaga y cáncer.
En el fondo y la plataforma de todo lo anterior está la fe del cristiano.
Jesucristo no deja de alabar la fe que nota en las personas que se le acercan
para pedir su intervención de cualquier tipo, al mismo tiempo que afirma que la fe ha sido imprescindible para los
milagros y sanaciones logrados. Sin embargo, en muchas ocasiones hay personas, ministros y pastores
desaprensivos que se apoyan en la fe de los feligreses para su provecho
particular y personal, muchas veces en detrimento de esos mismos fieles. Quizás
aquà valga recordar la maldición de Jesús hacia todos aquellos que abusan de
los demás.
Aprovecha el Sumo PontÃfice la
oportunidad para recalcar la importancia
y necesidad de “Una Fe Inquieta”, la cual debe estar al servicio de los
desvalidos del mundo, para denunciar y escandalizarse
ante las múltiples y variadas miserias de la Humanidad, en todos los
niveles y geografÃa universal, que restan valor a la creación del mismo Dios,
la corrompen y destruyen, comenzando por el ser humano, hecho a su imagen y
semejanza. En la República Dominicana no
estamos ajenos a esta triste realidad, como se puede comprobar fácilmente
cada vez que pasa por el paÃs un fuerte fenómeno atmosférico, entre otras
cosas.
La actitud
correcta que nos enseña la fe cristiana consiste en acariciar y valorar la
vida de las personas, en todas sus formas y manifestaciones, a la vez que
debemos actuar como profetas modernos de
Dios, para denunciar los males
sociales, las injusticias, el egoÃsmo rampante y los abusos de poder de
parte de autoridades, funcionarios y personas que no reparan en satisfacer sus
propios instintos por sobre el bienestar y los intereses de toda la población,
en detrimento del Bien Común.
Ante estas realidades, muchas personas pierden el ardor de su fe
y se preguntan por qué Dios permite esas
cosas malas, que afectan negativamente a sus hijos, y dónde está la justicia y la misericordia divinas para contrarrestar
estos excesos, propiciando una sociedad fraterna y basada en la Paz que solo Cristo Jesús nos puede dar.
La respuesta es simple, pero también requiere de mucha fe: La Infinitud y Presencia de Dios se esconde en
el Dolor y en las Miserias Humanas.
Todos los Cristianos Comprometidos con sus Comunidades tenemos que actuar
para erradicar y evitar todos los abusos
que se cometen contra los más pobres y los excluidos, dejando de ser
indiferentes y ayudando a crear las
bases de una Nueva Civilización, sobre la Fraternidad y la Paz.
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