• Noticias

    viernes, 19 de julio de 2024

    La actualidad de la República Dominicana


    Actualidad | Melania Emeterio R.

     


    La actualidad de la República Dominicana

     

    Luego de realizadas las pasadas elecciones nacionales y congresuales del 19 de mayo del presente año, el país rápidamente ha vuelto a esa cotidianidad que transparenta y hace más que insufrible los rigores de la realidad. Hasta el habitual reclamo y emplazamiento a la Junta Central Electoral, de parte de los partidos políticos, conocido peyorativamente como “el  pataleo”, esta vez se redujo al máximo. Todo ha sido como un toque de campanas haciendo el llamado de volver a lo real, aunque sea patético: el altísimo costo de la vida, incluida la medicina en un momento en que campean enfermedades y dolencias. Está la violencia intrafamiliar y los suicidios precedidos de los feminicidios, la inaceptable y horrenda invasión haitiana, la debilidad y poca creatividad de la oposición política, la inseguridad ciudadana, los casos de corrupción en manos de la justicia, los accidentes de tránsito, y las quejas generalizadas por problemas de subsistencia elemental, que son parte de las deudas sociales acumuladas gobiernos tras gobiernos. Todas estas necesidades y el correspondiente malestar mantienen saturado el ambiente nacional, y se espera que en esta nueva gestión encuentren respuesta satisfactoria, para que se respire un alivio merecido.

     

    Muchos de los problemas señalados, si bien están relacionados con la poca sensibilidad y compromiso social de los gobernantes, para con las ciudadanas y ciudadanos, también hay que vincularlos con la actitud de parte de la población en general, que se muestra apática y no se organiza debidamente para exigirle con tenacidad a las autoridades. Esta apatía quizá esté en correspondencia con el desconocimiento de unos derechos que están consagrados en la Constitución Dominicana, y que son las armas para exigir. Estas deudas sociales acumuladas, ya se ha hecho algo pesada, y trae a la sociedad sobresaturada de los mismos problemas en cuyas soluciones no se avanza. Como respuesta se percibe a una ciudadanía que se ha vuelto un poco descreída, dubitativa, y a veces pesimista, un pesimismo que viene de la poca voluntad política para resolver esos problemas y necesidades que les agobian y amenazan. Tomemos dos casos: la violencia intrafamiliar y los feminicidios, así como también la inaceptable invasión haitiana que actualmente padecemos. Estas dos situaciones que inciden en la vida nacional,guardan ciertos niveles de relación. En ambos casos hay carencia de profundidad en la forma de abordarlos, y esto es motivo precaución. El abordaje no infunde confianza, y no se avizoran cambios para su erradicación, más bien con el paso del tiempo se arraigan mucho más, hasta parecer parte de nuestra piel.

     

    Con la violencia intrafamiliar, violencia de género y los feminicidios (especie de guerra civil a lo interno del hogar) se anda por las ramas. Puros discursos es lo que se escucha, un discurso que ha mostrado en el tiempo, la poca resonancia en la mentalidad del colectivo masculino violento. En muchas ocasiones, medidas complementarias son presentadas como esenciales: las casas de acogida, el volver a los valores, la rigurosidad en la aplicación de la ley, programas de ayuda a mujeres violentadas, medida de alejamiento para el agresor, poner la denuncia contra su agresor, y no retirarlas, etc. En verdad que todas estas medidas son herramientas importantes, e incluso se debe extender su cobertura, y mayor sistematización. Pero presentar al país estas acciones, dando la impresión de que son fórmulas esenciales en el combate del problema, es mentirle al país, y alejar la posibilidad de atacar la raíz de este flagelo, y sus consecuencias.

     

    Muchos sectores de la sociedad dominicana están apelando a que se vuelva a los valores de la familia, pero este es un criterio hueco, ya que la misma familia como institución no es un mundo aparte del conglomerado social. Ella ha sido permeada por los antivalores extraños a su tradición.  La familia está inmersa en ese mundo de las transformaciones traídas por la modernidad y su mundo globalizado, el cual ha llegado con otros paradigmas a los que casi todo el mundo quiere sumarse para no perder “actualidad”. En base a la modernidad y a la globalización se han ido olvidando valores y creencias que estaban validadas conforme al marco de una historia y una cultura local.  La familia necesita recibir apoyo desde el Estado y así empoderarse para enfrentar los riesgos de la modernidad. ¿Cuántas películas constituidas en escuelas del robo y el bajo mundo, son vistas por niños, adolescentes, y jóvenes, sin que las autoridades las prohíban? Es oportuno decir que la familia ni lo puede todo, ni puede sola.

     

    La familia, para cumplir con las expectativas que de ella se tienen, necesita ser auxiliada con políticas públicas y recursos del Estado   comprometiéndose a forjar un cambio de mentalidad en los ciudadanos vía la acción educativa permanente y sistemática. Recuérdese que la violencia hacia la mujer, dentro Y fuera del ámbito familiar, ha sido tolerada y justificada desde la misma familia. Aquí el Estado tiene que dedicarse a fondo en un proceso de desaprender esas malas prácticas y conceptos que han generado lo que hoy parece imposible de erradicar. El gran reto es el de desaprender y volver a aprender sobre una base diferente: la igualdad entre los seres humanos y el respeto a su dignidad mediante otros modelos de socialización en la familia. Este proceso debe andar parejo con otras ejecutorias del Estado, eliminando del entorno social todo aquello que introduzca ruido, recreando y alimentando con ello la violencia hacia la mujer, como es el caso de las telenovelas. Ellas incentivan todo aquello que hace posible ese tipo de violencia: uso de la fuerza, infidelidad conyugal, intimidación, seducción, sexo al descubierto, engaño, traición, exhibicionismo, superficialidad, poligamia servida como algo muy natural, y el desafío de mujeres disputándose el amor o las atenciones de un hombre. No será difícil conseguir las estadísticas con el del número de telenovelas que se pasan por la televisión dominicana por casi todos los canales, y sin limitaciones de horario: mañana, tarde y noche. En el combate contra la violencia de género esos mensajes son elementos de contradicción, y desvirtúan y contrarrestan los objetivos de la lucha contra esa forma de violencia.

     

    Profesionales de la conducta, y del área familiar, así como las y los especialistas en violencia de género, tienen en las telenovelas un buen instrumento de análisis para extraer de ellas los aportes a la cultura de la violencia, ver cuál es el beneficio o los beneficios que aportan a las familias dominicanas, al uso del tiempo, a los feminicidios, entre otros asuntos a valorar. Es tiemplo de vivir la realidad y salir del círculo de la falacia, aunque se afecten intereses que no pueden estar por encima de la necesidad y el compromiso de prevenir todo tipo de violencia contra la mujer. Si se quiere seguir confiando en la familia como base y sustentación de los valores, entonces hay que ayudarla para que cumpla su rol. En la actualidad no existen en todas las familias dominicanas las condiciones objetivas para jugar ese rol sino recibe la ayuda necesaria para que pueda materializarse ese ideal.  Para que esos discursos sean creíbles hay que sincerarse mediante una práctica coherente. Ojalá que apareciera en el escenario social un equipo especializado de diversas áreas: de la conducta, de Fiscalía, medios de comunicación, de la Sociología, y del Ministerio de la mujer, para hacer una oposición razonada contra cualquier incursión social, incluidas las telenovelas, que pudiera estar atentando contra el objetivo de prevención y combate a la violencia de género. Sería una iniciativa novedosa y de gran ayuda. El país necesita un grupo de presión que ayude a la familia a reflexionar sobre todo aquello que le trae perjuicio.


     

    No hay comentarios:

    Publicar un comentario

    Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...

    Para Vivir Mejor


    Entradas Recientes



    La Familia


    Amigo del Hogar | Revista

    Orientada esencialmente a la familia desde una visión humano-cristiana, la Revista Amigo del Hogar nace en el año 1942, como obra evangelizadora de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

    ¿Quiénes Somos?

    Somos una comunidad religiosa fundada por el P. Julio Chevalier en el año 1854, en Issoudun, Francia. El proyecto al que buscamos ser fieles es, desde el Corazón misericordioso de Jesús, anunciar el amor de Dios al mundo.

    Temas de Salud


    Entradas populares