Vida Religiosa
Este año
salí del closet, afirmó el padre Álvaro, sacerdote católico
Como lo oyen, este año me decidí a salir del closet. Después de ver a tantas personas que presumen sus “diversidades” y les aplauden y les dicen “que valientes”, etc. Me hice la pregunta ¿y por qué yo no? Así que tomé la decisión, este año el padre Álvaro saldría del closet.
Me decidí y saqué mi sotana del closet, a partir de enero
empecé a usarla diariamente desde la mañana hasta antes de dormir. Así nomás a
la brava, sin anuncios solemnes, sin darle muchas vueltas, sin dar
explicaciones previas. Sin buscar alabanzas por ello y sin temerle a las burlas
e insultos o miradas de extrañeza.
¿Cuál fue mi sorpresa? Muchas
Primera: Nunca pensé que usar sotana diaria me pudiera
hacer tan feliz como sacerdote. Me ha facilitado en la calle hacer tanto bien
como no me hubiera podido imagina. He bendecido, aconsejado, ayudado, he
confesado tantas personas con las cuales la confianza se dio por verme sotana.
Cuarta: Para ser una sociedad “antirreligiosa” es notable
el número de personas que me pide la bendición, más cuando generalmente, una
persona que me la pida de forma espontánea hace que los que están cerca me la
pidan también.
En conclusión, estoy muy feliz de haber tomado esta decisión,
cuando lo hice, pensé hacerlo por un año; pero ahora puedo afirmar que es algo
que quiero hacer de manera estable. Me ayuda, me hace feliz, ayuda a las
personas a hallar más fácilmente a un sacerdote y la gracia. Le recuerda aún a
los alejados que Dios sigue rondando por el mundo; me recuerda constantemente
que donde ande represento a Jesús y su Esposa la Iglesia.
Me recuerda que la maldad se sabe disfrazar de “ángel de
luz”, es decir: ni los raros de la feria del libro y de la misión dragón les he
visto el odio y desprecio en los ojos que le veo a los testigos de jehová y a
los cristianos cuando ven un sacerdote. Al contrario, muchos se han acercado a
tener diálogos interesantes. Hasta los malvivientes del centro se han acercado
con respeto a pedirme la bendición. Es curioso ver de dónde brota más el odio.
El que tenga oídos que entienda.
Además, me recuerda que quiero un día llegar a ser Santo:
¿Imagino a san Juan Bosco, a San Ignacio de Loyola, a Francisco Javier, San
Felipe Neri, Santo Tomás de Aquino, ¿a San Francisco de Asís sin su sotana o
habito? No; ¿Quiero ser santo? Si, por lo tanto, es bueno usar la sotana.
Usarla me confirmó una verdad olvidada, la sotana es un
sacramental, es decir suscita la gracia y dispone a las personas a recibirla.
el cleryman (camisa clerical) no lo es.
Por último, no me voy a dar aires de grandeza por usar sotana
diaria. No me hace en automático ni más grande ni más santo que los demás
sacerdotes. Pero me ayuda enormemente, invito a los demás padres a que sean
valientes, saquen su sotana del closet, úsenla más seguido y verán el bien que
se hacen a sí mismos y a las almas. No van a lamentarlo.
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