Vida Religiosa | Paolo Ondarza
Tomás y Buenaventura, dos
luces para la Iglesia de todos los tiempos
«El libro y el
espíritu» es el título de la exposición organizada por la Biblioteca Vaticana
con motivo del 750° aniversario de la muerte de San Buenaventura de Bagnoregio
y Santo Tomás de Aquino. Cincuenta y dos volúmenes expuestos, entre ellos dos
manuscritos autógrafos del Doctor Angélico
Dos grandes
maestros, un dominico y un franciscano, al servicio de la Iglesia. 750 años
después de la muerte de Buenaventura de Bagnoregio y Tomás de Aquino, la
Biblioteca Apostólica Vaticana dedica la exposición «El libro y el espíritu» a
su relevancia.
Diaconía cultural
Expuesta hasta
el 14 de diciembre en la Sala “Kerkorian Hall”, la exposición, como subraya el
Prefecto de Bav, el padre Mauro Mantovani, pretende «mostrar la actualidad y el
significado» de estos gigantes que encarnaron plenamente la «diaconía cultural
e intelectual, construyendo y haciendo cultura».
La escritura de Tomás
Se han
seleccionado cincuenta y dos volúmenes entre todos los fondos de la Biblioteca
Vaticana. Entre ellos, merecen un lugar de honor dos manuscritos autógrafos de
Santo Tomás de Aquino. La letra de Tomás, definida como ininteligibilis incluso
por sus contemporáneos y que hoy sólo dos estudiosos en el mundo son capaces de
descifrar, revela un retrato preciso de la rápida perspicacia del Doctor
Angélico: tachaduras, revisiones, notas marginales ofrecen al visitante un
testimonio único de su proceso de pensamiento.
El dinamismo de la escritura
«La escritura
– continúa el padre Mantovani – es el resultado de un acto de pensamiento, de
estudio que ha cristalizado, pero también se ofrece en una dimensión dinámica.
En la exposición también hemos querido mostrar el legado dejado por estos dos
autores que luego fueron comentados por otros. En otras palabras, se creó una
escuela, una tradición de pensamiento, transmitida a las generaciones
posteriores».
Una fuente de inspiración actual
«Tomás y
Buenaventura – observa – amaban a la Iglesia hasta la médula: como diría el
Papa Francisco, no miraban la vida desde el balcón, sino que se sumergían de
verdad en la realidad. Frente a los desafíos que se les presentaban, no tenían
miedo: creían en el valor de la verdad unida a la bondad, a la belleza, que
encuentra su plenitud en Dios. Hoy siguen siendo una fuente de inspiración para
el camino cultural, teológico, filosófico y de pensamiento que estamos llamados
a recorrer para aportar nuestra contribución a toda la familia humana».
Sinergia y reciprocidad
El Papa
Francisco, subraya el Prefecto de la Biblioteca Vaticana, «al concluir la Laudato
si’ cita a ambos hablando de su mirada trinitaria sobre la creación.
Tomás y Buenaventura entregan a nuestros días una mirada que, si es plenamente
trinitaria, también sabe valorar cada diferencia, no contraponiendo una
diferencia a la otra, sino en una dimensión de sinergia y reciprocidad».
Estudios y traducciones
Visitamos la
exposición acompañados por uno de los comisarios, Stefen Metzger, del
Departamento de Manuscritos de la Bav: la exposición documenta la difusión de
los textos de Buenaventura y Tomás desde los orígenes hasta nuestros días,
pasando por la producción de libros en la universidad medieval o las
traducciones de las obras realizadas a lo largo de los siglos al griego, árabe,
armenio, chino, hebreo, alemán y neerlandés.
La obra de Tomás y Buenaventura en exposición
Una producción
que abarca la summae, cuestiones filosóficas y teológicas, obras
polémicas o temas en el centro de acaloradas discusiones.
Entre ellos
figuran, por ejemplo, textos relativos a la controversia mendicante, que afectó
directamente a la existencia de las órdenes dominica y franciscana. En los
preciosos códices y libros, realzados por la iluminación de las vitrinas en las
que se exponen, la interpretación y el comentario de Aristóteles por Tomás o
los textos de espiritualidad y teología mística de Buenaventura recorren la
exposición.
Este último,
como ministro general de la Orden franciscana, compuso obras fundamentales: su
Vida de San Francisco se convirtió en la biografía oficial de la familia
franciscana.
Los dos candelabros en la casa de Dios
No hay
constancia histórica de un encuentro directo entre Tomás y Buenaventura. El
Papa Gregorio X convocó a ambos al Segundo Concilio de Lyon en 1274.
Aquino murió
en el camino, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras que
Buenaventura puso fin a su existencia terrena durante los trabajos del
Concilio. Canonizados respectivamente en 1323 por Juan XXII y en 1484 por Sixto
IV, en su complementariedad mutua representan una referencia indispensable para
la Iglesia. No es casualidad que Sixto V, utilizando una imagen bíblica, los
describiera como «dos candeleros resplandecientes en la casa de Dios».
El Papa
Francisco se hizo eco de estas palabras en el mensaje que escribió con motivo
de la inauguración de la exposición: los dos santos, escribe el Obispo de Roma,
siguen «representando todavía hoy fuentes de luz y de inspiración para la
Iglesia y para la cultura», como «luminarias» para un enfoque de la teología
«en el que la profundidad intelectual y la vida espiritual, la ciencia y la
sabiduría, la humildad y la caridad se compenetran y se alimentan mutuamente».
Visita a la exposición
La visita es
guiada y gratuita, y está abierta hasta el sábado 14 de diciembre del 2024
según un calendario específico ya previsto por la Biblioteca, hasta completar
las plazas disponibles (info: kerkorianhall@vatlib.it).
La exposición
es también una etapa significativa del congreso internacional «La santidad de
la inteligencia» que, en el 750° aniversario de la muerte de Buenaventura y
Tomás de Aquino, se celebrará en Roma del 5 al 7 de diciembre, organizado por
la Embajada de Francia, la Escuela Francesa de Roma, la Comisión Leonina, las
Universidades Pontificias Angelicum y Antonianum y la Biblioteca Vaticana.
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