Ecología Integral | Sebastián Sansón Ferrari
Transición ecológica justa:
la Iglesia latinoamericana alza su voz
En un
conversatorio celebrado en la Pontificia Universidad Gregoriana, el cardenal
Spengler, el rector Lewis y el viceministro Jaramillo Jassir destacaron la
necesidad de un desarrollo sostenible que ponga en el centro la dignidad humana
y el cuidado de la casa común. El evento subrayó la urgencia de promover un
cambio estructural en América Latina.
Con un firme
llamado a asumir la crisis socioambiental como una sola y compleja realidad que
requiere soluciones integrales, el cardenal Jaime Spengler, presidente del
Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), ofreció este miércoles 11
de junio de 2025 en Roma una intensa lectio magistralis durante
el conversatorio “Transiciones justas: el rol de la Iglesia en la construcción
de una visión latinoamericana de un desarrollo social, económico y
ambientalmente sostenible”.
El evento,
organizado por la Embajada de Colombia ante la Santa Sede con motivo de los 190
años de relaciones diplomáticas entre ambos Estados, se celebró en el Aula
Magna de la Pontificia Universidad Gregoriana, con la moderación de Emilce
Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, y la
participación de académicos como María Adelaida Farah Quijano, Vicerrectora
Académica de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, y el P. Adelson
Araújo dos Santos, profesor de la Gregoriana.
La Iglesia y el desafío socioambiental
Con un tono
pastoral y profético, Spengler advirtió que “el tiempo presente parece indicar
que el mundo que nos acoge se va desmoronando”, señalando que los cambios
vertiginosos y la degradación ambiental y social “se manifiestan tanto en
catástrofes naturales como en crisis sociales y económicas”. Frente a este
escenario, instó a la Iglesia latinoamericana a ser una voz de esperanza y
denuncia.
“La Iglesia se
deja perturbar por la historia”, aseguró, recordando que no puede analizar ni
proponer soluciones de espaldas a las comunidades más afectadas. Subrayó que
las transiciones justas deben partir de la defensa de la dignidad humana y el
respeto a la casa común, recordando el llamado del Papa Francisco en Laudato
si’ y Laudate Deum.
El cardenal
denunció las falsas soluciones climáticas que, bajo la lógica del mercado,
convierten a la naturaleza en un activo financiero y advirtió sobre el
“enverdecimiento del sistema” que no cambia las estructuras de fondo.
“Necesitamos cambios estructurales urgentes”, enfatizó, señalando que el cambio
climático “es un problema social global que está íntimamente relacionado con la
dignidad de la vida humana”.
Spengler
también abordó el desafío del extractivismo y la explotación de los recursos
naturales en América Latina, que agrava las desigualdades y amenaza la vida de
las comunidades más pobres. Llamó a proteger los territorios de los pueblos
originarios, la agricultura familiar y a rechazar la financiarización de la
naturaleza, recordando que “los ecosistemas no son servicios ambientales a la
venta, sino la base de la vida”.
En este
contexto, presentó cinco caminos ineludibles hacia una transición justa: la
sobriedad como resistencia al consumismo, la educación para la conversión
ecológica, el fortalecimiento de las comunidades locales, el diálogo con la
comunidad científica y las narrativas de esperanza que muestren las
transformaciones reales.
“El tiempo se
agota”, advirtió Spengler. “Depende de nuestras elecciones y decisiones la
calidad de vida de las nuevas generaciones. Todos estamos llamados a cuidar y
cultivar la casa común”.
La universidad como motor de transformación
El padre Mark
Lewis, Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Gregoriana, agradeció la
oportunidad de acoger este evento y subrayó la importancia de que la Iglesia y
la academia trabajen juntas en la defensa de la casa común. “Es muy importante
que la Iglesia hable y reflexione sobre Laudato Si’, pero también sobre la
Amazonía”, afirmó.
El presbítero
jesuita recordó que a veces se piensa que la Amazonía es un problema exclusivo
de América Latina, pero insistió en que “es muy importante que todos, también
desde Roma, comprendamos que se trata de nuestra casa común”. Destacó el
compromiso de la Gregoriana con la ecología integral a través de programas de
educación práctica y no solo académica. “Tenemos un diploma en ecología
integral que enseña a catequistas y educadores a comprometerse y enseñar a los
jóvenes a cuidar del medio ambiente”, explicó.
Enfatizó que
las soluciones deben ser realistas y sostenibles para que todos puedan
participar. “No sirve de nada proponer algo que nadie puede hacer. Lo
importante es que todos podamos aportar algo y ser conscientes de nuestra
contribución a la casa común. Ese es el corazón de Laudato si’”, declaró.
Por su parte,
Emilce Cuda manifestó su gratitud por la invitación dirigida a la Pontificia
Comisión para América Latina. La teóloga argentina aseguró que, más allá de la
conmemoración de una relación bilateral, esta actividad se convierte en un
compromiso, en la línea de los llamamientos del Papa Francisco y del Papa León
XIV, de identificar los pasos necesarios hacia una transición justa en una
América Latina “donde la vida pende de un hilo”.
Colombia: la paz y el desarrollo sostenible como
prioridades
El
viceministro de Asuntos Multilaterales de Colombia, Mauricio Jaramillo Jassir,
destacó el papel histórico de la Iglesia en la política colombiana y su apoyo
constante a la paz y la reconciliación. “La Iglesia ha sido siempre aliada de
la paz como un proceso social que pertenece a la sociedad, va mucho más allá
del plano estrictamente religioso”, afirmó.
Resaltó tres
grandes aportes de la Iglesia en Colombia: su papel clave en el desescalamiento
del conflicto y la protección de los derechos humanos; su acompañamiento a los
procesos de diálogo para la desmovilización de guerrillas y grupos armados; y
su estímulo permanente al diálogo social amplio y pluralista en un país que ha
sufrido la violencia.
Jaramillo
sostuvo que el principal desafío para América Latina consiste en encontrar un
equilibrio entre cerrar las brechas sociales y proteger el medio ambiente. “No
es fácil mantener ese equilibrio, especialmente en países donde existe la
tentación del extractivismo”, reconoció. Sin embargo, se mostró esperanzado de
que “los políticos no se olviden de los más pobres, que no se olviden de los
excluidos y que los derechos humanos sean reconocidos como una titularidad para
todos los seres humanos”.
Por último,
subrayó la importancia de resistir ante la fascinación del consumismo y el
modelo extractivista. “Creo que la gente desde abajo se está dando cuenta de
las contradicciones de un modelo basado en la explotación y en la acumulación”,
dijo, y destacó que las transformaciones deben partir de la ciudadanía, sin
esperar a que lleguen solo desde arriba.
El evento
concluyó con un mensaje de gratitud y compromiso compartido, reafirmando la
necesidad de trabajar juntos —Iglesia, academia, gobiernos y comunidades— para
construir un desarrollo verdaderamente humano, integral y sostenible en el
continente.
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