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    martes, 23 de marzo de 2010

    Cooperativismo y rescate de la Equidad

    Cooperativismo y rescate del valor de la Equidad.  Toda restauración requiere del conocimiento histórico de lo que se pretende restaurar. Del mismo modo, contiene el valor de la libertad y de su adversario, el antivalor de la opresión.
    El cooperativismo se originó, en nuestro país, a partir de la Semana Social del Caribe, celebrada en Santo Domingo, del 3 al 8 de Febrero de 1947, como expresión de la Acción Católica Dominicana.
    No puede haber dudas de que la identidad del cooperativismo dominicano, dado su origen, es una manifestación de la dimensión social del Evangelio, que procura armonizar la fe con el testimonio de vida.
    El cooperativismo es una variable de la economía solidaria, que, como sistema, procura el desarrollo integral, tanto en lo personal como en lo comunitario.
    En diversas ocasiones hemos expresado que desarrollo es un estado en que todas las personas de la sociedad participan de todas las riquezas de ésta en lo económico, lo social, lo político, lo cultural, lo espiritual.
    Somos reiterativos al afirmar que el cooperativismo, como todo sistema de economía solidaria, contiene una doctrina, unos valores, unos principios, una empresa dotada de una estructura gerencial tanto de orden legal como orgánica, dirigida por unos funcionarios capaces de encarnar dignamente las funciones que asumen.
    La doctrina cooperativa se fundamenta en la solidaridad que, en esencia, supone la “ayuda mutua y el esfuerzo propio”, con el objetivo de elevar el nivel de vida de todos y de cada uno de sus socios de un programa cooperativo.
    Alcanzar ese objetivo requiere de un esfuerzo personal impulsado por el espíritu de superación; y, al mismo tiempo, un comportamiento comunitario que de primacía al bien común sobre los intereses particulares.
    Esa es la razón por la cual la Fundación Humanismo Integral (FHI) procura restaurar el cooperativismo fortaleciendo sus principios tradicionales con la inculturación de los valores del humanismo cristiano, cuya raíz más profunda podemos encontrarla en el capítulo IV del libro de Hechos de los Apóstoles: “En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían los mismo; lo poseían todo en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía… todos ellos eran muy bien mirados porque entre ellos nadie pasaba necesidad”.
    Proponemos la equidad como valor esencial que orienta la gerencia hacia metas combinadas de eficiencia y eficacia.
    Terminamos el mes de la Patria, cuya identidad se fundamenta en el humanismo cristiano, y a la vez, iniciamos la Cuaresma, Tiempo fuerte de la Fe Cristiana que se identifica con la austeridad.

    Equidad y Austeridad
    Equidad y austeridad, son dos valores permanentes de la economía solidaria. Creemos que una verdadera opción de conversión sería tomar la decisión de practicar la economía solidaria como manifestación de un compromiso de fiel discípulo de Cristo, libre y liberador.
    La austeridad es el fundamento del ahorro. El ahorro conduce a la inversión. La inversión genera productos y empleos.
    La equidad es la cercanía o aproximación entre polos opuestos.
    En la empresa, las confrontaciones más frecuentes se dan entre oferentes y demandantes, como también entre empleados y empleadores. La oferta y la demanda pueden ser de carácter financiero o comercial.
    Las cooperativas más comunes son de ahorro y crédito o de consumo. Otros tipos de cooperativas, como las de vivienda y agropecuaria, tienen programas de crédito. En consecuencia, las categorías más frecuentes de equidad, tienen un carácter financiero, comercial o laboral.
    La equidad financiera, se aplica por igual, a las cooperativas de ahorro y crédito como a los programas de crédito. La equidad financiera supone una aproximación entre las tasas de interés tanto pasiva como activa. Esto equivale a decir que el interés que se cobra al que requiere un préstamo, debe aproximarse al que se paga a los socios que depositan sus ahorros en la cooperativa.
    Una equidad razonable sería entre 100% y 150% de la tasa activa sobre la pasiva, vale decir que si se paga por los ahorros el 6% anual, se cobre por los préstamos entre el 12% y el 18% anual, según el uso que se le vaya a dar. Las tasas más bajas deben ser para inversión, vivienda, salud.
    Equidad comercial es la aproximación entre costo y precio, eliminando todo tipo de especulación, incluyendo exactitud en peso y medida, y transparencia en la calidad.
    Tanto la equidad financiera como la comercial, se incrementaría a favor de los socios con la participación en los beneficios en proporción al uso que éstos hayan de los servicios ofrecidos por la cooperativa durante el ejercicio fiscal.
    Equidad laboral es la aproximación entre salario mínimo y máximo dentro de una función, en términos reales. En la retribución real se incluyen bonificaciones y servicios adicionales al ingreso nominal. En todo caso, nos inclinamos por una escala de 10 a 1 entre la retribución máxima y la mínima.
    Una tendencia de la época, que ha contribuido a provocar la crisis económica, y que ha contaminado al sistema cooperativo, es la primacía de la eficacia sobre la eficiencia, unida a la falta de transparencia, a favor de las gerencias, sacrificando a los socios.
    Las cooperativas, al tener por objetivo elevar el nivel de vida de todos los socios han de dar primacía a la eficacia sobre la eficiencia.
    La eficacia, es cualitativa, transparente, fundamentada en los valores de la equidad y la justicia. La eficiencia es cuantitativa, y se mide por el éxito económico, sin tomar en cuenta el destino final del producto. Con frecuencia, en estos tiempos, quienes más se benefician son los gerentes, sacrificando a los inversionistas.
    El valor de la equidad, debe ser el eje central que restaure el cooperativismo de la contaminación monetarista, porque finca su raíz más profunda en la justicia y produce como frutos el desarrollo integral, el bien común y la paz. Estamos en la mejor época para proponernos esta restauración: el 63º Aniversario del cooperativismo dominicano, Mes de la Patria, el inicio de la Cuaresma.
    Ignacio Miranda, ADH 733 - Marzo 2010

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