Si supiera que el mundo se acaba

Apuntes Misioneros | Pedro   RUQUOY, cicm  

"Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía plantaría un árbol." (Martín Luther King)  

Con estas palabras, Martín Luther King, asesinado en 1968, expresaba lo que lo motivaba y daba sentido a su vida y su incansable  lucha para lograr el respeto de los derechos de los negros en los Estados Unidos: ¡La esperanza! Aquí en Zambia, al terminar un año difícil y salpicado de graves problemas, la frase del pastor americano mártir expresa muy bien lo que nos queda: ¡la esperanza!

¡Sí! Este año 2015 ha traído muchos sufrimientos a los pobres que representan más del 80% de la populación. El kwacha (la moneda nacional) se derrumbó completamente. Al inicio del año un dólar americano valía 5 kwachas y al finalizar el año 11 kwacha.  Con esto, casi todo dobló de precio pero los salarios se quedaron igual. Pata los campesinos, las semillas y los abonos alcanzaron un precio tan alto que muchos se desanimaron y dejaron de sembrar. A nivel de la educación, los gastos de escolaridad doblaron y ,miles de adolescentes se quedaron sin ir a la escuela. Para coronar la crisis, Las lluvias del año pasado fueron tan pobres que la producción de electricidad no basta para las necesidades del país; la capital y las otras ciudades de Zambia están privadas de electricidad por más de ocho horas cada día: La situación se empeoró tanto que Édgar Lungu, presidente del país invitó a todos los zambianos a un día de oración y ayuno, reconociendo así la incapacidad de su gobierno a resolver los problemas y poniendo la crisis en la manos de Dios. Sorpresivamente, el consumo de cerveza y otras bebidas alcohólicas se intensificó: en Mulungushi Agro donde está establecido nuestro centro de las Flores de Sol, la cantidad de tabernas ha triplicado y a cada hora del día y de la noche se encuentran personas totalmente borrachas titubando en las calles polvorosas de la sabana. 

Por cierto la crisis se hizo sentir en nuestra familia: varios de los jóvenes que habían dejado el centro al final de los estudios secundarios volvieron para pedir ayuda, varios padres de familia trataron de hacer pasar sus hijos como huérfanos para que les podamos acoger, varios de nuestros adolescentes se dejaron atraer por las tabernas y empezaron a robar para poder comprar cerveza, el alto precio de los alimentos nos obligó a cambiar la dieta. Además de la crisis a nivel nacional, varios acontecimientos nos marcaron profundamente: la muerte de nuestra Verónica el 2 de enero, la perdida de nuestra cosecha por falta de lluvia, la enfermedad de Eddy quien se volvió alcohólico y mi situación personal con Parkinson que me quita mucha energía y me obliga a cambiar de ritmo de vida….

Y sin embargo, seguimos plantando árboles; a pesar de todo, seguimos caminando; a pesar de la oscuridad, no hemos perdido la esperanza. Varias señales positivos nos animan a seguir pa´lante:

Hace una semanas, en el marco de la lucha contra el alcoholismo y el consumo de droga, invitamos a varios miembros del Departamento antidroga de la ciudad de Kabwe; llegaron a nuestro centro con una representante de la policía nacional y un miembro del Consejo Municipal. Por varias horas, estas autoridades se reunieron con nuestros adolescentes para presentarles claramente los peligros del consumo de bebidas alcohólicas y de drogas. Se podía captar el interés de nuestros muchachos y muchachas y su deseo de no caer en esas trampas. Entregamos a la policía la lista de las 13 tabernas establecidas alrededor de nuestro orfanato. Todos y todas se comprometieron a actuar rápidamente para lograr un ambiente más sano y menos peligroso para nuestra juventud.

Al inicio del mes de noviembre, un nuevo niño llegó para compartir nuestra vida; tiene 7 años y se llama Chabola Akakata. Este nombre contiene un mensaje claro: significa "la bondad persevera".  Algunas horas después de su llegada, ya había sido adoptado como un hermano más. Unos días después, nos comprometimos a acoger un bebe huérfano de apenas tres meses. Lo estamos esperando; acabamos de comprar todo lo que él necesita para las primeras semanas en nuestra familia. Es como si un niño estuviera naciendo en nuestro hogar.
Como lo expresa tan bien el poeta bengalí Tagore Rabindranath, "cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios todavía no pierde la esperanza en los hombres."

Otra señal de esperanza fue un encuentro con el Padre Francis, un monje benedictino originario de las Islas Filipinas: El nos compartió su sueño: construir un monasterio en Mulungushi Agro, cerca de nuestro centro de "las Flores de Sol".  Para él, los monjes, además de rezar cada día para nuestros niños y jóvenes, cultivarían la tierra con ellos y les ayudarían a dirigir su mirada hacia el gran Sol de la Vida.

La última señal de esperanza que quiero mencionar es la  llegada de un tractor, regalo de "Mission Possible", una asociación norteamericana enamorada de nuestros niños y niñas. Con este nuevo instrumento, logramos arar más de 10 hectáreas de tierra y sembrar maíz, habichuelas y girasoles; si la lluvia lo permite, esas semillas nos darán suficiente comida para alimentar nuestra tropa durante todos los días de este próximo año.

Todas esas señales de esperanza nos hace pensar en estas palabras del poeta libanés, Khahil Gibran: "en el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente."

"¡Feliz Navidad y Año Nuevo! desde África, el continente de la esperanza! ADH 796