La
Familia | Yris Rossi *
Amor entrañable
- Zion,
¿cómo
tú viniste al mundo?, le pregunta su amiga Juanita.
- Pues
la forma de yo venir al mundo no fue tan fácil, responde Zión y explica:
Poco
menos de nueve meses antes de que mi madre me diera a luz, le
diagnosticaron amenaza de aborto:
¡no
me morí de casualidad!
A ella
el Doctor la mandó a reposar y a super alimentarse, para que yo pudiera
vivir: pues siendo distintos, mi vida dependía de ella y ella lo sabía.
Mi
familia, que siempre me ha querido mucho, creamos un equipo formado por: mi
padre, mi madre, mi abuela y yo y desde ahí empezaron a super alimentarnos
y a cuidarnos.
Nos
dieron a comer bistec de hígado, crema de garbanzos, de lentejas, de guandules,
molondrones etc., así como a descansar.
Me
cuentan que pasamos muchos días acostados cuidándonos para pasarme buena
alimentación y descanso.
Después
de ese tratamiento, poco a poco comencé a ponerme más fuerte y en la medida que
yo me iba poniendo más nutrido, desaparecía la amenaza de muerte.
Por
el contrario, yo seguí creciendo, engordando y desarrollándome tan bien y tan
bien, que nunca más se volvió a decir nada malo de mi condición de salud, hasta
cuando cumplí los 9 meses.
-
¿Qué sucedió?
Pues
cuando se suponía que ya mi madre debía pasar a parirme, entonces, yo no quería
salir, hasta que volvió el médico y dijo:
"Bueno,
con las primerizas algunas veces no se sabe: se atrasan o se adelantan, por eso
le voy a dar una semana para ver si no se le tiene que hacer cesárea".
Mientras
tanto, yo seguía ahí adentro, muy a gusto y sin dar señales de querer salir.
Pasado
este tiempo y por la posición en que me encontraba, el médico decidió
darme un último chance: ¡una semana más!
"Si
esta semana el niño no nace, entonces vamos a tener que inducirle el
parto. Ese niño está muy acomodado ahí dentro y está en el límite."
Pues,
¡Gracias a Dios! en la madrugada del mismo día en que se cumplía la segunda
semana, le dieron los dolores de parto a mi madre, y mírame aquí hoy, 13 años después de darme a luz, contándote mi historia de cómo vine al
mundo.
Que
gracias al amor de Dios, mi madre y mi padre, así como los buenos consejos
del Doctor estoy vivo: ¡me encanta el fútbol y las matemáticas!
Y
tú, ¿cómo viniste al mundo?
*
En este relato Zión es mi nieto y quien escribe, su abuela.
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