La Familia |
Maritza Josefina Coss
Mi familia, mi proyecto más exitoso
En el sector financiero, un
proyecto es exitoso cuando, utilizando uno de los mecanismos de medición, los
resultados son positivos y cubren el monto de la inversión, en el mediano o
corto plazo. No obstante, existen proyectos de mayor magnitud que, por su
naturaleza, los resultados se visualizan a largo plazo: 25, 30 y hasta 40 años después.
La construcción de una
familia es un proyecto, con Misión, Visión de futuro y Valores a desarrollar. Desafortunadamente
no existen escuelas para ello, y ante las crisis, muchos eligen desertar y/o
abandonar el proyecto; sin embargo, hay patrones, modelos, vivencias, que pueden
ayudarnos. Por ejemplo, aprendí a leer y a escribir guiada de la mano de mi madre,
hasta alfabetizarme. Por lo que, desarrollar
un proyecto familiar cuesta mucho, física y mentalmente; pero, es de mayor satisfacción
cosechar los frutos de la siembra.
Siendo muy joven me case y
por mi mente nunca pasó construir una familia de padres separados, monoparental,
y mucho menos disfuncional. Desafortunadamente el divorcio tocó la puerta de mi
casa, entró y me derribó. Pero siempre
tuve la compañía de mi mamá, quien con su ejemplo y haberme criado en un
ambiente matriarcal, me impulsó a continuar mi proyecto.
Afortunadamente soy la
madre de dos estupendas mujeres, ante todo dos seres humanos de gran valía: la
mayor, arquitecta de profesión y la menor, abogada. Dos carreras que dan
continuidad al plan de Dios; crear, construir; conocer y respetar las leyes;
defender la verdad y practicar la justicia.
Construir una familia con
valores y principios morales toma tiempo; incluso, quizás más del que estamos
acostumbrados a esperar cuando nos enfrascamos en hacer algo.
Estamos formateados para
obtener resultados inmediatos. La
sociedad nos lleva muy rápido. El
consumismo, el desequilibrado progreso social y la voraz competencia, nos mueve
a tomar el tren de mayor velocidad, olvidando los elementos esenciales de la
vida.
Permanecer y construir, amerita
discernir con sensatez, mirar con los ojos abiertos, escuchar con atención y
detenimiento la voz de la conciencia y mantener el corazón sereno pero firme en
lo que queremos.
“Todo lo que está debajo
del sol, es vanidad y aflicción de espíritu…” “Vanidad de Vanidades, todo es
Vanidad”, dice el predicador o Eclesiastés 1.
Si queremos vivir en un mundo
más justo y más humano, debemos empezar por la construcción de nuestra familia.
Por más recursos que usted
crea tener, por más inteligente y sabio que se sienta ser, a solas, y sin Dios,
son pequeñeces ante lo que pueda obtener si se dejara llevar de su mano.
Solo en Dios, encontramos
una fuente inagotable de recursos para el desarrollo exitoso de un proyecto
familiar.
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