Espiritualidad del Corazón | Hans Kwakman
MSC
Una espiritualidad
de las relaciones
Las historias bÃblicas de la creación están impregnadas de una
profunda sabidurÃa. En lenguaje simbólico nos dicen que en la creación de Dios
todo está conectado. Las ciencias fÃsicas investigan y estudian cómo nació el
cosmos. Los relatos bÃblicos proclaman que la existencia humana se basa en
cuatro relaciones Ãntimamente conectadas: nuestra relación con Dios, con el
prójimo, con nosotros mismos y con el cosmos (LS 66).
El Papa Francisco cita el Salmo 33: "Por la palabra del Señor son hechos los cielos" (Sal 33, 6).
Al hacerlo, enfatiza que el universo y la humanidad no llegaron a existir por
casualidad, sino que Dios nos lo dió como un rico y abundante regalo. La
palabra creativa de Dios expresa su libre creación, que surge de su amoroso
Corazón.
La creación se nos da asà como un regalo, y estamos llamados a
respetar este regalo y a cuidarlo con mimo. Al cuidar el orden de la creación
con respeto, honramos a Dios como Creador. “Una
espiritualidad que olvida que Dios es el Creador Todopoderoso es inaceptable” (LS
75).
Sin embargo, cuando no respetamos las riquezas de la tierra,
pecamos contra Dios, el Creador, asà como también pecamos contra Dios cuando
descuidamos deliberadamente nuestra relación con nuestros semejantes o con
nosotros mismos. Para explicar esto, el Papa Francisco cita las palabras del
Patriarca Bartolomé, lÃder de la Iglesia Ortodoxa Oriental: "Destruir la diversidad biológica de la
creación de Dios; dañar la integridad de la tierra al causar el cambio
climático; despojar a la tierra de sus bosques o abolir sus humedales, ensuciar
el agua, la tierra, el aire y la vida en la tierra, son pecados. Cometer un
crimen contra el mundo natural es pecar contra nosotros mismos y contra Dios
" (LS 8).
El abuso de las riquezas de la tierra es una violación de
nuestra relación con Dios, con nuestros semejantes y con nosotros mismos. En
ese caso, no somos fieles a nuestro compromiso de amar a Dios y Su creación.
REFLEXIÓN
“Seguir a Jesús
significa
ser guiado por el
EspÃritu
pues Él
fue guiado por el EspÃritu en cada etapa de su vida.
Esto implica un
verdadero discernimiento personal
pero nunca
individualista.
El EspÃritu de
Dios es siempre el EspÃritu de comunión,
comunión con
nuestras hermanas y hermanos
y comunión con
toda la creación.
No es difÃcil ver
al EspÃritu en acción
en los grandes movimientos
de nuestro tiempo:
El movimiento
ecologista,
el movimiento que
busca la justicia y la paz,
sobre todo para
los pobres de la Tierra,
y el movimiento
feminista
que busca la plena
igualdad de la mujer.
A pesar de todos
los fallos humanos y pecados
que juegan un
papel en estos movimientos,
en ellos el
EspÃritu de Dios
está trabajando
poderosamente,
llamándonos a que
participemos
en estos
movimientos de liberación y esperanza.
Ser guiados por el
EspÃritu a principios del siglo XXI
es estar involucrados
en la transición
de “un perÃodo de
devastación humana en la Tierra”
a un perÃodo en
que los hombres
estarán presentes
en el planeta
de una manera
mutuamente beneficiosa”
Edwards, Denis.
EcologÃa en el Corazón de la Fe
Libros Orbis.
Versión Kindle
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