Eclesiales
Por una Iglesia samaritana
Aunque todavÃa
no sabemos cómo y cuándo lograremos superar esta crisis y retornar a esa
“normalidad” a la que nos habÃamos acostumbrado, desde nuestra condición humana
nos atrevemos a imaginar el futuro. O por lo menos, intentar unir esos pedazos
del rompecabezas fragmentado de esta realidad que se nos escapa de los
cálculos, del control y de las seguridades. Los expertos más sensatos declaran
la permanencia del virus y, a menos que nos proteja una vacuna, la curva que se
aplana no detiene alrededor del mundo el Ãndice de los infectados ni disminuye el
destino final de los moribundos.
De las
esperanzas que nos sostienen está la fe en la bondad humana, su capacidad de
retornar a caminos de convivencia y esfuerzo común para que los pueblos de la
tierra giremos hacia los valores comunes de fraternidad, dignidad humana y
justicia social. Creer que todos aprenderemos de esta pandemia no es tan
sensato como parece. Ni tan imposible para que seamos demasiado pesimistas. SÃ
requiere despertar ya de la voracidad consumista y el egoÃsmo depredador que
nos adormece y nos va conduciendo vertiginosamente hacia un abismo de dolor, fracaso
y sinsentido.
La salida
favorable del distanciamiento fÃsico, de la imposibilidad de relacionarnos como
corresponde a nuestra realidad de seres animados y corpóreos está muy
desdibujada y no debemos convertirnos en profetas de las desgracias, pero
tampoco en ingenuos decidores de lo que todos quisieran oÃr. Pero sà estar
atentos para que las decisiones y ejecuciones miren el bien común y no queden
en manos de polÃticos interesados solo por el poder o de empresarios que
ejerzan la actividad económica sin responsabilidad social ni compasión para los
más vulnerables.
Ante el
porvenir no vale cruzarse de brazos ni mirar desde las gradas lo que se juega
para la humanidad, sus incontables vÃctimas, los millones de migrantes y
refugiados, las grandes desigualdades sociales de las ciudades, el éxodo
constante de los campos que se marchitan… Todo eso bajo la mirada de un sistema
que se jacta de los avances y maneja en marketing las aspiraciones de felicidad
de todos y todas.
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