Misericordia | Mireia Bonilla/Ciudad
del Vaticano
Los 5 consejos del Papa a los confesores
El Santo Padre ha dirigido un discurso a los
participantes en la 31ª edición del Curso sobre el Foro Interno en el que ha
reflexionado sobre el significado del Sacramento de la Reconciliación, dando
algunos consejos a los confesores explicándoles cuál debe ser la actitud
religiosa que deben tener ante el pecador perdonado.
El Santo Padre ha dirigido un discurso a los
participantes en la 31ª edición del Curso sobre el Foro Interno organizado por
la PenitenciarÃa Apostólica en el que han participado 870 clérigos de manera
online. Su reflexión ha girado en torno al significado del Sacramento de la
Reconciliación y las 3 expresiones que mejor lo explican. La primera:
"abandonarse al Amor"; la segunda: "dejarse transformar por el
Amor"; y la tercera: "corresponder al Amor". “Me gustarÃa
detenerme con vosotros en tres expresiones, que explican bien el sentido del
Sacramento de la Reconciliación, porque confesarse no es ir a la tintorerÃa a
quitarse una mancha. No. Es otra cosa. Pensemos bien lo que es” ha dicho el
Papa.
Primer consejo: asombrarse de los hermanos que
piden el perdón de Dios
Para Francisco, abandonarse al Amor significa
“hacer un verdadero acto de fe”, pero la fe – advierte el Papa – “nunca puede
reducirse a una lista de conceptos o a una serie de afirmaciones que hay que
creer. La fe se expresa y se entiende dentro de una relación: la relación entre
Dios y el hombre y entre el hombre y Dios”, pues la fe “es el encuentro con
Dios mismo que es Misericordia y es el abandono en los brazos de este Amor
misterioso y generoso, que tanto necesitamos, pero al que, a veces, tenemos
miedo de abandonarnos”.
El PontÃfice después señala que “quien no se
abandona al amor de Dios acaba, tarde o temprano, abandonándose a otra cosa,
terminando “en brazos” de la mentalidad mundana, que al final trae amargura,
tristeza y soledad y no se cura”. Por tanto, el primer paso que Francisco
considera para una buena confesión es “el acto de fe, de abandono, con el que
el penitente se acerca a la Misericordia”.
Su consejo para los confesores es que “deben ser
capaces de asombrarse siempre de los hermanos que, por fe, piden el perdón de
Dios y, todavÃa sólo por fe, se abandonan a Él, entregándose en la Confesión”.
Segundo consejo: percibir el milagro del cambio
Dejarse transformar por el Amor: Esta es la
segunda expresión sobre la que ha reflexionado Francisco. Sabemos muy bien que
no son las leyes las que salvan: “el individuo no cambia por una árida serie de
preceptos, sino por la fascinación del Amor percibido y libremente ofrecido”
dice Francisco. Por tanto, cuando el penitente que encuentra en la conversación
sacramental un rayo de este Amor acogedor, “se deja transformar por el Amor,
por la Gracia, empezando a experimentar esa transformación de un corazón de
piedra en un corazón de carne”.
Ante esta situación, el buen confesor – dice
Francisco – “está siempre llamado a percibir el milagro del cambio, a advertir
la obra de la Gracia en el corazón de los penitentes, favoreciendo en lo posible
la acción transformadora”.
Tercer consejo: señalar siempre el amor al prójimo
Después, el Papa explica que el abandono y el
dejarse transformar por el Amor tienen como consecuencia necesaria una
correspondencia con el amor recibido. Francisco declara que es una
correspondencia “que se manifiesta en el cambio de vida y en las obras de
misericordia que le siguen”, pues, quien ha sido acogido por el Amor “no puede
dejar de acoger a su hermano”, quien se ha abandonado al Amor, “no puede sino
consolar al afligido” y quien ha sido perdonado por Dios, “no puede dejar de
perdonar de corazón a sus hermanos”.
En este sentido, el Santo Padre asegura que “Dios
nos muestra un amor posible, en el que vivir esa correspondencia imposible” y
que no es otra que “el amor al hermano”: “Amando a nuestros hermanos nos
mostramos a nosotros mismos, al mundo y a Dios que le amamos de verdad”. Su
tercer consejo para los confesores es que el buen confesor “señala siempre el
imprescindible amor al prójimo como gimnasio diario en el que entrenar el amor
a Dios”.
Cuarto consejo a los confesores: No hacer
preguntas impertinentes
Al final de su discurso, les ha pedido que
recuerden siempre “que cada uno de nosotros es un pecador perdonado, puesto al
servicio de los demás, para que también ellos, a través del encuentro
sacramental, puedan encontrar ese Amor que ha fascinado y cambiado nuestras
vidas”. Teniendo esto en cuenta, el Papa ha querido subrayar algo que considera
fundamental: cuál debe ser la actitud religiosa que debe tener el confesor ante
el pecador perdonado. Francisco invita a los confesores a “acoger en paz,
acoger con paternidad”, “todo el mundo sabrá cómo es la expresión de la
paternidad – dice el Papa – una sonrisa, los ojos en paz… acoger ofreciendo
tranquilidad, y luego dejar hablar”.
También pide estar atentos cuando el penitente
tiene cierta dificultad para seguir adelante con un [determinado] pecado. “Si
lo entiende, no hace preguntas indiscretas” dice Francisco e insiste: “No les
haga más dolor, más tortura en esto. Por favor, no hagas preguntas. A veces me
pregunto: esos confesores que empiezan: “Y asÃ, asÃ, asà [dice: tai, tai, tai]…”,
pero dime, ¿qué estás haciendo, tú? ¿Estás haciendo la pelÃcula en tu mente?
Por favor, ¿eh?”.
Quinto consejo: ser padres y no el tribunal de
examen académico
Por último, el Papa explica a los confesores que
ser “misericordioso” no significa tener la mano larga: “Significa ser hermano,
padre, consolador”. "Eh, padre, no puedo hacerlo, no sé cómo lo
haré..." - "Reza, y vuelve cuando lo necesites, porque aquÃ
encontrarás un padre, un hermano: encontrarás esto": Esa es la actitud,
dice Francisco. Y por favor – concluye – “no hagas el tribunal de examen
académico. No te metas en el alma de los demás”.
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