Ecumenismo |
Enrique Rodríguez Lantigua, MSC
Carta Encíclica “Ut Unum Sint”
El
camino ecuménico: camino de la Iglesia (II)
El Concilio Vaticano II
ha reforzado su compromiso con una visión eclesiológica lúcida y abierta a
todos los valores eclesiales presentes entre los demás cristianos. El Concilio
afirma que “la Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica gobernada por
el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él” y al mismo tiempo
reconoce que “fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos
elementos de santificación y de verdad que, como dones propios de la Iglesia de
Cristo, empujan hacia la unidad católica”.
Es interesante la nueva
visión que da la Iglesia Católica de sí mismo y de las demás iglesias y
comunidades separadas, de ninguna manera carecen de significación y peso en el
misterio de la salvación. Porque el Espíritu de Cristo no rehúsa servirse de
ellas como medios de salvación, cuya virtud deriva de la misma plenitud de
gracia y verdad que fue confiada a la Iglesia católica.
De este modo la Iglesia
católica afirma que, durante los dos mil años de su historia, ha permanecido en
la unidad con todos los bienes de los que Dios quiere dotar a su Iglesia, y
esto a pesar de las crisis con frecuencia graves que la han sacudido, las
faltas de fidelidad de algunos de sus ministros y los errores que cotidianamente
cometen sus miembros. En efecto, los elementos de santificación y de verdad
presentes en las demás Comunidades cristianas, en grado diverso unas y otras,
constituyen la base objetiva de la comunión existente, aunque imperfecta, entre
ellas y la Iglesia católica.
En la medida en que estos
elementos se encuentran en las demás Comunidades cristianas, la única Iglesia
de Cristo tiene una presencia operante en ellas. Por este motivo el Concilio
Vaticano II habla de una cierta comunión, aunque imperfecta. La Constitución
Lumen Gentium señala que la Iglesia católica “se siente unida por muchas
razones” a estas Comunidades con una cierta verdadera unión en el Espíritu
Santo.
El Decreto conciliar
sobre el ecumenismo, refiriéndose a las Iglesias ortodoxas llega a declarar que
“por la celebración de la Eucaristía del Señor en cada una de esas Iglesias, se
edifica y crece la Iglesia de Dios”.
La apertura a otras
comunidades ha abierto también las puertas del diálogo y la comprensión entre
cristianos, ya que “cristianos” no somos nosotros exclusivamente, sino que “Justificados
por la fe en el Bautismo, se han incorporado a Cristo; por tanto, con todo
derecho se honran con el nombre de cristianos y son reconocidos con razón por
los hijos de la Iglesia católica como hermanos en el Señor”.
Se trata de textos
ecuménicos de máxima importancia. Fuera de la comunidad católica no existe el
vacío eclesial. Muchos elementos de gran valor (eximia), que en la Iglesia
católica son parte de la plenitud de los medios de salvación y de los dones de
gracia que constituyen la Iglesia, se encuentran también en las otras
Comunidades cristianas.
De acuerdo con la gran
Tradición atestiguada por los Padres de Oriente y Occidente, la Iglesia
católica cree que en el evento de Pentecostés Dios manifestó ya la Iglesia en
su realidad escatológica, que Él había preparado “desde el tiempo de Abel el
Justo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...