El Matrimonio | Amigo del Hogar
Matrimonio: algunas perspectivas pastorales
Construir familias sólidas y fecundas. Desde
la perspectiva pastoral, la Iglesia considera importante orientar a las parejas
para construir familias sólidas y fecundas según el plan de Dios. En el sexto
capÃtulo de La AlegrÃa del Amor, del Papa Francisco, nos muestra algunas vÃas
pastorales para conseguirlo. En esta parte la Exhortación hace un largo recurso
a las Relaciones conclusivas de los dos SÃnodos y a las catequesis del Papa
Francisco y de Juan Pablo II.
Guiar a los novios en el camino de la preparación al matrimonio y acompañar a los esposos en los primeros años de vida matrimonial
Las familias son evangelizadoras, no solo evangelizadas. Se
confirma que las familias son sujeto y no solamente objeto de evangelización.
El Papa señala que “a los ministros ordenados les suele faltar formación
adecuada para tratar los complejos problemas actuales de las familias”. Si por
una parte es necesario mejorar la formación psico-afectiva de los seminaristas
e involucrar más a las familias en la formación al ministerio, por otra “puede
ser útil (…) también la experiencia de la larga tradición oriental de los sacerdotes
casados”.
Acompañar a los novios. Este
proceso de construcción de las familias requiere una guÃa adecuada para quienes
unen sus vidas por el sacramento, no solo en su etapa inicial. El Papa afronta
el tema de guiar a los novios en el camino de la preparación al matrimonio, de
acompañar a los esposos en los primeros años de vida matrimonial (incluido el
tema de la paternidad responsable), pero también en algunas situaciones complejas
y en particular en las crisis, sabiendo que “cada crisis esconde una buena
noticia que hay que saber escuchar afinando el oÃdo del corazón”. Se analizan
algunas causas de crisis, entre las cuales una maduración afectiva retrasada.
Acompañamiento a los fracasos matrimoniales. Entre
otras cosas se habla también del acompañamiento de las personas abandonadas,
separadas y divorciadas y se subraya la importancia de la reciente reforma de
los procedimientos para el reconocimiento de los casos de nulidad matrimonial.
Se pone de relieve el sufrimiento de los hijos en las situaciones de conflicto
y se concluye: “El divorcio es un mal, y es muy preocupante el crecimiento del
número de divorcios. Por eso, sin duda, nuestra tarea pastoral más importante
con respecto a las familias, es fortalecer el amor y ayudar a sanar las
heridas, de manera que podamos prevenir el avance de este drama de nuestra
época”.
Los diversos tipos de matrimonio. Se
tocan después las situaciones de matrimonios mixtos y de aquellos con
disparidad de culto, y las situaciones de las familias que tienen en su
interior personas con tendencia homosexual, confirmando el respeto en relación
a ellos y el rechazo de toda injusta discriminación y de toda forma de agresión
o violencia. Pastoralmente preciosa es la parte final del capÃtulo; “Cuando la
muerte planta su aguijón”, sobre el tema de la perdida de las personas queridas
y la viudez.
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