Espiritualidad |
Hans Kwakman, MSC
Espiritualidad del Corazón:
Una Espiritualidad de conciencia personal
En el capÃtulo tres de Laudato Si,
el Papa Francisco profundiza en las causas humanas de la crisis climática. Una
de las causas que identifica es una mentalidad tecnológica creciente (ver LS
101). Nos alegramos con razón de los numerosos avances técnicos que nos ofrecen
tantas posibilidades nuevas, por ejemplo, en los campos de la medicina y la
comunicación. “La ciencia y la tecnologÃa son productos
maravillosos de la creatividad humana dada por Dios” (LS 102), escribe. Por
lo tanto, solo podemos estar agradecidos por los esfuerzos de los cientÃficos y
técnicos, que constantemente nos muestran nuevas formas de lograr un entorno de
vida sostenible (cf. LS 102).
Sin embargo, estos desarrollos
técnicos también tienen una desventaja. Crece una mentalidad que afirma que
todo lo que las personas son técnicamente capaces de desarrollar, también es
valioso y, por lo tanto, debe desarrollarse, sin preguntarse si este nuevo
desarrollo beneficiará a la humanidad (Ver LS 104). Pero debemos tener en
cuenta que, “nuestro inmenso desarrollo
tecnológico no ha ido acompañado de un desarrollo en la responsabilidad, los
valores y la conciencia humana…. No podemos pretender tener una ética sólida,
una cultura y una espiritualidad genuinamente capaces de poner lÃmites y
enseñar el autocontrol con la mente clara”
(LS 105). Hacer que la tecnologÃa sirva al bienestar humano requiere “una forma de pensar, una polÃtica, un
programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad adecuados” (LS
111).
"Sobre todo, necesitamos cambiar" (LS 202), declara el Papa en
el capÃtulo 6, en el que subraya la necesidad de una "educación y espiritualidad
ecológicas". Con esto quiere decir que necesitamos educación y
espiritualidad que generen responsabilidad ambiental. Lo que tiene en mente es
una educación en acciones simples, que conduzcan a una espiritualidad personal
que dé sentido y profundidad a nuestra vida. En el siguiente texto de reflexión
el Papa lo describe asÃ:
REFLEXIÓN
“Hay una
nobleza en el deber de cuidar la creación a través de pequeñas acciones
diarias, y es maravilloso cómo la educación puede producir cambios reales en el
estilo de vida. La educación en responsabilidad ambiental puede fomentar formas
de actuar que afectan significativamente al mundo que nos rodea, como evitar el
uso de plástico y papel, reducir el consumo de agua, separar la basura, cocinar
solo lo que se pueda consumir razonablemente, mostrando cuidado por los demás
seres vivos, utilizando el transporte público o el coche compartido, plantando
árboles, apagando luces innecesarias, o cualquiera de otras costumbres. Todo
ello refleja una generosa y digna creatividad, que saca lo mejor de los seres
humanos. Reutilizar algo en lugar de desecharlo inmediatamente, puede ser un
acto de amor que exprese nuestra propia dignidad”. (LS 211).
“Tales
acciones pueden devolvernos nuestro sentido de autoestima; nos permiten vivir
más plenamente y sentir que la vida en la tierra vale la pena” (LS 212).
“La
educación ecológica puede llevarse a cabo en una variedad de entornos: en la
escuela, en familia, en los medios de comunicación, en la catequesis y en otros
lugares. En la familia primero aprendemos cómo mostrar amor y respeto por la
vida; se nos enseña el uso adecuado de las cosas, orden y limpieza… y cuidado
de todas las criaturas. Estos simples gestos de cortesÃa sincera ayudan a crear
una cultura de vida compartida y respeto por nuestro entorno” (LS 213).
(Papa Francisco
'Laudato Si', Roma, Pentecostés de mayo de 2015)
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