Mensaje | Hno. Pedro Acevedo, Lasallista
Carta a la militancia eclesial,
a la vida consagrada y grupos eclesiales
Apreciados hermanos y apreciadas
hermanas:
Celebramos hoy el 56° aniversario de la
segunda ocupación militar norteamericana en el siglo XX, ya que la primera en
el siglo pasado fue de 1916 a 1924. Nuestra soberanía fue mancillada y la
ocupación fue fruto del levantamiento militar del Coronel Francisco Caamaño
Deñó y un grupo de militares y militantes de izquierda, el 24 de abril de 1965.
Es, por lo tanto, el acontecimiento político y social, más importante del siglo
XX y el motivo era la lucha por el retorno a la Constitución de 1963, a raíz
del golpe de estado del Gobierno del Profesor Juan Bosch. Escribo esta carta,
con ese telón de fondo, que es una mezcla de lucha, patriotismo, soberanía y
defensa de nuestra nacionalidad, pero es fundamentalmente una invitación a
mirar hacia adelante y no desfallecer en la construcción de nuestra sociedad,
de nuestro país y de nuestra identidad.
Estamos viviendo una situación especial,
debido a las dificultades de la pandemia del Covid-19 y que nos ha ocasionado
tantas dificultades, no solamente sanitaria, sino de orden económico, social,
religioso, político y cultural. En estos días, he reflexionado mucho sobre lo
que hemos vivido y la necesidad de entender y de reinventarnos de cara al
futuro, pues ya ni somos los mismos seres humanos ni podemos pensar que no hay
que integrar cosas nuevas en nuestras acciones, en nuestras miradas y, sobre
todo, en la vivencia de la fe. Tenemos ante nosotros y nosotras, nuevos retos,
pero también, nuevas oportunidades y todo tiempo especial, siempre es una
gracia, un don que el Señor pone en nuestras manos, para entenderlo mejor y
acrecentar nuestra fe y nuestro compromiso. Voy a exagerar, por así decirlo, lo
positivo y esperanzador de este momento.
LA SITUACIÓN ACTUAL
Tendríamos que partir de los inicios del
año 2020, cuando estábamos en la recta final del proceso electoral y a lo largo
de ese año, hemos tenido dos procesos electorales, uno de orden municipal y
otro de orden congresual y presidencial, con el agravante de la suspensión de
las elecciones municipales en febrero. Una situación que nunca habíamos tenido
de esa manera y que, a decir verdad, somos olvidadizos, pues no se le ha pedido
cuentas a fondo a la Junta Central Electoral que le tocó dicha suspensión, ya
que solamente se conformó con el informe de la OEA.
Entrega de resultados de conteo alterno de Participación Ciudadana a la JCE |
El mundo y también nuestro país, vivió el
pánico, el aislamiento y el encerramiento y cese de la mayor parte de las
actividades laborales. Nos llenamos de miedo y empezamos el uso de las
mascarillas y la práctica del distanciamiento social. Pasamos del trabajo,
clases y vida presencial, a la virtualidad y a la semipresencialidad. El toque
de queda y las medidas de emergencia, pusieron de manifiesto, la gravedad de la
situación. Vivimos con mucho pánico, el fenómeno del contagio, pero
experimentamos con mucho dolor y tristeza, las muertes de nuestros familiares,
amistades y compañeros y compañeras de labores. Evidentemente que lo más triste
lo constituyó el hecho de no poder acompañar en los últimos días y en el
funeral a tantas personas que han fallecido.
Pero, también en medio de la pandemia, se
dio el cambio de gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), al
Partido Revolucionario Moderno (PRM) y la población dominicana, en los análisis
que se han realizado, votó por un cambio de gobierno, debido al agotamiento del
PLD, al fenómeno de la corrupción, de la falta de institucionalidad, del
esquema dictatorial con que se estaba gobernando y en algún momento se llegaron
a crear los dirigentes del país y los
dueños del erario público, entre otras cosas. A esta situación hay que sumarle
la división interna del partido, formando Leonel Fernández el Partido La Fuerza
del Pueblo, que debilitó bastante al PLD, por la gran cantidad de militantes y
personas en el gobierno que pasaron a formar parte del mismo.
Un país no cambia de manera automática,
pero los grandes desafíos son enormes, entre ellos debemos de destacar el
enfrentamiento de la corrupción, el cambio de esquema de gobierno, tanto en los
dirigentes como en los estamentos congresuales y que necesitamos ver acciones
más significativas, en los ámbitos del cofrecito y del barrilito, en las
promesas de campaña, en el estilo de vida y la articulación más real a la
población que los eligió.
![]() |
La Conferencia del Episcopado Dominicano hizo una visita al presidente de la República Luis Abinader |
Creo que la población dominicana, empieza
a experimentar un cierto cansancio de compromisos que no se han asumido, por no
llamar decepciones. El punto más crítico que tiene el Presidente Luis Abinader,
además de la pandemia, es la situación interna de su mismo partido.
Personalmente la población dominicana percibe al Presidente Luis Abinader como
una persona honesta y cercana. La atención e implementación del proceso de
vacunación ha sido un logro muy loable del gobierno, así como la eliminación y
fusión de muchos organismos, pero sobre todo la actuación del Ministerio
Público en sus actuaciones contra la corrupción. Aunque, claro está, está
iniciando su mandato, ya que no llega a los 9 meses y hay que darle un poco más
de tiempo, para hacer una evaluación más a fondo de su gestión gubernamental.
Lo que, si queda claro, es la ausencia en
nuestros grupos e instituciones, incluida la misma iglesia, de un análisis de
la situación económica, social y política del país, por diversas razones, ya
sea por la actuación independiente del Ministerio Público y el interés que el
fenómeno de los allanamientos y detenciones ha causado. La verdad que hemos
esperado eso y nos alegra los pasos que se están dando, aunque a veces queremos
que las cosas sean más rápidas, pero ya sabemos que los procesos jurídicos
tienen su ritmo y nos es bueno hacerlos sin el debido conocimiento de causa. De
todas maneras, queda claro que falta mucho por hacer y como dice el refrán
popular “esperamos que muchos santos caigan de sus altares”, porque hay muchas
personas que robaron de manera inmisericorde y eso hay que devolverlo en obras
sociales al pueblo dominicano. Todo esto nos lleva a la aprobación de la Ley de
Extinción de Dominio y ya el gobierno nombró una Comisión que va a trabajar en
la recuperación del patrimonio. Ojalá esta situación se acelere un poco más.
Otra razón es que cada vez que se inicia
un nuevo gobierno, muchas personas de nuestros grupos e instituciones de la
sociedad civil, pasan a formar parte del mismo y más bien tienen a justificar
las acciones del mismo gobierno. No niego que el estado no es patrimonio de
ningún estado y que cada servidor público tiene la misión de realizar con
esmero y honestidad su tarea, pero en algunos casos, se les olvida lo anterior
y están atentos a muchas cosas y debo de decir, por experiencia vivida, que, al
prestigio, al poder y al dinero. Participo de una institución importante de la
sociedad civil y he vivido la experiencia de que la mitad de la misma ha pasado
al gobierno.
A nivel de la iglesia, creo que vivimos
el fenómeno de una cierta dispersión y de una ausencia real de la discusión y
presencia en los problemas de nuestro país. El planteamiento moral es
insuficiente, por lo que hacen falta argumentaciones de peso, basados en el
respeto y acercamiento a todos los sectores de la sociedad dominicana. Se
percibe una ausencia del diálogo nacional, lo que nos lleva a pensar sobre su
credibilidad misma y sé que esto es un planteamiento muy radical, pero
solamente pensemos en el hecho mismo de la corrupción: La iglesia dominicana ha
sido incapaz de tener un planteamiento colectivo sobre la corrupción, el saqueo
del erario público y la nueva situación del país. Ciertamente que para los
cristianos de a pie, lo vemos como una falta de compromiso y es también un
motivo de tristeza.
Estas situaciones son apenas pinceladas
de la situación actual y de ninguna manera totalizan una visión completa de lo
que se experimenta y claro está, están bajo la óptica personal mía, que no es
absoluta, es siempre relativa y parcial, por aquello de que uno siempre tiene
que ser prudente, sobre todo cuando se vive en un país pequeño y todo el mundo
se conoce. Ciertamente que he medido cada palabra de la que voy escribiendo.
El llamado del Papa Francisco a ir más
allá de las fronteras existenciales y geográficas, es lo que le da sentido a
nuestro caminar, porque como él mismo dice, tenemos que asumir la experiencia
de una iglesia en salida y que nunca puede ser autorreferencial para ella
misma, sino para la misión en el mundo y el anuncio del Evangelio. Veamos
algunos puntos importantes.
EL DIÁLOGO CON LA SOCIEDAD
DOMINICANA HOY
En la actualidad, me parecen importantes
algunos aspectos a considerar o dialogar con la sociedad dominicana hoy. Esos
aspectos que considero serían los siguientes: El compromiso y referencia al
mundo de los pobres, las preocupaciones y lenguaje de la clase media, las tres
causales, el estado laico, la apuesta por la juventud, la defensa de la mujer,
las luchas sociales y la apuesta por un laicado adulto y comprometido. En fin,
considero que estos aspectos son parciales y que no se tratan de hacer una
enciclopedia, sino invitar a la militancia cristiana, a considerar algunos
aspectos importantes. Veamos cada uno de ellos:
1. El compromiso y referencia al mundo de los pobres: Pudiera parecer ser parte de un lenguaje en desuso y de los años postconciliares, pero toda opción cristiana, pasa por el compromiso con los pobres y es una condición evangélica, que no es fruto de una opción de moda. En el país, vemos como las desigualdades han aumentado y se nos dice que la economía crece cada vez más y que nos hemos ido colocando poco a poco en un país de renta media, pero los sectores pobres cada vez son más pobres y hay algo que ha de cuestionarnos y reflexionar sobre la lógica de dicho crecimiento. Sea cual sea nuestra situación, no podemos dejar de perder de vista que la perspectiva de nuestro compromiso es el mundo, compromiso y referencia a los pobres, no como algo accidental y pasajero, sino como algo absoluto y permanente. Les invito a leer de manera reposada y orante la Encíclica del Papa Francisco “Fratelli Tutti”, para ahondar en este planteamiento.
2. Las preocupaciones y lenguaje de la clase media: En la sociedad dominicana observamos que fruto de ese crecimiento económico tan cacareado en la administración pasada, se han dado disparidades salariales muy grandes y eso ha provocado consecuencias directas en nuestro consumo, nuestros gustos, en la formación que asumimos, en la manera como nos ubicamos en la sociedad, pero también en la experiencia eclesial que vivimos. Frente a ese fenómeno, podemos decir y a riesgo de equivocarnos, que la visión y compromiso de la clase media con los sectores empobrecidos del país, es más bien distante o poco conocido. No niego las excepciones que se puedan dar y que de hecho son una referencia obligatoria en nuestro compromiso social y eclesial.
3. Los sectores eclesiales necesitamos un acercamiento a las preocupaciones y lenguaje de la clase media, que tienen otro nivel de preocupaciones, pero es la clase que va a seguir provocando una serie de cambios importantes. El lenguaje eclesial, a veces no es comprensible para las personas en general y mucho menos para la clase media intelectual del país. Hay que dialogar en igualdad de condiciones y no desde una actitud poderosa que nos lleva a creernos que siempre tenemos la verdad y que en realidad no comprendemos la vivencia y preparación que tienen. Hace falta apertura en la iglesia, pero también hace falta una actitud más tolerante y un mayor nivel de formación en algunas áreas, para el acercamiento y el dialogo con el mundo moderno.
4. Las tres causales: Sabemos que es el tema que más nos divide como sociedad en la actualidad y no corresponde a una división exacta entre las personas creyentes y no, entre las iglesias y la sociedad dominicana y todas las divisiones posibles que podamos argumentar. Se presta a una clasificación falsa entre las personas que piensan de una manera y de otras. Muchas personas del mundo de la prensa confunden el derecho a informar, con el derecho a insultar y manipular lo que se piensa. Es bueno que actuemos con pensamiento propio al respecto.
Las personas creyentes, tenemos que aceptar que la sociedad es diversa y plural y que de ninguna manera ningún religioso, político, social o cultural, puede convertir en una política pública la manera cómo piensa o las ideas que entiende que son las correctas y eso empieza con el respeto a expresarse y movilizarse a partir de lo que pienso. Hay que respetarse y evitar las clasificaciones falsas, tales como liberales y conservadores, de izquierda o de derecha, etc. porque la dignidad de las personas, nos garantiza nuestros derechos, que ha de sr la base y meta de toda política social. Decir que estoy a favor o en contra de las tres causales, ciertamente que no es el objetivo de este comentario, por razones de prudencia pastoral y de respeto humano a las diferencias, aunque entiendo que hay una serie de aspectos a tomar en cuenta:
ü La necesidad de un diálogo respetuoso y amistoso
ü El tratar de informarnos sobre el tema, en qué consiste la parte en
discusión sobre la temática. Normalmente la mayoría de personas estamos
repitiendo lo que se oye, pero hace falta un nivel mayor de documentación sobre
el tema
ü Hacer grupos de reflexión sobre el tema, que nos ayuden a profundizar y
llegar a consensos
ü Aceptar nuestra libertad personal, no presionar o excluir a nadie que piense
distinto de mi
Finalmente recomiendo el libro titulado “DESDE EL VIENTRE MATERNO TE LLAMÉ
-Reflexiones sobre el Aborto, de Christian Peralta, SJ (Jesuita brasileño) y
que ha sido publicado por la editorial Universitaria Bonó y las Ediciones MSC
(Amigo del Hogar), santo Domingo, 2020.
5. El Estado Laico: venimos hablando mucho sobre ese tema y con todo respeto
hacia quienes piensan distinto y siguiendo las orientaciones del Papa Francisco,
en una entrevista en Bélgica , afirmo
que el estado en su esencia es laico, el 9 de septiembre de 2016, decía al
respecto “ Ante el debate político planteado en Bélgica y otros países de Europa, el Papa Francisco ha recordado
que el intento de excluir de la cultura y de la vida pública las manifestaciones religiosas «es una postura anticuada», sobre
todo desde que existe «la sana laicidad, la laicidad del Estado».
En una entrevista con el semanario católico belga
«Tertio», el Papa recuerda que «en general, el estado laico es bueno. Es
mejor que un estado confesional, porque los estados confesionales terminan
mal».
Al mismo tiempo, Francisco subraya que «una cosa es laicidad y otra cosa es laicismo, que
cierra las puertas a la trascendencia: a la doble trascendencia, tanto la
trascendencia hacia los demás como, sobre todo, la trascendencia hacia Dios».
Por ese motivo, «una cultura o un sistema político que no
respete la apertura a la trascendencia de la persona, poda, corta a la persona
humana. O sea, no respeta a la persona humana».
Quienes provocan tensiones religiosas por puro afán de
ganancia política hacen un flaco servicio al país, lo mismo que hacen un flaco
servicio a la religión quienes la deforman e instrumentalizan para promover el
fundamentalismo.
Según el Papa, «no
se puede hacer la guerra en nombre de Dios o en nombre de
una postura religiosa. En ninguna religión. Y, por lo tanto, el terrorismo, la
guerra, no están relacionados con la religión. Se usan deformaciones religiosas
para justificarla».
Por desgracia, los agitadores no se dan tan solo en el islam,
pues en mayor o menor medida «todas las religiones tienen grupos
fundamentalistas. Todas. Nosotros también. Y desde ahí, destruyen desde su
fundamentalismo. Pero esos son los grupos fundamentalistas que tenemos todas
las religiones. Siempre hay un grupito…». (fin de la cita)
Creo que las reflexiones del Papa Francisco, nos permiten aceptar que un estado no tiene que ser confesional y quizá, muchas de nuestras reflexiones en este tema, tiene que ver con nuestra ubicación en el estado, que va acompañada de una situación de poder o de creernos que estamos por encima de los demás y acudimos a los privilegios y consideraciones por nuestro estado religioso y hace falta entendernos dentro de los ciudadanos y ciudadanas normales de una nación.
6. Somos un país muy joven y con un potencial increíble en nuestra juventud dominicana, que cuenta con un nivel de preparación muy grande y en todos los ámbitos, pero las distancias son enormes entre los que pueden tener acceso a la formación académica y profesional, los que cuentan con un trabajo seguro y bien remunerado y aquellos que no tienen las posibilidades de acceder a una formación académica y profesional y que cuenten con un trabajo digno. La misma crisis laboral, que ha originado la pandemia, ha puesto de manifiesto la falta de oportunidad para nuestra juventud y la tentación en estos casos, de la drogadicción, la delincuencia y la vagancia van de la mano con esta situación.
Tenemos que seguir apostando a los y las jóvenes, tenemos que colaborar a
que se formen y que puedan ubicarse en cualquier trabajo digno, pero tenemos
que atender de manera prioritaria a los más necesitados en todos los ámbitos.
Hay que estimularlos al estudio, sobre todo aquellos que abandonaron sus
estudios, sabiendo que las ofertas que se abrieron en el país a partir de la
Dirección General de Personas Jóvenes y Adultas, del Ministerio de Educación,
han sido muy valiosas y eficaces. Tenemos la enorme responsabilidad de atender
de prioritaria a la juventud, abriéndole puertas, realizar proyectos en favor
de ellos y ellas y a los más pudientes y que han tenido acceso al mundo escolar,
buscar la manera de que crezcan en la conciencia política y social, que les
aseguren la sensibilidad y el compromiso por la transformación del país.
Hay que concluir diciendo que, en estos últimos tiempos, nos está faltando un
estudio sobre la juventud dominicana, que nos permita conocerla más a fondo,
que nos permita ubicar sus fortalezas, sus debilidades y los retos y desafíos
que tiene por delante. Este estudio sería un excelente insumo para conocer la
situación real en la actualidad de la juventud y elaborar un plan de acción
para los próximos años.
7. Otro tema a destacar en la actualidad es la defensa de la mujer, pensar sobre la dimensión femenina y de género (igualdad de hombres y mujeres) y realizar acciones más significativas con relación al tema del feminicidio en el país, que como todos y todas sabemos, ha llegado a estadísticas alarmantes. Muchas instituciones y muchos grupos de Vida Consagrada tienen trabajos muy significativos en el área de la mujer y es muy probable que esos trabajos que son sumamente significativos, sean desconocidos por otros grupos de la sociedad y que casi siempre se atribuyen un liderazgo casi absoluto en este tema.
8. De todas maneras, como militantes cristianos y que formamos parte de grupos eclesiales, deberíamos hacer el esfuerzo de asumir desde los pequeños detalles, tales como la utilización de un lenguaje inclusivo hasta una opción más decidida en favor de la mujer y en contra de los feminicidios.
9. Las luchas sociales y la apuesta por un laicado adulto y comprometido., que nos ha de llevar a tener una incidencia mayor en los problemas de nuestra sociedad, a tener una palabra que decir, no cargada de moralismos y con un trasfondo de poder y clericalismo, sino fruto de nuestro compromiso y capacidad de análisis y formación en las diversas áreas sociales. Pero, debemos de ir más allá y formarnos para incidir políticamente y esto va a implicar cambiar la concepción que casi siempre tenemos de la política, que pensamos que es mala y que todas las personas que participan de la política partidaria son deshonestas y es una manera de ver las cosas, de manera estrecha y moralizante.
Pero, como militantes cristianos, también debemos de formarnos más en las
áreas teológicas, ciencias religiosas y la misma filosofía, pero en el país
tenemos serias limitaciones para que un laico o una laica se forme en esas
áreas, porque esos estudios están pensados fundamentalmente para la formación
de los clérigos y en el caso de las mujeres, se les tiene prohibido seguir
estudios teológicos en centros de formación de clérigos. Esto es un aspecto que
amerita ser reflexionado de manera más profunda y respetuosa en la iglesia católica.
Todas estas situaciones, nos remite a la necesidad de contar con un laicado
más adulto y menos dependiente del clericalismo y más centrado en la
sinodalidad, como nos ha pedido el Papa Francisco. En el país, no contamos y no
sé si sería injusto decirlo, pero no hemos contado con una intelectualidad
católica, capaz de abrir como grupo, nuevos caminos, nuevas reflexiones y
contar con pensamientos eclesiales más sólidos y articulados al pensamiento
teológico liberador, lo que no impide afirmar que hay personas en esa
dimensión, pero como grupo, me parece que hace falta recorrer un largo trecho.
A MANERA DE CONCLUSION
Vivimos tiempos nuevos y tenemos la alegría de
contar con un Papa, como lo es Francisco, de dialogar con el mundo moderno, de
cuestionarlo y de ofrecer soluciones a tantas situaciones que experimenta el
mundo de hoy. Se ha ganado el respeto de la mayor parte de la humanidad, ha
hablado con propiedad de muchas cosas difíciles actualmente. Es un hombre de fe
profunda, que nos reta y nos invita a ampliar los horizontes eclesiales a
partir de un compromiso más visible, más humano y amoroso, que revele el amor
de Dios por los más débiles de nuestra sociedad. Sus gestos nos han ayudado a
repensar nuestras actitudes, nuestros pensamientos y vivencia de la fe.
Tenemos por delante una serie de retos y
debemos de hacer el esfuerzo por ponernos a la altura de los mismos. Debemos de
cuestionarnos nuestras actitudes, debemos de incidir de manera más
significativa en la sociedad de hoy y debemos de abrir nuevos caminos,
tendiendo puentes, dialogando, entendiendo muchas situaciones nuevas y
cuestionantes de la sociedad de hoy.
Hay que contemplar la realidad con ojos
nuevos y con mucha esperanza y contando siempre con la certeza de que el Señor
nos acompaña y no nos abandona. Hay que confiar en que otro mundo y otra
iglesia, han de ser posibles y esto se logra en la vivencia de una
espiritualidad comprometida y en el seguimiento de Jesús, que siempre nos abre
el corazón a nuevas posibilidades. Mirar el mundo y la realidad desde la fe, es
una tarea que exige contemplación, que exige silencio y que exige confianza en
el Dios Absoluto que nos llama a descubrirlo y vivirlo en esta historia que
debemos de construir y darle su sentido pleno a partir de la fe.
Para una persona creyente, la ilusión ha
de convertirse en promesa, en certeza de que Dios nos acompaña, en una verdad
que se cristaliza y en una esperanza en el Dios que nos salva. Vivamos este
tiempo nuevo, como un tiempo de gracia y de encuentro con Jesús, camino, verdad
y vida.
Perfil del Hno. Pedro Acevedo
Forma parte de la Congregación de La
Salle. Ha sido docente y directivo en varias de nuestras instituciones públicas
y privadas en el país. Ha ocupado cargos en la Congregación De La Salle, para
el área de las Antillas y de toda América Latina y Caribe. Ha trabajado en el
área de la Vida Religiosa, como Secretario y miembro de la Junta Directiva de
la Conferencia Dominicana de Religiosos y Religiosas (CONDOR) y la
Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (CLAR). Miembro del
Consejo Nacional de Participación Ciudadana y Presidente del Centro Dominicano
de Estudios de la Educación Dominicana (CEDEE), Coordinador del Foro
Socioeducativo y Coordinador del Centro La Salle - Hno. Alfredo Morales.
Participó de los programas barriales del Barrio Simón Bolívar de la Ciudad
Capital.
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