La Iglesia Hoy | P. Jorge Enrique Mújica, LC/Zenit
China:
entran en vigor más regulaciones
restrictivas en materia de libertad religiosa
Las nuevas disposiciones afectan especialmente a
los católicos y a los budistas.
Este 1 de mayo
entraron en vigor nuevas regulaciones emanadas por la Administración Estatal de
Asuntos Religiosos de la República Popular de China en febrero de este mismo
2021.
Las nuevas
disposiciones afectan especialmente a los católicos y a los budistas. En el
caso de los budistas, el artÃculo 15 de la nueva normativa estipula que es el
gobierno quien aprueba la sucesión de budas y establece cómo debe gestionarse
la reencarnación en el budismo tibetano (o en otras palabras, que el Dalai Lama
no se puede reencarnar si China no lo autoriza). Un artÃculo después, el número
16, establece que los obispos católicos deben ser aprobados por la Conferencia
de Obispos Católicos de China (controlada por el gobierno) para luego quedar
sometidos al “nihil obstat” del gobierno.
Ambas cosas
hacen depender de la decisión del Partido Comunista Chino la gestión de asuntos
internos de las religiones. En el caso de la Iglesia Católica se deja fuera por
ley al Papa Francisco y a la Santa Sede.
Pero no es
todo. El artÃculo 27 prevé que los altos cargos sólo duren en funciones tres
años. Al final de ese periodo deben ser revisados de nuevo por el Estado. Dos
artÃculos antes, en el número 25, se estipula que si los lÃderes religiosos
critican al gobierno pueden ser no renovados.
Las nuevas
regulaciones, que han entrado en vigor el dÃa internacional del trabajo, prevén
también que el apoyo de los ministros de culto al Partido Comunista (artÃculo
3), que no se puede poner en riesgo la seguridad nacional o ser dominado por
fuerzas extranjeras (artÃculo 12).
Todas estas
medidas están siendo contestadas desde fuera de China como claros atentados a
la libertad religiosa y a la sana división entre Iglesia-Estado. En el caso de
la Iglesia católica no ha habido pronunciamientos oficiales.
En China
conviven dos “iglesias católicas”: una escondida que a lo largo de la historia
contemporánea de ese paÃs ha convivido a escondidas del gobierno y en fidelidad
al Papa y otra oficialmente reconocida por el gobierno en la que los obispos
son puestos por el gobierno y no siempre están en comunión con Roma. En los
últimos años la Santa Sede ha tratado de mediar en esta difÃcil situación. En
fechas más recientes, concediendo la legitimidad a algunos de los obispos de la
Iglesia oficialmente reconocida por el gobierno comunista, pero en detrimento
de las comunidades que siguen viviendo escondidas.
Publicado por Zenit.org:
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