La Iglesia Hoy | Redacción
Alfa&Omega
El Sínodo de los Obispos se transforma
en
un proceso de escucha al Pueblo de Dios
El recorrido para la celebración del Sínodo de los
Obispos se articulará en tres fases, entre octubre de este año y octubre de 2023,
y pasará por una fase diocesana, que se centrará en la escucha de los fieles, y
otra continental, que darán vida a dos instrumentum laboris distintos antes de
la fase definitiva
El Papa Francisco ha aprobado un nuevo itinerario
sinodal para la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos,
prevista inicialmente para el mes de octubre del 2022, con el tema Por una
Iglesia sinodal: comunión, participación y misión. La Secretaría General del
Sínodo de los Obispos, con el consenso del Consejo Ordinario, ha propuesto una
modalidad inédita para el camino hacia la Asamblea.
El recorrido para la celebración del Sínodo se
articulará en tres fases, entre octubre de este año y octubre de 2023, y pasará
por una fase diocesana y otra continental que darán vida a dos instrumentum
laboris distintos, antes de la fase definitiva.
Esta articulación «hará posible la escucha real
del Pueblo de Dios y se garantizará la participación de todos en el proceso
sinodal», asegura la nota difundida por el Vaticano. «No se trata solo de un
evento, sino de un proceso que involucra en sinergia al Pueblo de Dios, al
Colegio episcopal y al Obispo de Roma, cada uno según su propia función».
La apertura del Sínodo tendrá lugar en octubre de
2021, tanto en el Vaticano como en cada diócesis y será inaugurado por
Francisco en el Vaticano el 9 y 10 de octubre. El domingo 17 de octubre, con la
misma modalidad, se abrirá en las diócesis bajo la presidencia del respectivo
obispo.
La fase diocesana tendrá lugar desde la apertura,
en octubre de 2021, hasta abril de 2022. «El objetivo de este tiempo es la
consulta al Pueblo de Dios, con la finalidad que el proceso sinodal se realice
en la escucha de la totalidad de los bautizados». Para facilitar esta
participación presentan el siguiente itinerario: la Secretaría General del
Sínodo enviará un documento preparatorio, acompañado por un cuestionario y un
vademécum con propuestas para realizar la consulta diocesana. Este documento
también se enviará a los dicasterios de la Curia, a las Uniones de Superiores y
Superioras Mayores, a las federaciones de la vida consagrada, a los movimientos
internacionales de laicos y a las universidades y facultades de Teología.
En las diócesis, cada obispo nombrará un
responsable (eventualmente un equipo) diocesano para la consulta sinodal, que
será punto de referencia y contacto con la Conferencia Episcopal y que acompañe
la consulta en la Iglesia particular, en todos sus pasos. Concluirá el proceso
con una reunión sinodal, «que será el momento culminante del discernimiento
diocesano», y cada diócesis mandará sus contribuciones a la Conferencia
Episcopal. En las Iglesias orientales las contribuciones serán enviadas a los
organismos correspondientes.
Cuentan desde la Santa Sede que en este momento
«se abrirá un periodo de discernimiento de los pastores reunidos en asamblea, a
los cuales se pide escuchar aquello que el Espíritu ha suscitado en la Iglesia
que se les ha confiado». En el proceso de redacción de la síntesis participarán
también el responsable de la Conferencia Episcopal, así como los representantes
elegidos para participaren la Asamblea General Ordinaria del Sínodo en Roma,
una vez que hayan sido ratificados por el Santo Padre.
La síntesis será enviada a la Secretaría General
del Sínodo antes de abril de 2022, y dicha secretaría procederá a la redacción
del primer instrumentum laboris antes del mes de septiembre.
La finalidad de la fase continental, que se
extenderá hasta marzo de 2023, es la de dialogar a nivel continental sobre el
primer instrumentum laboris, «realizando un ulterior acto de discernimiento a
la luz de las particularidades culturales específicas de cada continente».
Cada reunión internacional de Conferencias
Episcopales nombrará un responsable que funcione como contacto entre las Conferencias
Episcopales y la Secretaría General del Sínodo, y se procederá al
discernimiento en las asambleas continentales. Dichas asambleas terminarán con
la redacción de un documento final, que será enviado a la Secretaría General
del Sínodo en marzo de 2023, que procederá a la redacción del segundo
instrumentum laboris y lo enviará a los participantes de la Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
En octubre de 2023, finalmente, se celebrará el
Sínodo de los Obispos en Roma, según los procedimientos establecidos en la
constitución apostólica Episcopalis communio.
La infalibilidad del Pueblo
Andrea Tornielli entrevista en Vatican News al
cardenal secretario del Sínodo de los Obispos, Mario Grech, quien asegura que
esta transformación se debe a que el proceso decisional de la Iglesia debe
iniciarse siempre de la escucha, «porque solo así podemos comprender cómo y
dónde el Espíritu quiere conducir a la Iglesia».
Para Grech, las grandes novedades que introduce
este itinerario es que «transforma el Sínodo de evento a proceso», lo que
responde a la insistencia del Papa «de escuchar el sensus fidei del Pueblo de
Dios. Se puede decir que este tema es uno de los más fuertes del actual
pontificado: muchos interpretes subrayan justamente el tema de la Iglesia como
Pueblo de Dios, pero aquello que más caracteriza a este pueblo para el Papa es
el sensus fidei, que lo hace infalible in credendo». Esto se trata «de un dato
tradicional de la doctrina, que atraviesa toda la vida de la Iglesia: “la totalidad
de los fieles no puede equivocarse al creer”, en virtud de la luz que proviene
del Espíritu Santo donado en el Bautismo». Añade Grech que «no se trata de
democracia, ni de populismo o algo parecido; se trata de que la Iglesia es el
Pueblo de Dios, y este pueblo, por el bautismo, es sujeto activo de la vida de
la misión de la Iglesia».
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