Pentecostés | María Jesús
Esteban, de Hozana
Pentecostés, la
fiesta del amor
Nos preparamos para la
fiesta de Pentecostés que tendrá lugar el próximo 23 de mayo, cincuenta días
después de la Resurrección del Señor. Jesús resucitado les promete a los
apóstoles y a todos nosotros la venida del Espíritu Santo:
“Les conviene que yo me vaya;
porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito; pero si me voy, se lo
enviaré” Juan 16,5-11.
Imagínate que tienes que
despedirte de una persona muy querida. Esa persona es la que más te ama, la que
mejor te conoce y por ella lo has dejado todo. Eso es lo que les pasó a los
apóstoles. Podemos comprender su inmensa
tristeza al perder a Jesús ¿verdad?
“Algo se muere en el alma
cuando un amigo se va” dice la canción. Conocer a Jesús, mirarle a los ojos,
sentir su tacto y luego perderle… ¡Qué gran vacío debieron sentir todos
aquellos que conocieron y amaron a Jesús cuando se marchó!
Sin embargo, Jesús les
dice que les conviene que se vaya. Jesús que ama a los apóstoles, que nos ama
tanto a todos, nos hace una promesa. Y la promesa es un Amor muy fuerte, tan
fuerte que es simbolizado con el fuego. Ese amor va a venir y va a colmar esta
carencia de amor que tenemos, nos va a consolar, nos va a acompañar toda
nuestra vida. Ese es el Espíritu Santo.
Jesús cumple su promesa y
el día de Pentecostés sucede lo siguiente:
“Al llegar el día de
Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo
un ruido, semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se
encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se
posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu Santo los movía a
expresarse...” Hechos de los Apóstoles 2, 1-13.
El gran místico San Juan
de la Cruz utiliza también en sus obras el simbolismo del fuego al hablar del
Espíritu Santo. El amor del Espíritu Santo es un fuego purificador, sanador y
transformador del alma. Es un fuego que hace llamear el alma y estas llamas de
amor pueden transformar también el mundo.
Por eso, para prepararnos
para Pentecostés nosotros decimos “Ven Espíritu Santo”, pero no lo decimos
porque el Espíritu Santo no habite ya en nuestra alma, sino que lo repetimos
para hacernos conscientes de que Él existe y habita en nosotros junto con el
Padre y el Hijo. Y aunque Él está ya con nosotros quiere nuestro consentimiento
para dejarle actuar, para dejarnos amar y transformar, de modo que sea posible
nuestra unión con Dios, aún ya, en esta vida terrena.
Para cultivar esta unión,
la oración, el diálogo entre nuestra alma y Dios, es necesario. Para cultivar
este encuentro con Dios, podemos unirnos al retiro de 9 días con el Espíritu
Santo, una propuesta de preparación para Pentecostés, en donde se profundizará
en la bella obra del místico San Juan de la Cruz: “Llama de Amor Viva”. Cada
día, quienes se inscriban recibirán un pequeño fragmento del libro, una
meditación y una canción al Espíritu Santo.Anímate a participar e invita a tus
seres queridos a unirse a esta gran fiesta del Amor de la que el mundo actual
está tan necesitado, la cita en Hozana, la red social de oración. ¡Dejémonos amar por Dios!
Publicado por:
https://www.ciudadredonda.org/articulo/pentecostes-la-fiesta-del-amor
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