Bioética | Jahuil Alexander Doroteo,
MSC
Experimentación sobre
trasplante de órganos
Al hablar de
experimentación científica sobre los trasplantes de órganos, no podemos dejar
de lado las prácticas nazis y la responsabilidad moral, tanto de los que vencieron
como de los vencidos. Para entrar en este tema, el autor hace algunas
aclaraciones, tales como una investigación es un procedimiento
inductivo-deductivo que se orienta a la observación de un fenómeno, en el
ámbito humano, y la comprobación de una hipótesis a partir de ciertas
observaciones realizadas, y la experimentación, que se refiere a la
investigación del ser humano, donde él es el objeto sobre el cual se quiere
verificar un efecto poco conocido o por conocer de un determinado tratamiento.
En los derechos del enfermo, hay que tener presente el consentimiento del enfermo y la información de todo lo que se le va a practicar, para poder realizar un diagnóstico moral, aunque ello no es suficiente
Por consiguiente,
la bioética debe centrarse en su objeto material y formal, la vida bajo la
razón humana, para hablar de investigación y experimentación en relación al
mismo. En este sentido cuando hablamos de vida en general y la humana, hay una
diferencia sustancial y no solo gradual, siendo el punto de vista fundamental
el ético para abordarla. Ella debe ser respetada también cuando el investigador
hace experimentos en sí mismo. Es lo que se llama autoexperimentación, pues el
respeto a la vida debe ser igual que en todas las personas. En este punto
tenemos la experimentación clínica, cuyo objeto principal es la curación del
paciente y su finalidad es terapéutica, y la no clínica, que se realiza en
personas que no necesitan ningún tratamiento.
Experimentación
embrional
En este sentido,
hay que tener en cuenta algunas claves éticas de la experimentación con seres
humanos. Por ejemplo en la experimentación embrional, la ética debe crear una
conciencia de responsabilidad sobre la dignidad humana desde que nace hasta su
muerte. Siguiendo al Magisterio de la Iglesia, el autor expresa que está en
contra de ver a la experimentación y la investigación como indicadores del
sentido de la vida y del progreso. En los derechos del
enfermo, hay que tener presente el consentimiento del enfermo y la información
de todo lo que se le va a practicar, para poder realizar un diagnóstico moral,
aunque ello no es suficiente; lo cual muestra que la persona humana es
sagrada y nadie tiene el derecho de manipularla.
Es reconocer que la ciencia permite solidarizarse con enfermos necesitados, pero los donantes son escasos, pues falta generosidad
En este mismo
tenor, hay un gran desafío ético cuando hablamos de donación y trasplantes de
órganos. Si bien han ayudado a abrir caminos para la medicina, también han
propiciados prácticas corruptas en beneficio de algunos. En este sentido el
teólogo siguiendo al Episcopado Español, dice que según el gran mandamiento del
amor es admisible la donación de órganos y su trasplante, ya que es un gesto de
solidaridad con el prójimo. Esto no deja de lado la responsabilidad de informar
al donante y tener su consentimiento sin imposición o manipulación. Es
reconocer que la ciencia permite solidarizarse con enfermos necesitados, pero
los donantes son escasos, pues falta generosidad.
Además existen
algunas fronteras que el donante debe tener en cuenta, tales como no atentar
contra su vida; la donación debe ser de un órgano par; no ser obligado a donar
sus órganos; y se debe condenar por medio de la ética cualquier intento de
tráfico de órganos. En el caso de los cadáveres, se dice que es preferible que
la donación de órganos sea de las personas muertas, pues nadie está obligado a
atentar contra su salud. Por ende, este gesto debe tenerse como signo de amor
cristiano.
Tipos de
trasplantes
En este análisis,
el autor sabe que, debido al avance de la medicina, en cuestiones de trasplantes
de órganos, es posible hacerlo siempre que haya donantes disponibles. Por eso,
existen varios tipos de trasplantes de órganos. Ellos son: el trasplante autoplástico,
que es como un autoinjerto, debido a que el tejido utilizado procede del
mismo organismo, por esto el mismo donante es receptor; el heteroplástico,
el cual se orienta a tomar tejidos de un animal y se ponen al ser humano, donde
el animal se convierte en donante y la persona en receptor. Por ello la ética
no tiene reparos en aceptar esta acción, porque va en bien de la salud de las
personas.
Referencia: Blázquez, N., Bioética, La nueva
ciencia de la vida, Madrid, 2000
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