Vida cristiana | Redacción
Amigo del Hogar
La oración y el discipulado
Los Evangelios nos muestran cuanto era fundamental
la oración en la relación de Jesús con sus discípulos, reflexiona el Papa en sus
catequesis sobre la oración. Ya se aprecia en la elección de los que luego se
convertirían en los apóstoles. Lucas sitúa la elección en un contexto preciso
de oración y dice así: «Sucedió que por aquellos días se fue Él al monte a
orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a
sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también
apóstoles» (6,12-13).
Siguiendo su reflexión el papa Francisco nos hace
caer en la cuenta de cuán importante y fundamental es la oración en la vida del
cristiano. En 5 claves de lectura podemos confirmar el significado de la
oración discipular.
1. Jesús los elige
después de una noche de oración. Parece que no haya otro criterio en esta
elección si no es la oración, el diálogo de Jesús con el Padre. Aunque luego
veamos a los discípulos fallarle al Señor, esta elección demuestras que los
nombres de ellos están inscritos en el plan de Dios.
2. La oración en
favor de sus amigos es una continuidad en la vida de Jesús. Él se
preocupa por ellos, los lleva en su corazón, así como los recibió del Padre,
incluso en sus errores y caídas. No los eligió porque eran buenos. Es la
vocación gratuita, que en nuestra acogida nos va haciendo “según Cristo”.
3. Jesús fue
maestro y amigo, siempre dispuesto a esperar pacientemente la conversión del
discípulo. El punto culminante de esta paciente espera es la “tela” de amor que
Jesús teje en torno a Pedro “cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos” (Lc
22,31-32). Es impresionante saber que, en el tiempo del desfallecimiento, el
amor de Jesús no cesa.
4. Jesús nunca nos
abandona.
“Pero Padre, si estoy en pecado mortal, ¿el amor de Jesús sigue ahí? — Sí, ¿y
Jesús sigue rezando por mí? — Sí — Pero si he hecho cosas muy malas y muchos
pecados, ¿sigue amándome Jesús? — Sí”. El amor y la oración de Jesús por cada
uno de nosotros no cesa, es más, se hace más intenso y somos el centro de su
oración, sigue diciendo el Papa.
5. La oración de
Jesús en la verificación de sus discípulos. Su oración puntualmente
en un momento crucial de su camino, el de la verificación de la fe de los
discípulos. Mientras oraba a solas con ellos, les hace una pregunta
fundamental: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro le contestó en nombre
de todos: “El Cristo de Dios”. Las grandes decisiones en la misión de Jesús
están siempre precedidas de la oración intensa y prolongada. Siempre en esos
momentos hay una oración.
En esta perspectiva, que despierta instintivamente
la repulsión, tanto en los discípulos como en nosotros que leemos el Evangelio,
la oración es la única fuente de luz y fuerza. Es necesario rezar más
intensamente, cada vez que el camino se empina.
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