Salud | Luis Miguel Uriarte
Suicidio: cuando la vida
colapsa bajo un peso infinito
El pasado dÃa
10 de septiembre fue el DÃa Mundial para la Prevención del Suicidio, un tema
del que apenas se habla, del que se ocultan las cifras para evitar —asà se
dice— el «contagio». Y sin embargo es una realidad presente, que a veces afecta
dolorosamente a familiares o a amigos. Merece la pena reflexionar sobre ello.
«A veces, no
vale con quitarse de en medio, cerrar los ojos o fingir indiferencia. Hay
momentos que la vida te mira de frente, te agarra de las solapas y ya no puedes
huir sin dar una respuesta.
A veces, no
vale con tu vida ordenada, con tu familia y amigos cerca, con haber firmado un
armisticio contra tus guerras interiores.
A veces, o das
una respuesta o estás clÃnicamente muerto, aunque tu encefalograma aún oscile.
A veces, lo
esporádico, que va cristalizando poco a poco, se desploma bajo un alud de
materia inimaginablemente densa.
Y, entonces,
ya no hay ‘a veces’ porque la vida colapsa bajo un peso infinito. Y, a partir
de aquÃ, ya no pasa nada, nunca más pasará nada. La vida, en ese
momento, atraviesa un mundo que ya no es el tuyo: Lo que la vida es ya no
puedes percibirlo. Estás fuera”.
Hasta aquÃ,
una nota más de suicidio.
Las notas de
suicidio, incluso las que no se escriben, son literatura que vive matando.
Matan nuestro mundo, matan la sociedad donde se gestan, se desarrollan, se
culminan.
Muere el
suicida, sÃ, pero como un hongo nuclear se lleva en cÃrculos concéntricos a
todos los seres vivos: desde los más cercanos hasta la Humanidad completa,
amputada por la pérdida colosal del más anónimo, quizás, de sus integrantes.
Es, dicen
algunos, una pandemia vieja, resistente, sin vacunas o con vacunas muy poco
eficientes. Otros,
que deberÃa llamarse postpandemia, porque viene detrás y se lleva la debilidad
extrema de muchos y muchas supervivientes. Otros, que ha de permanecer en
secreto y ser sufrida en la soledad de los primeros cÃrculos. Para evitar el
efecto contagio, dicen…
Según datos de
la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2019), el 79% de los suicidios se
registraron en los paÃses de ingresos bajos y medianos, pero la tasa más
elevada (de 11,5 por 100 000 habitantes) correspondió a los paÃses de ingresos
altos, en los que, además, se suicidan casi tres veces más varones que mujeres,
frente a los paÃses de ingresos bajos y medianos, en los que la tasa está más
igualada. Que el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a
29 años, después de los accidentes de tráfico y que, en adolescentes de 15 a 19
años, el suicidio es la segunda causa de muerte entre las niñas y la tercera
entre los niños. Eso dicen…
No muchos
paÃses tienen planes decididos de prevención, pero entre estos, las
intervenciones que han resultado ser más eficaces en su reducción son la
restricción del acceso a los medios de suicidio; la sensibilización de
los medios de comunicación para que informen sobre los suicidios de forma
responsable; la puesta en marcha entre los jóvenes de programas de aptitudes
para la vida que les permitan hacer frente a las dificultades
cotidianas; y la detección temprana, gestión y seguimiento de las personas en
riesgo de suicidio. También eso dicen…
Los primeros
párrafos de este artÃculo presentan una nota inventada de suicidio, una abatida
metáfora de una realidad que se lleva una persona cada 40 segundos en el mundo,
según el dato escalofriante de la OMS. Es también un grito de dolor, una
llamada más de alarma, una humilde petición de ayuda.
Dicen… pero
mucho más y mejor tendremos que decir y, sobre todo, tendremos que hacer.
Publicado por Alandar.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Promueve el diálogo y la comunicación usando un lenguaje sencillo, preciso y respetuoso...