La Familia | Luz Alicia Cuervo/LFI
La importancia de invertir tiempo de calidad con los hijos
La
educación en los primeros años de los niños tiene una trascendencia grande en
su vida.
Por
eso, para empezar este artÃculo quiero pedirte a ti papá, a ti mamá que, antes
de continuar leyendo, visualices a tu hijo/a en el presente: ¿Cómo es? ¿Cómo se
comunica? ¿Qué le gusta? ¿Qué le enoja?... Y ahora piensa cómo quieres que sea
en el futuro: ¿Valiente? ¿Con criterio? ¿Fuerte? ¿Virtuoso? ¿Decidido?
¿Inteligente? ¿Autónomo? ¿Independiente?
Si
lo piensas bien, todo es cuestión de tiempo. Y es que precisamente este es un
factor que juega un papel vital en nuestras vidas, pues el tiempo es vida. Y
asà como las plantas necesitan de la tierra, el agua y el aire para crecer, los
niños (tu hijo/a) necesitan del tiempo de sus padres para hacerlo. En el mundo
actual nos hemos llenado de tantas responsabilidades y deberes que hemos
llegado a pensar que estar con nuestra familia es perder tiempo y hemos
olvidado la importancia que tiene el ‘invertir’ tiempo en estas relaciones que,
sin duda, dejan huellas imborrables.
CientÃficamente
se ha demostrado que es en la familia en donde se puede conseguir de manera
natural que el ser humano crezca sanamente en todas sus dimensiones y que cada
dÃa alcance su mejor versión, siendo conscientes de que cada ser es único e
irrepetible y que cuenta con su propio ritmo de aprendizaje.
Pero
¿Cómo lograrlo? Lo primero es ser consciente de que los padres son los primeros
y principales educadores de sus hijos y que esta es una labor que no termina
nunca, ni siquiera cuando los padres fallecen porque quedará su legado.
Lo
anterior nos permite reiterar la invitación a trabajar en este aspecto con
intención y poniendo el foco en donde corresponde. A continuación,
presentaremos algunos aspectos clave con los que podremos lograr que el tiempo
dedicado a la familia sea de calidad.
Poner
foco
¿Qué
queremos lograr? Ser cada vez mejores padres, dedicarles más tiempo a nuestros
hijos y fortalecer los lazos que nos unen con ellos para que no nos limitemos a
ser unos cuidadores, sino que disfrutemos y crezcamos con ellos, entregándoles
herramientas para que se desarrollen adecuadamente en todas las dimensiones y
asà puedan asumir con éxito la realización más completa de ellos mismos.
Identificar
la realidad familiar
Es
importante recordar que todas las familias tienen caracterÃsticas diferentes,
por eso es muy posible que las actividades que una realiza y le dan buenos
resultados, no tengan el mismo éxito y acogida en otra. Asà las cosas, hay que
estudiar bien los gustos de cada miembro de la familia para armar planes
propios, siempre con la disposición de ceder ante las cosas que no sean del
total agrado de todos, teniendo en cuenta que esto abre un universo nuevo que
nos ayudará a conocernos mejor y a entendernos. Todo depende de los diferentes
entornos familiares y de los aspectos culturales que se desarrollen en cada
familia. Sabemos que la visión del adulto es muy distinta a la del niño,
preadolescente o adolescente y podemos correr el riesgo de querer imponer lo
que a nosotros nos gusta y allà hay que tener especial cuidado, pues la idea es
involucrar a todos los miembros de la familia.
Priorizar
Es
normal que los intensos horarios de trabajo profesional, sumado a las tareas de
la casa, que nunca dan tregua, nos genere la percepción de que no hay tiempo
para ese tipo de actividades. Sin embargo, pueden estar seguros de que sà lo
hay. La clave está en priorizar y son los padres quienes deben defender la
buena utilización del tiempo libre, para que haya una verdadera vida familiar.
Tengan en cuenta que cada circunstancia del dÃa puede ser una oportunidad de
formación y fortalecimiento de vÃnculos.
“Cuando
los padres tengamos muy asumido que estamos colaborando con la obra más grande
del mundo, al participar en la creación de nuevas vidas, y no solo en cantidad,
sino en calidad, sabremos a lo mucho a que, con alegrÃa inmensa, habremos de
renunciar”. José MarÃa Batllori – autor del libro Cómo educar jugando
Involucrar
a los hijos en las labores cotidianas
Para
Eva Bach, pedagoga y autora de obras como Madres y padres influencers
(Grijalbo) cantidad y calidad tienen que ir juntas. “Para que se dé un instante
de intensa calidad, hacen falta muchos instantes previos, mucha cantidad que va
tejiendo un vÃnculo afectivo sólido”, afirma Bach. Una manera de lograr lo que
plantea Bach es involucrar a los hijos en las actividades diarias dándoles
responsabilidades propias de la edad, desde pequeños encargos hasta tareas más
complejas, que nos servirán para mantener la conexión y fortalecer la relación
con nuestros hijos en medio de las rutinas diarias. Por ejemplo, a la hora de
preparar el almuerzo pueden invitarlos a ayudar, explicándoles e
involucrándolos según la edad, pasando los ingredientes, lavando los alimentos,
enseñándoles a manejar el horno, la estufa, la licuadora, etc. Todo en medio de
una conversación amable, en la que se resalte la importancia de alimentarse
bien y balanceadamente. Incluso, si son muy pequeños, es bueno tenerlos allÃ
motivándolos para que te cuenten historias con creatividad. Todo esto les
ayudará a reconocer que hay un ingrediente secreto en la familia, además del
amor de papá y mamá, y es la unión y el trabajo en equipo.
Cualquier
momento es perfecto
Procuremos
no posponer los espacios de familia. Es muy fácil caer en la ‘trampa’ de pensar
que no estamos de humor, que estamos cansados, que no tenemos lo necesario para
hacer la comida que querÃamos, que no contamos con los mejores juegos e incluso
llegamos a pensar que hay muchas cosas por hacer sin darnos cuenta de que nos
estamos negando la posibilidad a nosotros mismos de pasar un rato agradable y
estar felices. Juan José Javaloyes, experto en educación personalizada, dijo en
una conferencia del programa Experto que “hay que quererse cansados porque
descansados casi nunca estamos”. El trato frecuente y confiado con los hijos
ofrece innumerables ocasiones de conocerlos mejor, aconsejarles y enseñarles.
Tomarse
en serio las ganas de jugar
El
juego encierra una gran riqueza ya que no solo sirve para entretenerse sino
también para desarrollar la inteligencia y crecer en virtudes. Además, los
niños, los preadolescentes y hasta los adolescentes quieren y necesitan jugar,
requieren nuestra colaboración y esto no quiere decir que tengamos que pasarnos
el dÃa jugando con ellos. En el juego el niño es espontáneo y actúa tal cual
es, por eso es importante observarlo y orientarlo correctamente. Una
recomendación especial para los papás es que aprovechen el juego para
enseñarles a ganar y a perder. Se debe jugar siempre correctamente, cumpliendo
a cabalidad las reglas: si perdió, perdió, pues no se deben hacer excepciones
simplemente porque es ‘el prÃncipe’ o ‘la princesa’, sino aprovechando esa
situación para enseñarle la importancia del juego limpio y que no siempre se
puede conseguir la victoria. Debe primar la importancia de disfrutar del juego,
de la compañÃa, de las enseñanzas y de aprovechar bien el tiempo.
Varios expertos han listado algunos beneficios de invertir tiempo de calidad en familia:
· Fortalece el sentido de pertenencia de la familia
· Construye identidad y genera seguridad, confianza
y autoestima
· Promueve un desarrollo emocional saludable
· Genera mayor estabilidad emocional
· Fomenta el desarrollo de los pequeños en todas sus
dimensiones: fÃsica, social, afectiva, cognitiva, etc.
· Disminuye el estrés y la tensión
· Genera memorias que construyen un lazo fuerte de
unión familiar y quedan grabadas en el cerebro
· Está demostrado que los niños que han vivido estos momentos de unión familiar desarrollan una fortaleza, un coraje especial y la capacidad de resiliencia que les ayudará en los momentos difÃciles y de estrés cuando son adultos.
· Aumenta la tolerancia con ellos mismos y con los
demás.
· Mejora la comunicación en el entorno familiar.
Aumenta la felicidad de la familia.
· Genera experiencias y aporta conocimientos.
· Se generan aprendizajes mutuos, los niños aprenden
de sus padres y los padres de ellos.
Como verán, cada uno de estos temas tienen mucha tela de donde cortar, sin embargo, puede ser el inicio para saber si estamos dedicando tiempo a la familia y si este es verdaderamente tiempo de calidad. Ojo, estar con tus hijos en casa no necesariamente significa que estés cerca de ellos. Lo ideal es que ese tiempo, sea corto o largo, sirva para hacer mejor a cada miembro de la familia, teniendo presente que lo más valioso de todo este proceso es que papá y mamá también crecen, fortaleciendo el núcleo familiar y haciendo un gran aporte para una sociedad mejor.
publicado por LaFamilia.info
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