La Escuela Económica | Esteban Delgado
Lavado de dinero ilícito en bancas de lotería y
facilidad de hacerlo
En República Dominicana
está vigente la Ley 155-17 Contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del
Terrorismo. Con esta normativa, las autoridades han tomado medidas tendentes a
prevenir el lavado de dinero de procedencia ilícita, no solo del narcotráfico,
sino, además, de otras actividades económicas.
Sin embargo, todavía
existen diversos mecanismos “legales” o mejor dicho “no ilegales” mediante los
cuales se producen acciones de lavado de dinero ilícito sin que las autoridades
hayan identificado formas de evitarlo, ya sea porque no lo han notado, porque
enfrentarían a sectores poderosos, o porque no tienen el interés de detener
todo lo que mueve dinero, so pena de afectar la economía.
Una de las áreas
prácticamente intocables en República Dominicana y donde se pueden producir
acciones de lavado de dinero ilícito de forma “legal” es en el de las bancas de
lotería. Es ahí donde ubicaremos uno que otro ejemplo, aunque hay otros
sectores, tal vez más grandes y poderosos, donde se puede realizar o se realiza
esa práctica.
A continuación, una forma
de lavado que no sabemos si las autoridades conocen o no quieren conocer. Se
trata de alguien que tiene una cadena de locales de bancas de juego legales en
distintos puntos del país. Ese “bancaero” recibe la visita de un “individuo”
que tiene RD$2 millones en efectivo y quiere “limpiar ese dinero”.
El Código Tributario,
modificado por la Ley 253-12, establece que si usted se gana un premio de más
de RD$1 millón en una banca de lotería deberá pagar al fisco un 25%, que es
retenido por el dueño de la banca para reportarlo a la Dirección General de
Impuestos Internos (DGII).
Se sabe que quien tiene
dinero ilícito está dispuesto a pagar altas comisiones para limpiarlo y no le
duele pagar impuestos si a cambio podrá usar su “riqueza” de manera legal más
adelante.
Entonces, el individuo le
puede ofrecer al bancaero un 10% de comisión si éste le garantiza la limpieza
de esos RD$2 millones.
En caso de aceptar, ¿qué
hace el bancaero? Verifica los números que acaban de salir en el sorteo
(supongamos 25 en primera, 48 en segunda y 12 en tercera). No puede alterar los
números que van a salir, pero sí su “verifón” imprimiendo la jugada de un palé
de RD$2,000 posterior al sorteo pero que salga con un horario anterior. Ese
palé resulta ser 25-48, por lo que el dueño de esa jugada se ganó RD$2
millones.
Entrega el ticket ganador
al individuo, quien se supone que va a cobrar su premio a la banca, pero
sabemos que previamente él le había entregado los RD$2 millones al bancaero. El
individuo recibe en efectivo o en cheque de la cuenta bancaria de la banca
legal la suma de RD$1,500,000, ya que hay una retención de 25%, equivalente a
RD$500,000 de impuestos.
Luego, el individuo va con
esos RD$1,500,000 y lo deposita en su cuenta de ahorro. El banco no le va a
rechazar el depósito ni investigará más allá de la comprobación de que el
individuo se ganó un premio de lotería en una banca que opera legalmente.
De esa forma, ya ese
dinero está blanqueado y bancarizado. Luego, el individuo retira de su cuenta
RD$150,000, equivalentes al 10% de comisión para el bancaero, quien recibe ese
dinero en efectivo, fuera de radar y con la facilidad de que puede depositarlo
en su cuenta, porque él tiene un negocio lícito que genera un flujo de dinero
diario que, además, es justificable, por las características propias de su
empresa. Es una banca de lotería, donde la gente casi siempre hace las jugadas
en efectivo.
Ahora, imagínese ese tipo
de operación a mayor escala en sucursales del consorcio de bancas que operan en
distintos barrios de la capital o en pueblos del interior, donde se hace
difícil observar un patrón para determinar ese tipo de movimientos, pues es
prácticamente imposible asumir que se ha realizado una operación ilegal, ya que
todos los pasos a la vista fueron perfectamente legales.
Como se observa, todavía
quedan muchas brechas legales por donde se puede limpiar dinero ilícito e,
incluso, beneficiar al fisco con el pago de impuestos.
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